Ciencia, Filosofía y Política: Figuras Clave del Renacimiento y la Modernidad

Ciencia

Nicolás Copérnico, con su obra Sobre las revoluciones del orbe celeste, marcará una nueva era para la astronomía. La ventaja del sistema que plantea es su gran simplicidad respecto al de Ptolomeo. Nicolás solo plantea 34 órbitas ligeramente excéntricas con respecto al Sol para explicar los fenómenos observados, así como dotar a la Tierra de tres tipos de movimientos:

  1. Rotación sobre su propio eje.
  2. Traslación alrededor del Sol.
  3. Libración, una oscilación sobre la eclíptica para explicar la precesión de los equinoccios.

Según Nicolás, si la Tierra ya no ocupa el centro del universo, su sistema propio no es diferente al resto de planetas. Se niega la teoría aristotélica y la gravedad es explicada por la tendencia de los cuerpos materiales a formar masas esféricas (es fiel a la perfección griega del círculo y la esfera).

Tycho Brahe no acepta el sistema copernicano, aunque sus observaciones le confirman que el de Ptolomeo tiene fallos graves. Por ello, elabora un sistema propio de nombre sistema ticónico. Según este, el Sol y la Luna girarían en torno a la Tierra, mientras que el resto de planetas lo harían alrededor del Sol. Sustituye las esferas materiales por la noción de órbita, que será adoptada por la física moderna, y propone que estas sean consideradas ovales en lugar de circulares.

Kepler, que fue ayudante de Brahe, sucedió a este tras su muerte como matemático imperial. La gran aportación de Kepler fue el descubrimiento de las tres leyes orbitales:

  1. Ley de órbitas: los planetas se mueven en órbitas elípticas que tienen al Sol en uno de sus focos.
  2. Ley de áreas: los radios vectores barren áreas iguales en tiempos iguales.
  3. Los cuadrados de los periodos orbitales de dos planetas son proporcionales a los cubos de las distancias medias de dichos planetas al Sol.

También esboza la solución a otro problema: los planetas. En la Edad Media se tiende a considerar que son esferas cristalinas. A partir de Tycho, se eliminan esas esferas, pero sigue la cuestión de qué es lo que los hace girar. Sería William Gilbert quien publicase Sobre el magnetismo y presentase la hipótesis de que la Tierra es un gigantesco imán cuya influencia se extiende sobre todos los cuerpos celestes manteniéndolos cohesionados. Kepler estableció que era el Sol el que ejercía la fuerza magnética sobre el Cosmos.

Galileo Galilei, en 1609, provisto de un telescopio, se puso a observar el cielo, descubriendo los satélites de Júpiter, las manchas solares, las fases de Venus y la rugosidad de la superficie lunar. Para Galileo, esto demostraba la falsedad de la cosmología aristotélica y la validez de la de Copérnico. Un Sol con manchas y una Luna con montes no respondían a la imagen que postulaba Aristóteles. Así pues, Galileo es el auténtico fundador de la ciencia moderna porque es él quien pone las bases para la matematización definitiva de la física. Además, propone un método científico para guiar las investigaciones:

  • Resolución: se divide en partes el hecho a explicar.
  • Se elaboran hipótesis de carácter matemático y se deducen sus consecuencias.
  • Por último, se comprueba mediante experimentos.

Por último, no pretende explicar las causas del movimiento, sino describir las leyes que lo rigen, como la principal ley o principio de inercia (movimiento).

Filosofía

Nicolás de Cusa sostiene que Dios es el principio de todo. Parte de la concepción de que Dios no es nada determinado y es infinito. Es así porque lo abarca todo, tanto lo bueno como lo malo, por lo que concluimos que no es nada determinado. Como no podemos conocer a Dios porque es así, tampoco podemos llegar a conocer el mundo natural creado por él, y de este solo podemos hacer hipótesis matemáticas. Saber que el conocimiento de lo infinito es imposible y que sobre el mundo natural solo podemos hacer conjeturas es lo que llama Nicolás docta ignorancia. Respecto a los universales, es nominalista y establece que el entendimiento reside en la capacidad de elaborar hipótesis matemáticas.

Francis Bacon es un filósofo de la técnica. El objetivo de su filosofía es ayudar al desarrollo de la ciencia y, para ello, realiza una dura crítica a los métodos tradicionales de obtención del saber, frente a los cuales sostiene que el experimento es el instrumento para el conocimiento y dominio del universo. Previo al desarrollo del experimento, es preciso hacer una crítica a los prejuicios que impiden la correcta interpretación de la naturaleza. Bacon opone la interpretación a la anticipación. A las anticipaciones de la naturaleza las llama idola y distingue cuatro tipos:

  1. Idola de la tribu: son aquellos que se fundan en la naturaleza humana y son comunes a todos los hombres.
  2. Idola de la caverna: son propios de cada individuo; dependen de la educación, de las costumbres y de las circunstancias personales de cada uno.
  3. Idola del foro: proceden del lenguaje. Las palabras se imponen al entendimiento.
  4. Idola del teatro: proceden de doctrinas filosóficas o de demostraciones erróneas.

El método adecuado, según Bacon, es la inducción a partir del experimento. Se parte de lo complejo, dividiéndolo en sus elementos simples, que para él son las cualidades simples (calor, frío…). Una vez obtenidas, se trata de conocer sus propiedades y causas por inducción: se hace una enumeración de todos los casos en que aparece una determinada cualidad simple y en los casos en los que no aparece, y se busca lo común a estos casos. Así, se descubre la causa de las cualidades.

Filosofía Política

La doctrina política de Nicolás Maquiavelo está recogida en El Príncipe y Los discursos sobre la primera década de Tito Livio. El primero está expuesto como manual de estrategia política y el segundo, por el contrario, defiende una república de ciudadanos libres e iguales. El ideal político de Maquiavelo es el presente en esta segunda obra, mientras que El Príncipe está pensado para aquellas situaciones extremas en las que se impone la anarquía y la corrupción.

Una de las aportaciones novedosas de Maquiavelo es su modo de analizar la realidad política. Esta actitud científica que posee viene caracterizada por dos rasgos:

  • Realismo: toma a los fenómenos políticos y al comportamiento humano tal como son y no como deberían ser.
  • Búsqueda de las regularidades que gobiernan el comportamiento de los individuos y de los Estados.

También define el campo específico de lo político como el poder y el Estado. Para Maquiavelo, el ser humano solo se realiza como tal en el seno de la comunidad política. Se enfrenta así a la escolástica medieval, donde la vida humana está destinada a la salvación. Por ello, el Estado debe someterse a los fines superiores, trascendentes de la Iglesia. Cree que la religión es útil y aún necesaria, pero debe de estar subordinada a los fines políticos y debe funcionar como una institución del Estado.

En El Príncipe se muestran las mejores técnicas para conquistar el poder y mantenerse en él. El poder se convierte así en un fin en sí mismo, al servicio del cual se ponen todo tipo de estrategias sin tener en cuenta los límites morales o religiosos. Tales estrategias pueden ser válidas para cualquier época porque hay cierta regularidad en el comportamiento humano. Para hacerse con el poder, es necesario principalmente la fortuna y la virtú. La primera rige las acciones humanas y la historia, y la segunda interviene en el destino que nos labramos nosotros mismos.

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