La pregunta o problema que vertebra el pensamiento de Descartes es el de la
Fundamentación del conocimiento:
¿cómo se puede alcanzar un conocimiento fundamentado, Incuestionable, absolutamente verdadero? Descartes busca contestar a través de su pensamiento al Escepticismo, a aquellos que dicen que nada se puede conocer y que, por lo tanto, asumen que no Es posible llegar a un conocimiento que se pueda considerar genuinamente verdadero e Incuestionable. El filósofo francés observa que en la filosofía no hay certidumbres ni evidencias, al contrario De lo que ocurre en las matemáticas. Como buen racionalista, considera que la razón es capaz de Resolver cualquier cuestión por muy problemática que sea, por lo que defiende que es posible llegar A conocimientos indudables también en el campo de la filosofía. Con este objetivo, el filósofo francés Propone un método matemático para la filosofía. Descartes es consciente de que la física se está Transformando gracias a la matematización de la disciplina, y así, él intenta hacer lo mismo con la Filosofía. En tanto la razón es una y la misma en todos los ámbitos del saber, este método será válido En todas las ramas del conocimiento. Las operaciones intelectuales básicas que están detrás de este método son: 1. Intuición: Captación de conceptos simples emanados de la propia razón de un modo claro y distinto, de tal Manera que no se tenga ningún tipo de duda sobre lo que entendemos. 2. Deducción: con ella Llegamos a lo que se concluye necesariamente de lo que sabemos con certeza. Combinando, pues, Intuición y deducción, es decir, partiendo de las verdades simples e indudables que nos proporciona La intuición y que la deducción toma como base, se obtendrá un conocimiento fundado. Para alcanzar Este objetivo, será necesario seguir el método matemático que propone Descartes en su obra el Discurso del método, que consta de los siguientes preceptos o reglas: 1. Evidencia: aceptar como Verdadero nada más que lo que se presenta como claro y distinto a mi entendimiento, aquello que no Genere ningún tipo de duda. 2. Análisis: dividir cualquier problema en tantas partes como sea posible, En sus elementos simples, para poder resolverlo del mejor modo. 3. Síntesis: conducir con orden los Pensamientos comenzando con los objetos simples y más fáciles de conocer para ascender hacia el Conocimiento de los más complejos. 4. Revisión: repasar los pasos dados para descartar errores. Descartes, pues, como pensador racionalista cree en la autosuficiencia de la razón, algo que Se observa en su método basado en las operaciones intelectuales de la intuición y la deducción, de Tal modo que la razón ha de encontrar en sí misma las verdades básicas o elementales, aquellas que Sean incuestionables, a partir de las cuales deducir, y con ello fundamentar, todo el conocimiento. Entonces, lo que conocemos a través de los sentidos queda en un segundo plano. Para llegar a Estas verdades simples e indudables es necesario rechazar todos los conocimientos e ideas que Generen algún tipo de duda, por muy pequeña que sea: hay que dudar de todo aquello que sea Posible dudar. Aquello que supere esta duda radical será incuestionablemente verdadero. Así, Descartes comienza con la duda el camino de la búsqueda del conocimiento verdadero e Incuestionable. Esta duda será, pues, universal, hiperbólica o exagerada, teorética (al dirigirse al Conocimiento y no al comportamiento humano) y metódica (es una exigencia del método cartesiano). ¿Qué motivos, según Descartes, nos pueden llevar a dudar de aquellas cosas que solemos aceptar Como verdaderas, y que por lo tanto, se han de tener en cuenta en el proceso de esta duda Metódica? Primeramente, la incertidumbre derivada de los datos de los sentidos, ya que es posible Que las cosas no sean tal y como las percibimos con los sentidos, por lo que el filósofo francés Dudará de todo aquello que percibe a través de los sentidos. Por otra parte, la dificultad de distinguir El sueño de la vigilia hace que Descartes acepte la posibilidad de que todos los pensamientos que Tiene en el estado de vigilia sean en realidad sueños e ilusiones y que quizás, en realidad, no existan Los objetos de los que tiene experiencia en la vida cotidiana. Además, tal