Aristóteles y Agustín de Hipona: Ética y Política

ARI) MORAL O LA ÉTICA

Para Aristóteles, la moral se basa en su concepción teleológica de los seres naturales que tienden a un fin y en los seres humanos es la felicidad (Eudemonia) y, por ello, su ética se denomina Eudemonismo. Según Aristóteles, la felicidad consiste en desarrollar lo propio de cada ser de acuerdo a su esencia. La facultad intelectiva es lo característico del ser humano, lo que lleva al conocimiento de los seres y especialmente del ser supremo, el motor inmóvil (siendo ésta la única actividad de este ser “divino”). La actividad intelectual o vida contemplativa es lo que debemos desarrollar, siendo las virtudes dianoéticas o intelectuales las que perfeccionan el entendimiento: la sabiduría o la contemplación, la reflexión, el estudio. Pero el hombre no es sólo entendimiento (como el ser “divino”), sino que tiene facultades vegetativa y sensitiva relacionadas con las necesidades corporales y sociales, por lo que le resultará imposible conseguir la plena felicidad ya que no puede ejercer plenamente la vida contemplativa (que supondría estar permanentemente pensando), su felicidad es siempre limitada, siendo la felicidad absoluta exclusiva del Primer Motor. El correcto desarrollo de las facultades vegetativa y sensitiva, que hace posible cumplir con las necesidades corporales y sociales del ser humano, se consigue con las virtudes éticas o prácticas, las más humanas (frente a las dianoéticas que serían ‘divinas’). Estas virtudes éticas organizan nuestras vidas de forma que podamos dedicarnos a lo que nos es más característico y nos acercan a la felicidad (el desarrollo de la facultad intelectiva). La virtud ética se define en Aristóteles como un hábito, disposición adquirida por la práctica frecuente, de determinar con prudencia, utilizando la facultad intelectiva o razón, el término medio entre dos extremos viciosos.

AR) EL PROBLEMA DE LA SOCIEDAD O POLÍTICA

El hombre es un ser social por naturaleza, un zoon politikon, y en su esencia se encuentra implícita su sociabilidad, posee el logos que le permite comunicarse racionalmente con los demás seres racionales lo que posibilita el desarrollo del conocimiento y la racionalidad misma. La sociedad, pues, no es producto de la convención sino que forma parte de la concepción teleológica de ser humano, pues es la polis el fin último de todo desarrollo humano y a su vez éste sólo es posible dentro de una sociedad. La felicidad humana sólo se puede conseguir, así, dentro de una sociedad cuyas leyes posibiliten el desarrollo de las virtudes éticas en todos los ciudadanos. Por esto el legislador o el político debe ser alguien que no sólo tenga conocimientos teóricos, sino que debe haberse habituado a la aplicación práctica de su intelecto, ser prudente. La Justicia social se da cuando el gobierno no busca intereses particulares y posibilita la realización de la virtud en todos los ciudadanos. Aristóteles distingue tres formas justas de gobierno, frente a sus respectivas corrupciones: la Monarquía, el gobierno de uno solo, su corrupción es la Tiranía; la Aristocracia, el gobierno de los mejores, frente a Oligarquía; y la Democracia, considerada la mejor por Aristóteles, es el gobierno del pueblo, su corrupción es la Demagogia

AR) EL PROBLEMA DE LA SOCIEDAD O POLÍTICA

Agustín de Hipona es el primer pensador que analiza el sentido de la historia humana según una finalidad, y la concibe como el escenario donde Dios se manifiesta al hombre y donde se produce la salvación. Así, la historia es lineal teniendo un principio, la creación, y un fin, el Juicio Final, y adquiriendo un significado global en ese final de los tiempos. La historia avanza así hacia una meta final que, defiende Agustín de Hipona, será la vuelta de Jesucristo y la definitiva instauración del Reino de Dios en la tierra para los justos. En este desarrollo histórico, S. Agustín distinguirá dos grandes grupos humanos según sea el objeto de su amor: los que se aman a sí mismos por encima de todo, que conforman la Ciudad terrenal, y los que aman a Dios por encima de todo, que constituyen la Ciudad de Dios. Estas dos ciudades están mezcladas en cualquier sociedad a lo largo de la historia, manteniendo una lucha ética entre sus componentes. La historia humana avanza hacia el triunfo y salvación de los integrantes de la Ciudad de Dios que se dará al final de los tiempos.

ROU) EL PROBLEMA DEL SER HUMANO

 diferencia entre el hombre natural y el hombre social.  natural vive en el estado de naturaleza (desarrolla la idea del mito del buen salvaje). El hombre en estado de naturaleza, antes de convivir en sociedad, era bueno y feliz, independiente en relación a los otros hombres y con un egoísmo no negativo. El buen salvaje tenía, así, un sano amor hacia sí que no implicaba buscar el mal de los otros hacia los que sentía compasión. En este estado natural, el hombre mantenía sentimientos puros, no coartados o envenenados por el prejuicio social, y una relación directa con la naturaleza. Este estado natural de cómo sería el ser humano en sus hipotéticos orígenes se enfrenta al hombre social, aquel que vive en un estado de sociedad o estado cultural.  En este estado social, que sí que es real frente al natural, el hombre no es un ser feliz y bueno, sino que está llevado por un egoísmo malsano por el cual busca su propio interés en detrimento de los otros seres humanos. Así, la cultura y el progreso no  más feliz y más bueno, sino que es más desigual, injusto y profundamente infeliz. Cultura y progreso  que han corrompido a los hombres. 

EL PROBLEMA DE LA SOCIEDAD O LA POLÍTICA

Sociedad corrompe al humano, no se trata de volver a un estado primitivo, analizar esta sociedad, causa y reformarla. dos pasos: en primer lugar, situar el origen del mal social; y, segundo, proponer una serie de reformas. origen del mal en la sociedad es la desigualdad, fruto propiedad privada, privilegios, permanente enfrentamiento social. la sociedad actual es injusta. Para reformarla, propone un Contrato Social (sin volver al estado de natiraleza). bases para pacto social justo, pueda armonizar libertad, igualdad y poder político. este contrato social, el pueblo es el soberano. voluntad general, voluntad general es la del sujeto colectivo renuncia a sus egoísmos personales,  bien común, libertad de obrar de acuerdo al egoísmo propio. educación, formar buenos ciudadanos, sociedad racional y libre

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