Obras de Aristóteles
La obra de Aristóteles es enormemente variada. Se ocupó de casi todos los temas: física, biología, poética, ética, política, lógica… Sin embargo, cuando se analiza la obra aristotélica parece que hay una gran distancia entre lo que escribió y lo que llegó hasta nosotros. Algunos de sus contemporáneos alaban la calidad literaria de sus diálogos, hoy perdidos. Los escritos conservados –lecciones que impartía en el Liceo- estuvieron dispersos mucho tiempo, hasta que fueron reunidos por un peripatético, Andrónico de Rodas, en el s. I a.C.
Había un conjunto de textos sobre Filosofía Primera, en términos del propio Aristóteles, en los que se reflexionaba sobre las primeras causas y los primeros principios, el ser en cuanto ser, la substancia, el Primer Motor Inmóvil… Andrónico de Rodas decidió colocarlos después de los que trataban de Física y, por eso, los llamó “los que van detrás de los libros físicos” (Metá tá phisika). Ese nombre, inicialmente casual, resultó ser muy acertado –pues la metafísica se ocupa de lo que no es físico, de lo que está de alguna manera más allá de lo físico- y constituyó uno de los dominios centrales de la filosofía: la metafísica. De hecho, muchos de los conceptos imprescindibles para entender cualquier aspecto de la filosofía aristotélica aparecen desarrollados en los 14 libros de la Metafísica, pues en ella se encuentra su concepción de la realidad y del ser…
Obras:
- Tratados de Lógica (Organon): Categorías, Tópicos…
- Tratados de física: Física, Sobre el alma, Sobre el cielo, Meteorología, Historia de los animales, El movimiento de los animales, Pequeños tratados de historia natural, Sobre el nacer y el perecer, Sobre la generación de los animales, Las partes de los animales
- Tratados de Metafísica: 14 libros agrupados como Metafísica
- Tratados de Ética y política: Ética a Nicómaco, Ética a Eudemo, Gran Ética, Política, etc.
Crítica de la Doctrina Platónica
Rechazo del Idealismo y Dualismo Platónico
Aristóteles rechaza el idealismo y el dualismo ontológico de Platón: niega radicalmente la existencia de las Ideas separadas.
Afirma que Platón no solo no explica bien la realidad, sino que la complica aún más. (Si para explicar el mundo que nos rodea tenemos que inventar otro totalmente distinto, que nadie vio ni observó, en vez de resolver el problema lo embarullamos mucho más).
Considera la teoría platónica inútil, “vacía” o “simple metáfora” pues no explica ni el cambio ni el movimiento innegable de las cosas: las Ideas inmóviles y separadas no pueden ser causa de las realidades naturales caracterizadas por el movimiento y cambio (la tesis de que las ideas son modelos de los que las cosas participan no sirve para aclarar nada, según Aristóteles).
Piensa que tampoco tiene sentido afirmar que son la esencia de las cosas, pues “si lo fuesen estarían en ellas”. ¿Cómo se va a separar la esencia de la cosa de la cual es la esencia?
Platón consideraba que el verdadero mundo era el de las Ideas eternas e inmóviles, mientras que el mundo físico era solo un mundo aparente, derivado, imperfecto, menos real… (en ese sentido se puede hablar del idealismo platónico). En consecuencia, la física era simple opinión y no verdadera ciencia.
Por el contrario, para Aristóteles el mundo físico es plenamente real, no existe el mundo de las ideas como algo separado, y la física es una ciencia que tiene que dar explicación de los procesos naturales.
Así pues, Aristóteles suprime el dualismo ontológico y elimina la concepción peyorativa de la naturaleza existente en Platón.
El Hilemorfismo
Se puede decir que Aristóteles hace “aterrizar” las ideas, las esencias o formas existen pero en las cosas.
En esto consiste el hilemorfismo: los seres concretos están compuestos substancialmente, inseparablemente, de materia –hilé– y forma –morfé-. Materia y forma son principios inseparables el uno del otro.
Consecuentemente, también en la concepción del conocimiento habrá profundas diferencias: mientras uno defiende el innatismo y la teoría de la reminiscencia, el otro defenderá una epistemología empirista. (pregunta contextual 2)
En definitiva: Frente al idealismo dualista platónico, Aristóteles propone un empirismo realista, sosteniendo que los seres del mundo físico son plenamente reales, son las substancias primeras, como veremos.
(Por lo tanto, mientras Platón ve el mundo sensible como algo imperfecto y derivado, para su discípulo Aristóteles es algo que realiza un camino ascendente hacia la propia perfección.
Aristóteles miraba el mundo con ojos de biólogo, y Platón de matemático, uno apuntando hacia abajo y otro mirando hacia arriba – como en el cuadro La Escuela de Atenas de Rafael-).
Otras Críticas Derivadas
Crítica al Dualismo Antropológico
Para Aristóteles, el ser humano no es un ser dual, escindido, sino una unidad de materia y forma, de cuerpo y alma, que constituyen una sola entidad o substancia. El alma no es una entidad separada del cuerpo, forma parte del viviente como su principio vital. De ahí que carezca de sentido la inmortalidad del alma individual; al morir el ser humano, el alma deja de ser.
Por el contrario, la noción de inmortalidad era fundamental en Platón, (que consideró que cuerpo y alma eran realidades distintas con características opuestas, con una unión accidental, incómoda y transitoria).
Crítica a la Teoría Política
El realismo aristotélico se muestra también en su filosofía política. Se opone al idealismo político de Platón, proponiendo en su lugar una teoría pragmática y realista. Frente a la sociedad ideal diseñada por Platón, propone una sociedad real; por eso empezó por estudiar las distintas constituciones. Cada sociedad posee valores y costumbres propias, y por ende no hay una forma de gobierno única exportable; de hecho, él hablará de varios tipos de gobierno legítimos y otros tantos ilegítimos. Aristóteles criticará también el comunismo platónico sarcásticamente.