vez exista un genio maligno, Un ser que haga que piense que no se equivoca al captar como verdaderas cosas que, en realidad, No son ciertas. Esta duda radical parece llevar irremediablemente al escepticismo, sin embargo lo que queda Fuera de la duda es la propia duda, el acto de dudar. Cuando dudo, cuando me equivoco, pienso y la Acción de pensar supone la existencia de un ser que piensa. Mi existencia como sujeto que duda, Que se engaña, es decir, que piensa es incuestionable. Descartes expresa esta idea a través de la Fórmula “pienso, luego existo”. El “pienso, luego soy” se corresponde con una intuición (es algo Incuestionable, algo que se percibe de un modo claro y distinto) y en consecuencia, se ha de Considerar verdadero y se convierte en la primera verdad, el primer principio metafísico que Constituirá una de las bases a partir de las cuales deducir y fundamentar todo el conocimiento. Así Mismo, el “pienso, luego existo” le sirve a Descartes para extraer su criterio de certeza o verdad: todo Aquello que como el “pienso, luego soy” se perciba de un modo claro y distinto, será verdadero e Incuestionable. Por otra parte, esta primera verdad justifica la existencia de un sujeto que piensa, del Pensamiento, sin necesidad de recurrir al cuerpo o a lo material. En este momento de aplicación de la duda metódica Descartes duda de la existencia del Propio cuerpo y de la realidad externa a la mente, ya que, como se ha indicado, los datos de los Sentidos no ofrecen certezas, tal vez los contenidos de los pensamientos sean ilusiones como en los Sueños o un genio maligno engañe a la mente. Sin embargo, la existencia del pensamiento propio y De las ideas través de las que se piensa es indudable. Por ello Descartes llega a decir que “yo soy yo Y mis ideas”, esto es, dice que es una cosa que piensa o una sustancia pensante. El autor francés Define la sustancia como una realidad que existe de tal manera que no necesita de otra realidad para Existir. Así, deja claro que el sujeto o yo que piensa, la sustancia pensante, no necesita del cuerpo u Otra realidad para existir. En definitiva, para Descartes el alma o pensamiento, y no el cuerpo, es la Esencia del ser humano. En esta fase de la duda metódica sólo hay la certeza de la existencia del pensamiento y de lo Que lo constituye, las ideas. Es, pues, necesario romper el cerco de la realidad mental para avanzar En el proyecto de fundamentar el saber y alcanzar un conocimiento que esté más allá de toda duda. Con este objetivo Descartes analiza lo que hay en la mente, las ideas, y así poder descubrir algo que Permita romper esta frontera. Aquí distingue un tipo específico de ideas, las ideas innatas, ideas que No se originan en los sentidos, ni que son construidas por el pensamiento a partir de otras ideas Previas, sino que son ideas que posee el ser humano desde su nacimiento. Las ideas innatas forman Parte de la propia razón y se presentan a la mente de un modo claro y distinto, como evidentes en sí Mismas. Dentro de las ideas innatas Descartes distingue la idea de infinito, que se apresura a Identificar con la idea de Dios. Dios como ser infinito y perfecto será una idea innata, y a partir de tal Idea Descartes “demuestra” la existencia de Dios. Para ello se apoya, entre otros, en el argumento Ontológico de San Anselmo, que toma como base la idea de Dios como ser perfecto, por lo que no Puede ser el caso de que algo perfecto no exista, ya que existir es una perfección. Concluye, Entonces Descartes, que la existencia de Dios como ser perfecto es la segunda verdad Incuestionable, otro principio metafísico sobre el que fundamentar el conocimiento. Dios, como sustancia infinita, primera causa del mundo y ser perfecto, y en consecuencia un Ser bondadoso, no puede permitir que me engañe cuando percibo intelectualmente algo de un modo Claro y distinto, por lo que hay una realidad extramental, existe un mundo fuera de mi mente, al Menos, en lo que se refiere a las cualidades primarias de los objetos (cualidades, dice Descartes, Que se perciben de un modo claro y distinto). De esta manera, partiendo de las premisas de que el yo Pensante existe, Dios existe, y hay una realidad extramental, el camino para la deducción y