La figura del hombre virtuoso tiene una importante función educativa y socializadora dentro de la polis, a lo que se le suma el papel educador de la ley, la familia y la comunidad. Pero, es que el hombre virtuoso es, en tanto que ejemplo viviente de la excelencia, el modelo moral a imitar. Y, pese que la inteligencia práctica sólo se pueda adquirir mediante el paso del tiempo y la experiencia, los jóvenes no deben esperar a desarrollarla, sino que tienen que trabajar por su felicidad contando con el modelo del hombre virtuoso; pues, todo aquel que quiera alcanzar la excelencia ética y la vida feliz, aún cuando no conozca los principios morales, los puede captar a través del ejemplo del hombre excelente. El hombre virtuoso es, igualmente, el criterio y la norma en los placeres. Debemos fijarnos en él para diferenciar qué placeres son buenos y verdaderos y qué placeres son malos y aparentes; pues serán placeres los que se lo parezcan al hombre virtuoso y algo será agradable cuando a él le deleite.Por otra parte, el punto de vista de Aristóteles difiere del de Platón frente a esta pregunta: ¿Cómo saber si una acción o elección es buena? Bien, según Platón, será buena cuando responda al modelo de la Idea del Bien; pero, según Aristóteles, sólo debe seguir el canon marcado por el virtuoso.
Caracteristicas del hombre
Para algunos estudiosos, la figura del hombre virtuoso es una nueva versión del “hombre moral” de Homero. Aún así, las virtudes y los rasgos del carácter que se definen al hombre virtuoso conforman una especie de Código Ético del Perfecto Ciudadano que proporcionarán a todo ser humano la clave de la verdadera vida, buena y feliz. A lo largo de toda la Ética a Nicómaco, el hombre excelente tiene una presencia muy relevante y a su carácter se le atribuyen los siguientes rasgos–Se esfuerza siempre en practicar todas las virtudes y por seguir el camino del honor. – Se ama a sí mismo antes que a nadie.- Al elegir la virtud, obra en beneficio de los demás.- Vive de acuerdo con la razón.- Hace muchas cosas por sus amigos y su patria. -Se desprende de su dinero para que sus amigos dispongan de más.- Necesita de sus amigos para ejercitar su inteligencia sobre ellos.-Prefiere vivir noblemente un año que vivir de cualquier manera muchos años.- Prefiere una sola acción hermosa y grande. -Posee inteligencia práctica y buen gusto. Sabe elegir los placeres adecuados.
Las pasiones son afectos naturales que se generan en la parte irracional del alma; concretamente, en la parte apetitiva o deseante. Las pasiones son fenómenos psicológicos naturales y, en sí mismas, no son ni buenas ni malas; simplemente, van asociadas a las experiencias de placer y dolor: son el motor de la acción. Sin embargo, las pasiones pueden estar desbocadas y mal gobernadas, conduciendo a la infelicidad y alejándonos del fin natural de la vida. En cambio, cuando estás reguladas y bien gobernadas por la razón: llevan a la felicidad. Así pues, necesitamos aprender a gobernar las pasiones conforme a una regla racional y según lo que cada situación requiera: ésta es la Regla del Término Medio.
La Regla del Término Medio es la regla de la razón a la cual se deben ajustar las pasiones para estar bien gobernadas. Toda virtud ética o excelencia del carácter es el término medio entre los dos extremos de una pasión o acción; por el contrario, los vicios son los extremos de una pasión o acción. Estos vicios pueden ser:- Por exceso, debido a sobrepasar demasiado el término medio. -Por defecto, debido a quedarse corto al alcanzar el término medio.
Según Aristóteles, para cada pasión o tipo de acción hay un término medio o virtud, gracias al mismo, ponemos, mediante la razón, el orden sobre ellas. El orden interior del hombre se reflejará en su modo de actuar: perfeccionando su naturaleza racional y encaminándose a la vida buena y feliz a la que está naturalmente orientado
.Aristóteles define la virtud como un hábito o disposición para elegir que consiste en un término medio relativo a nosotros determinado por la razón (inteligencia práctica). El término medio, por tanto, es flexible y relativo a cada uno y a cada situación concreta: no es el mismo para todos ni para todas las situaciones. Los individuos son distintos y viven muy distintas situaciones; por lo que su término medio no sigue reglas generales comunes a todos los seres. Determinar el término medio relativo a cada uno y a cada situación corresponde, por tanto, a la razón, concretamente, a la facultad calculadora del alma racional; el perfeccionamiento de esta facultad es la inteligencia práctica: la virtud dianoética propia del hombre prudente. Así pues, la tarea de la inteligencia práctica es discurrir bien para calcular con acierto el término medio, el cual constituye nuestras pasiones y acciones para reaccionar con la intensidad debida, de manera debida, en el momento debido y por las causas debidas. Para aprender a ser prudente se necesita experiencia, madures y un buen conocimiento de las limitaciones y capacidades.
Excepciones de la Teoría del Término Medio
La regla del término medio es una regla flexible dentro de ciertos límites dada la contingencia propia de las acciones y decisiones humanas que no se rigen por principios necesarios. No debe sorprender que la regla del término medio sea, además, excepcional y con ciertas matizaciones y correcciones: No hay término medio virtuoso para todas las pasiones y acciones: hay pasiones que son intrínsecamente malas y en las cuales ni el término medio es bueno y deseable e, igualmente, hay acciones que son malas en sí mismas y tampoco admiten el término medio. La tarea de determinar el término medio no es siempre fácil; por ello, a veces, a la hora de actuar debemos contentarnos, meramente, con evitar los extremos. Hay ocasiones en las cuales debemos inclinarnos más hacia un extremo porque, en determinadas circunstancias, el término medio está más próximo de ese extremo que del otro. En algunos casos, el vicio por exceso es preferible al vicio por defecto y viceversa. Por tanto, si nos desviamos del término medio, es preferible hacerlo en la dirección del extremo que socialmente se considera menos malo.
Sustancia, es lo que está debajo de de las cualidades o accidentes, sirviéndole de soporte permanente. Es aquello que para existir no necesita de otro, es decir, es independiente.
Sustancia primera, es el ser que existe de manera concreta, individual, e independiente: Un árbol, un perro, etc.
Sustancia segunda, para Aristóteles son las ideas o conceptos acerca de los géneros y especies que son captadas por el intelecto y que solo existen en él. Son universales, abstractas e inmutables, Causa, es el motivo o razón que produce un efecto: puede ser material, formal, eficiente o final.
Carácter, conjunto de hábitos de la persona que configuran su fisonomía espiritual (o personalidad).
Materia, todo lo que percibimos fuera de nosotros y que actúa sobre nuestros sentidos. Aquello que necesita ser determinado por la forma o esencia. Es concreta, individual y mutable.