Fundamentos Antropológicos
Para la ética que atiende el accionar humano es importante el aspecto metafísico del orden natural y una verdad como la capacidad real del hombre para entender y querer esa verdad y ese bien sin olvidar su finitud. No se puede hablar de mirar los colores de una tela si ella no lo tiene, pero tampoco se podría realizar tal acto, si aun existiendo una tela pintada no tuviéramos la vista para verlos. Deben coexistir un objeto aprehensible y un sujeto aprehendente. Sócrates consideraba que ningún zapatero puede ser bueno en su oficio si no conoce de antemano que es un pie. Así también para que el hombre sea bueno es preciso que se conozca. El hombre es parte de una realidad natural creada. Por lo tanto tiene una vedad y un bien inscriptos en su estructura misma, pero dentro del orden del cosmos, el hombre ocupa un lugar muy especial. Porque el hombre es persona y la persona es lo más perfecto de la naturaleza. Conociendo la definición de persona dada por Boecio, encontramos que en la naturaleza humana tiene como potencias propias la inteligencia y la voluntad libre por la inteligencia el hombre es capaz de llegar a la esencia misma de las cosas y por su voluntad es capaz de querer el bien que la inteligencia le presenta y libremente determinarse frente a él. Estas dos capacidades revela la presencia de una dimensión inmaterial en el hombre, su espiritualidad. La persona es fin, un bien en sí mismo, no una realidad útil y su naturaleza está orientada a la realización de sus potencias para la realización de su perfección. Debido a su inteligencia y voluntad el hombre tiene el poder de escoger el bien. Para esto la inteligencia capta un objeto como bueno, la voluntad realiza un acto de complacencia, espontanea, la inteligencia realiza un examen más atento de ese objeto para ver si es posible y bueno. La voluntad pone la intención de poner ese bien, se dispone a querer los medios para obtener un fin, la inteligencia realiza un examen de los medios, la voluntad decide según los pasos que se ordena a la inteligencia y por último la voluntad con el movimiento da las facultades para obrar. Para realizar todo acto humano debemos tener en cuenta las fuentes de la moralidad, que son el objeto, el fin y la circunstancia El objeto le da al acto la moralidad primera y esencial. Si el objeto es malo, el acto también lo es. No se puede hacer un mal para obtener un bien mientras que el objeto se refiere al acto exterior, con el fin correspondiente al acto interior es la intención del que obra, lo que quiere lograr por su acción. Si el objeto y el fin son buenos el acto tiene doble mérito. Si un es bueno y el otro malo, el acto es malo. El fin no justifica los medios ni los medios el fin. Las circunstancias son los detalles que rodean a un acto moral, quien, como, donde, etc. Aunque su calificación es accidental, aumentan o disminuyen la bondad o maldad de un acto.
Boecio Persona “De Persona et duabus naturis” (sustancia individual de naturaleza racional)
Sustancia: es sustancia concreta como existiendo en el individuo y sustancia abstracta como genera y especie.
Individual: no pueden ser subdivididos, da la singularidad.
Naturaleza racional: es un ser intelectual.
Ética y Moral
Definición Etimológica: el termino ético deriva del griego “Ethos” que significa usos, costumbres. El término Moral proviene del latín “Mos” o “Moris” que significa maneras de obviar, comportamiento, costumbre. Si nos detuviéramos en estos significados etimológicos, se podría entender por ética o moral a la ciencia descriptiva del obrar humano.
Libertad y Responsabilidad
Según la definición de Boecio, el hombre tiene la facultad de la inteligencia y la voluntad libre. La libertad es de algo, y para algo, el hombre es libre de elegir los medios para la realización de una acción. Cuando el hombre actúa con libertad, es responsable de sus acciones. Una acción puede considerarse viciada de libertad cuando la inteligencia le presenta un conocimiento que no es bueno, se habla entonces de fabilidad. Esto Significa que el hombre tiene un conocimiento erróneo. Debemos distinguir la fabilidad de la ignorancia ya que en esta la persona desconoce y hay ausencia de conocimiento. Existen otros elementos que también condicionan a un acto voluntario libre como por ejemplo la afectividad, el hábito, el carácter y la ignorancia. Estos son obstáculos que provienen del interior del hombre. Existen obstáculos exteriores como por ejemplo la violencia que guía la conducta libre del hombre. Según Aristóteles, para hablar de acciones moralmente imputables, es necesaria la ausencia de coacción interna y externa, de esta manera. Por ejemplo un demente no es libre en sus acciones al actuar moralmente. Para los antiguos, cuando un niño llegaba a la juventud se le permitía usar la toga libera que indicaba la condición de libertad y que estaba en edad de asumir responsabilidades Para que una persona sea responsable moralmente de su acción debe reunir ciertas características: conciencia o conocimiento de las circunstancias, posibilidades, consecuencias, libertad.