Fundamentación de todo el conocimiento queda despejado. Se observa como en el pensamiento de Descartes Dios actúa como garantía de la certeza de aquello que se percibe de un modo claro y Distinto (resolviendo así la hipótesis de la existencia de un genio maligno) y es lo que posibilita volver A confiar en los datos de los sentidos. Es decir, gracias a esta segunda verdad que Descartes Considera incuestionable, la existencia de Dios, el filósofo francés puede superar la duda radical que Implica la duda metódica, dando cuenta así de la dificultad de refutar el escepticismo como postura Filosófica. Descartes defiende que el alma o pensamiento y el cuerpo o materia son radicalmente Distintos y no se necesitan mutuamente para existir. Se percibe de un modo claro y distinto, dice Descartes, que el cuerpo es extensión, ocupa un espacio, mientras que el pensamiento es no Extenso. Los cuerpos, la materia, constituyen una sustancia, la sustancia extensa. El cuerpo de los Seres vivos funciona como una máquina y no se precisa recurrir al pensamiento o alma para explicar Su funcionamiento. La sustancia pensante está esencialmente vinculada al acto de pensar, sin Espacio definido, y pude decidir libremente. El cuerpo, en cambio, está situado en el espacio, sin Pensamiento, y lo gobiernan las leyes de la física. El filósofo francés afirma que en cada persona el cuerpo o sustancia extensa y el alma o Sustancia pensante están unidos e interactúan constantemente. Sin embargo, la sustancia pensante Y la sustancia extensa son radicalmente diferentes. Descartes posee una concepción dualista del ser Humano que desemboca en el problema de la relación entre el cuerpo y el alma: ¿cómo una realidad Inmaterial, la sustancia pensante, puede actuar sobre una realidad material, la sustancia extensa, y Viceversa? El propio Descartes reconoce que no puede resolver este problema. A pesar de todo, Defiende este dualismo antropológico con la finalidad de salvaguardar la libertad humana. Si el sujeto Pensante no tuviera total autonomía sobre el cuerpo, estaría determinado por las leyes de la física Que rigen a los cuerpos y el comportamiento humano sería como el de una máquina.
¿cómo se puede alcanzar un conocimiento fundamentado, Incuestionable, absolutamente verdadero? Descartes busca contestar a través de su pensamiento al Escepticismo, a aquellos que dicen que nada se puede conocer y que, por lo tanto, asumen que no Es posible llegar a un conocimiento que se pueda considerar genuinamente verdadero e Incuestionable. El filósofo francés observa que en la filosofía no hay certidumbres ni evidencias, al contrario De lo que ocurre en las matemáticas. Como buen racionalista, considera que la razón es capaz de Resolver cualquier cuestión por muy problemática que sea, por lo que defiende que es posible llegar A conocimientos indudables también en el campo de la filosofía. Con este objetivo, el filósofo francés Propone un método matemático para la filosofía. Descartes es consciente de que la física se está Transformando gracias a la matematización de la disciplina, y así, él intenta hacer lo mismo con la Filosofía. En tanto la razón es una y la misma en todos los ámbitos del saber, este método será válido En todas las ramas del conocimiento. Las operaciones intelectuales básicas que están detrás de este método son: 1. Intuición: Captación de conceptos simples emanados de la propia razón de un modo claro y distinto, de tal Manera que no se tenga ningún tipo de duda sobre lo que entendemos. 2. Deducción: con ella Llegamos a lo que se concluye necesariamente de lo que sabemos con certeza. Combinando, pues, Intuición y deducción, es decir, partiendo de las verdades simples e indudables que nos proporciona La intuición y que la deducción toma como base, se obtendrá un conocimiento fundado. Para alcanzar Este objetivo, será necesario seguir el método matemático que propone Descartes en su obra el Discurso del método, que consta de los siguientes preceptos o reglas: 1. Evidencia: aceptar como Verdadero nada más que lo que se presenta como claro y distinto a mi entendimiento, aquello que no Genere ningún tipo de duda. 2. Análisis: dividir cualquier problema en tantas partes como sea posible, En sus elementos simples, para poder resolverlo del mejor modo. 3. Síntesis: conducir con orden los Pensamientos comenzando con los objetos simples y más fáciles de conocer para ascender hacia el Conocimiento de los más complejos. 