La Ética Aristotélica
Aristóteles se ocupa de la ética fundamentalmente en dos obras: Ética a Nicómaco y Ética a Eudemo. La Ética a Nicómaco es el libro más sistemático y consistente que conservamos de Aristóteles. Como es habitual en él, empieza haciendo un inventario de las teorías éticas anteriores, las somete a crítica y finalmente expone la suya.
Como ya sabemos, Aristóteles clasifica las ciencias en:
- Teóricas: ciencias contemplativas (física, metafísica).
- Prácticas: ciencias que tratan sobre la conducta humana (ética y política).
- Poiéticas: ciencias que tratan sobre el saber hacer y la fabricación.
De entrada, hay que decir que la ética aristotélica se aparta de la ética platónica fundamentalmente en tres aspectos:
- Aristóteles critica la idea de Bien platónica, ya que según el platonismo, y debido al intelectualismo ético, solo unos pocos hombres, los más sabios, llegarían a alcanzar el bien; pero Aristóteles defiende que el bien puede ser alcanzado por cualquier hombre.
- Frente a la ética prescriptiva de Platón, defiende una ética descriptiva: efectivamente, como Platón quiere educar al hombre, su ética es más bien prescriptiva; pero como Aristóteles pretende describir al hombre, su ética es más bien descriptiva.
- Para Sócrates y para Platón, que siguen el intelectualismo ético, quien hace algo mal lo hace por ignorancia, es decir, hacer el bien es una cuestión de conocimiento, no de voluntad. Pero Aristóteles, sin salirse del intelectualismo ético, considera que en la ética es importante la voluntad, razón por la que cualquier ser humano que quiera puede ser bueno.
Dicho esto, hay que empezar diciendo que la ética aristotélica es una ética cognitiva, material y de fines, en la que el fin último que se persigue es la felicidad. Como sabemos, el tema de la ética es el bien, pero para Aristóteles el bien se identifica con la felicidad; por eso debemos determinar qué es la felicidad.
La Felicidad según Aristóteles
Aristóteles considera que la felicidad no es el placer, no es el honor, no consiste en la riqueza (la riqueza puede ayudar a encontrar la felicidad, pero ella misma no es la felicidad). En este sentido, reconoce que los bienes materiales ayudan a ser feliz siempre que sean en cantidades moderadas y, aunque ellos por sí solos no dan la felicidad, sin ellos no se puede alcanzar tampoco.
Por lo tanto, la felicidad tiene que ser algo que nos perfeccione como hombres, y solo nos puede perfeccionar como hombres aquello que nos especifica como tales: la razón. Por lo tanto, la felicidad consiste en el ejercicio de la razón, y por eso todo ser humano puede ser feliz, incluso los esclavos (en contra de Platón).
La Teoría del Justo Medio
Y para explicar cómo el ser humano debe actuar conforme a la razón, Aristóteles expone su teoría del Justo Medio. Aristóteles se da cuenta de que podemos actuar de forma incorrecta de muchas maneras, pero solo podemos actuar de forma correcta de una manera; es decir, que siempre que hacemos algo por exceso o por defecto caemos en el vicio, mientras que si hacemos algo de forma ajustada estamos en la virtud.
Por lo tanto, para Aristóteles la virtud va a consistir en actuar según el Justo Medio. Los impulsos tienden al exceso o al defecto, pero la razón los debe dominar indicándoles el Justo Medio. Ahora bien, debemos saber que el Justo Medio es algo subjetivo y no matemático, exige el análisis preciso de cada caso para elegir correctamente y que hay vicios en los cuales la virtud no existe (robo, asesinato).
La razón domina los impulsos que tienden al exceso por medio de la costumbre y el hábito; el hombre no posee la virtud por naturaleza, sino por medio de la costumbre y el hábito; por eso cualquier ser humano puede acceder a la virtud.
Clasificación de las Virtudes
Finalmente, Aristóteles clasifica las virtudes en dos grandes grupos:
- Virtudes Éticas: En este caso, destacan tres subcategorías:
- La valentía (temeridad-miedo).
- La grandeza del alma (vanidad-humildad).
- La justicia, donde distingue tres tipos:
- Justicia como ley (obediencia).
- Justicia distributiva (reparto equitativo).
- Justicia correctiva (corrección del reparto injusto).
- Virtudes Dianoéticas: Entre las cuales hay que destacar varias (sabiduría, ciencia…), pero las más importantes son la prudencia (saber elegir) y la sabiduría (que proporciona al hombre la felicidad).
La Polis y la Condición de Ciudadano
Para Aristóteles, la polis tiene su origen primero en la familia, que es la unidad básica que satisface las necesidades más elementales de los individuos. Pero la familia no es una unidad que pueda sobrevivir por sí misma, no es autosuficiente; por eso varias familias se agrupan para formar aldeas, y las aldeas se agrupan para formar polis destinadas a satisfacer en los ciudadanos necesidades imposibles de satisfacer en unidades sociales menores, la mayor de todas ellas la felicidad y el bienestar colectivos.
La causa primera de que los individuos se puedan agrupar en familias, aldeas y polis es que poseen la palabra, hablan, y se pueden comunicar entre ellos y llegar a acuerdos. Por lo tanto, la polis es el elemento social por excelencia, porque es autosuficiente (autarquía), se basta por sí misma para satisfacer todas las necesidades.
El pensamiento político de Aristóteles se expone sobre todo en su obra Política, donde considera que el ser humano solo puede alcanzar la felicidad dentro de la ciudad (como ciudadano). Por eso, porque ambas son el acceso del hombre a la felicidad y, para Platón, ética y política se identifican y dependen una de la otra.
Por lo tanto, como en la ética, la finalidad de la política es la felicidad del ciudadano y, al igual que Platón, para que esto sea posible se hace necesario educar a los ciudadanos. En este sentido, la política es la ciencia práctica más importante, ya que la felicidad de todos (polis) es anterior y más importante que la de uno solo: el bien de la ciudad es más importante que el bien del individuo; por eso entiende, igual que Platón, al individuo en función de la ciudad.
Y de aquí deduce la característica más importante del ser humano es su pertenencia a la ciudad, razón por la cual Aristóteles considera al ser humano como zoon politikon, animal político. Esta es la característica definitoria del ser humano: su pertenencia necesaria a la polis, su carácter social, su carácter político. El hombre es un animal político; por lo tanto, la vida del individuo se encamina a la polis, que ha de estar en su Justo Medio en cuanto a habitantes y extensión.
La Condición de Ciudadano
La consecuencia más importante de esto es que hay que determinar qué habitantes son ciudadanos, y lo serán aquellos que pueden participar en el gobierno de la polis (ciudad). Pero de igual manera, todos aquellos que no puedan hacerlo no son considerados por Aristóteles ciudadanos, entre los cuales hay que mencionar:
- Los habitantes de otras polis sometidas.
- Los extranjeros.
- Los esclavos.
Como consecuencia, Aristóteles defenderá la esclavitud, necesaria para el abastecimiento y el funcionamiento.
Pero para poder gobernar, Aristóteles defiende la necesidad de una constitución. Y teniendo esto en cuenta, Aristóteles considera aceptables las formas de gobierno que sean para el bien de todos, independientemente del número de personas que figuren en el gobierno.