4. Revisión: repasar los pasos dados para descartar errores. Descartes, pues, como pensador racionalista cree en la autosuficiencia de la razón, algo que Se observa en su método basado en las operaciones intelectuales de la intuición y la deducción, de Tal modo que la razón ha de encontrar en sí misma las verdades básicas o elementales, aquellas que Sean incuestionables, a partir de las cuales deducir, y con ello fundamentar, todo el conocimiento. Entonces, lo que conocemos a través de los sentidos queda en un segundo plano. Para llegar a Estas verdades simples e indudables es necesario rechazar todos los conocimientos e ideas que Generen algún tipo de duda, por muy pequeña que sea: hay que dudar de todo aquello que sea Posible dudar. Aquello que supere esta duda radical será incuestionablemente verdadero. Así, Descartes comienza con la duda el camino de la búsqueda del conocimiento verdadero e Incuestionable. Esta duda será, pues, universal, hiperbólica o exagerada, teorética (al dirigirse al Conocimiento y no al comportamiento humano) y metódica (es una exigencia del método cartesiano). ¿Qué motivos, según Descartes, nos pueden llevar a dudar de aquellas cosas que solemos aceptar Como verdaderas, y que por lo tanto, se han de tener en cuenta en el proceso de esta duda Metódica? Primeramente, la incertidumbre derivada de los datos de los sentidos, ya que es posible Que las cosas no sean tal y como las percibimos con los sentidos, por lo que el filósofo francés Dudará de todo aquello que percibe a través de los sentidos. Por otra parte, la dificultad de distinguir El sueño de la vigilia hace que Descartes acepte la posibilidad de que todos los pensamientos que Tiene en el estado de vigilia sean en realidad sueños e ilusiones y que quizás, en realidad, no existan Los objetos de los que tiene experiencia en la vida cotidiana. Además, tal vez exista un genio maligno, Un ser que haga que piense que no se equivoca al captar como verdaderas cosas que, en realidad, No son ciertas. Esta duda radical parece llevar irremediablemente al escepticismo, sin embargo lo que queda Fuera de la duda es la propia duda, el acto de dudar. Cuando dudo, cuando me equivoco, pienso y la Acción de pensar supone la existencia de un ser que piensa. Mi existencia como sujeto que duda, Que se engaña, es decir, que piensa es incuestionable. Descartes expresa esta idea a través de la Fórmula “pienso, luego existo”. El “pienso, luego soy” se corresponde con una intuición (es algo Incuestionable, algo que se percibe de un modo claro y distinto) y en consecuencia, se ha de Considerar verdadero y se convierte en la primera verdad, el primer principio metafísico que Constituirá una de las bases a partir de las cuales deducir y fundamentar todo el conocimiento. Así Mismo, el “pienso, luego existo” le sirve a Descartes para extraer su criterio de certeza o verdad: todo Aquello que como el “pienso, luego soy” se perciba de un modo claro y distinto, será verdadero e Incuestionable. Por otra parte, esta primera verdad justifica la existencia de un sujeto que piensa, del Pensamiento, sin necesidad de recurrir al cuerpo o a lo material. En este momento de aplicación de la duda metódica Descartes duda de la existencia del Propio cuerpo y de la realidad externa a la mente, ya que, como se ha indicado, los datos de los Sentidos no ofrecen certezas, tal vez los contenidos de los pensamientos sean ilusiones como en los Sueños o un genio maligno engañe a la mente. Sin embargo, la existencia del pensamiento propio y De las ideas través de las que se piensa es indudable. Por ello Descartes llega a decir que “yo soy yo Y mis ideas”, esto es, dice que es una cosa que piensa o una sustancia pensante. El autor francés Define la sustancia como una realidad que existe de tal manera que no necesita de otra realidad para Existir. Así, deja claro que el sujeto o yo que piensa, la sustancia pensante, no necesita del cuerpo u Otra realidad para existir. En definitiva, para Descartes el alma o pensamiento, y no el cuerpo, es la Esencia del ser humano. En esta fase de la duda metódica sólo hay la certeza de la existencia del pensamiento y de lo Que lo constituye, las ideas. Es, pues, necesario romper el cerco de la realidad mental para avanzar En el proyecto de fundamentar el saber y alcanzar un conocimiento que esté más allá de toda duda. Con este objetivo Descartes analiza lo que hay en la mente, las ideas, y así poder descubrir algo que Permita romper esta frontera. Aquí distingue un tipo específico de ideas, las ideas innatas, ideas que No se originan en los sentidos, ni que son construidas por el pensamiento a partir de otras ideas Previas, sino que son ideas que posee el ser humano desde su nacimiento. Las ideas innatas forman Parte de la propia razón y se presentan a la mente de un modo claro y distinto, como evidentes en sí Mismas. Dentro de las ideas innatas Descartes distingue la idea de infinito, que se apresura a Identificar con la idea de Dios. Dios como ser infinito y perfecto será una idea innata, y a partir de tal Idea Descartes “demuestra” la existencia de Dios. Para ello se apoya, entre otros, en el argumento Ontológico de San Anselmo, que toma como base la idea de Dios como ser perfecto, por lo que no Puede ser el caso de que algo perfecto no exista, ya que existir es una perfección. Concluye, Entonces Descartes, que la existencia de Dios como ser perfecto es la segunda verdad Incuestionable, otro principio metafísico sobre el que fundamentar el conocimiento. Dios, como sustancia infinita, primera causa del mundo y ser perfecto, y en consecuencia un Ser bondadoso, no puede permitir que me engañe cuando percibo intelectualmente algo de un modo Claro y distinto, por lo que hay una realidad extramental, existe un mundo fuera de mi mente, al Menos, en lo que se refiere a las cualidades primarias de los objetos (cualidades, dice Descartes, Que se perciben de un modo claro y distinto). De esta manera, partiendo de las premisas de que el yo Pensante existe, Dios existe, y hay una realidad extramental, el camino para la deducción y Fundamentación de todo el conocimiento queda despejado. Se observa como en el pensamiento de Descartes Dios actúa como garantía de la certeza de aquello que se percibe de un modo claro y Distinto (resolviendo así la hipótesis de la existencia de un genio maligno) y es lo que posibilita volver A confiar en los datos de los sentidos. Es decir, gracias a esta segunda verdad que Descartes Considera incuestionable, la existencia de Dios, el filósofo francés puede superar la duda radical que Implica la duda metódica, dando cuenta así de la dificultad de refutar el escepticismo como postura Filosófica. Descartes defiende que el alma o pensamiento y el cuerpo o materia son radicalmente Distintos y no se necesitan mutuamente para existir. Se percibe de un modo claro y distinto, dice Descartes, que el cuerpo es extensión, ocupa un espacio, mientras que el pensamiento es no Extenso. Los cuerpos, la materia, constituyen una sustancia, la sustancia extensa. El cuerpo de los Seres vivos funciona como una máquina y no se precisa recurrir al pensamiento o alma para explicar Su funcionamiento. La sustancia pensante está esencialmente vinculada al acto de pensar, sin Espacio definido, y pude decidir libremente. El cuerpo, en cambio, está situado en el espacio, sin Pensamiento, y lo gobiernan las leyes de la física. El filósofo francés afirma que en cada persona el cuerpo o sustancia extensa y el alma o Sustancia pensante están unidos e interactúan constantemente. Sin embargo, la sustancia pensante Y la sustancia extensa son radicalmente diferentes. Descartes posee una concepción dualista del ser Humano que desemboca en el problema de la relación entre el cuerpo y el alma: ¿cómo una realidad Inmaterial, la sustancia pensante, puede actuar sobre una realidad material, la sustancia extensa, y Viceversa? El propio Descartes reconoce que no puede resolver este problema. A pesar de todo, Defiende este dualismo antropológico con la finalidad de salvaguardar la libertad humana. Si el sujeto Pensante no tuviera total autonomía sobre el cuerpo, estaría determinado por las leyes de la física Que rigen a los cuerpos y el comportamiento humano sería como el de una máquina.