Justificación
Su proyecto era construir un sistema de conocimiento en el que nada sea aceptado como verdadero si no es evidente por sí mismo y totalmente indudable. Este conjunto de conocimientos tendrá interrelacionadas sus diversas partes formando un sistema, que superará fácilmente a los más agudos argumento del escepticismo
Descartes toma conciencia de que para alcanzar su objetivo es necesario proceder a una completa renovación de la filosofía.
El primer paso será tratar de establecer sólidamente los principios de la verdad. De ahí que tome la determinación de romper con todo lo anterior, poniendo en duda todo lo sabido hasta ese momento. Rechaza la autoridad de Aristóteles y de Escolástica. Pone en cuestión todo lo considerado hasta entonces como verdadero, que en realidad no era más que un conjunto de enunciados verosímiles. Descartes está firmemente convencido de que para alcanzar su objetivo solo debe aceptar el conocimiento que sea auténticamente verdadero más allá de cualquier duda posible, y rechazar como falso todo conocimiento probable. Descartes decide confiar en la razón.
La condición básica era aplicar el método adecuado. Un método que sirve “para dirigir bien la razón y alcanzar la verdad en las ciencias”, pues el estado de confusión y desorientación no es producto precisamente de la incapacidad de la razón, sino de la errónea utilización que se hace de ella.
Descartes parte de un principio fundamental: que el buen sentido la razón es naturalmente igual en todos los hombres. La diversidad de nuestras opiniones se debe a que conducimos nuestros pensamientos por distintos caminos y a que no consideramos las mismas cosas. De esta concepción deriva una segunda concepción fundamental que todas las ciencias no son otra cosa:
Que la sabiduría humana, la cual permanece una e idéntica, aún cuando se aplique a objetos diversos.
El problema que encara Descartes para salir de la parálisis en que se encuentra la filosofía es el de dirigir bien la razón ya que lo principal es aplicarlo bien. La solución vendrá de descubrir los modos de conocer de la razón y las consecuencias que se derivan de ello y de laborar el método adecuado y alcanzar la verdad. Si se consigue esto se abrirá la puerta al conocimiento.
Dos son los modos de conocer de la razón según Descartes:
-La intuición es una especie de “luz natural” por medio de la cual captamos de manera inmediata y sin posibilidad alguna de duda o error, ideas simples, absolutamente verdadera porque son evidentes de por sí. Éstas ideas son claras y distintas de las cuales a partir de ellas se desarrolla la deducción
-la deducción es la inteligencia que descubre conexiones entre las distintas intuiciones y recorre estas conexiones por medio de ella. El razonamiento deductivo será una sucesión ordenada de evidencias de tal manera que la conclusión que se alcance será tan evidente como la misma idea clara y distinta por muy alejada que se encuentren en la cadena deductiva.
La inspiración cartesiana es claramente matemática
B) El segundo precepto es el análisis. Nos propone el análisis minucioso de los problemas hasta reducirlos a las ideas simples claras y distintas aprehensible por la intuición. A partir de las ideas se levantará todo el conocimiento
C) la tercera regla es la síntesis, que nos explicita con claridad la vía de la deducción. En este proceso de la síntesis interviene la deducción.
D) El cuarto precepto es el de la enumeración. Mediante el recuento se hace la prueba del análisis y mediante las revisiones de la síntesis. La pretensión final de estas enumeraciones es extender la evidencia de la intuición a la deducción
El método es declara inspiración matemática. Los dos procesos del conocimiento se corresponden respectivamente con los dos modos de conocer del entendimiento: la intuición y la deducción.
El objetivo de Descartes es encontrar verdades absolutamente ciertas sobre las cuales no sea posible dudar en absoluto. El primer problema que se plantea es cómo encontrarlas y para resolverlo elabora el método. La respuesta es la llamada duda metódica.
En efecto un punto de partida verdadero obliga a la eliminación de todos los conocimientos que han sido considerados como verdaderos, pero que no poseen una certeza absoluta. El primer paso debe ser dudar de todo lo que creemos y rechazar inicialmente todo aquello de lo que sea posible dudar. Para que una opinión que hayamos considerado verdadera tiene que quedar rechazada y en suspenso hasta ver si se ajusta al nivel de la razón. Este primer paso se denomina duda metódica.
Tres serán los motivos de duda aducidos por Descartes:
A) dudas sobre la fiabilidad de los sentidos
Los sentidos nos ponen en contacto con el mundo material y nos proporcionan un conocimiento de cosas que solemos aceptar como verdadero pero también sabemos que a veces los sentidos nos engaña. Éstos son hechos innegables. Lo probable es altamente dudoso y no se le debe conceder más credibilidad que a los falsos. Descartes busca una primera verdad absolutamente cierta para iniciar el resto del conocimiento
B) la dificultad de distinguir la vigilia del sueño
El segundo motivo de duda llega mucho más lejos: no solo debemos dudar de que las cosas sean como las vemos, sino de la misma existencia de las propias cosas y de sus cualidades primarias. En suma, este motivo de duda nos lleva a rechazar la seguridad sobre la existencia de nuestro propio cuerpo y del mundo material. Descartes rechazo como verdadero todo aquello de lo que se pueda dudar aunque sea por la razón más remota. Éste será el único criterio a seguir para encontrar la verdad absoluta.
C) la hipótesis del genio maligno
Este tercer paso es de extrema radicalidad, es una hipótesis improbable, pero no imposible, y por tanto generadora de duda. Afecta a las verdades matemáticas mismas. Verdades que son consideradas como evidentes y absolutamente ciertas. No obstante, no debemos perder de vista que esta duda es provisional.
Descarte de la duda radical extraerá la primera certeza absoluta: la existencia del sujeto que piensa: pienso, luego existo.
Para Descartes pienso luego existo es una verdad inmediata conocida por la intuición ya que si da una percepción directa.
El cogito es una experiencia única en la que se capta de forma inmediata la relación necesaria entre el pensar y el ser.
Es la primera verdad porque es resultado de la intuición: la claridad y la distinción. Ha superado todos los momentos de la duda metódica a partir del cual inicia la reconstrucción de la filosofía como ciencia. Esta primera verdad no solo nos informa de la existencia del sujeto, sino que también aporta conocimientos sobre qué es ese yo. El cogito descubre la primera verdad y también el criterio general de certeza
La teoría de la idea.
En primer lugar, Descartes cambia el concepto de idea. El afirma que el pensamiento recae directamente sobre las ideas, no sobre las cosas. Las ideas son como una representación gráfica de las cosas, y esta representación es la que contempla el pensamiento. Para Descartes, al haber colocado la idea como objeto del pensamiento, solo tiene certeza de la existencia mental de esa idea, pero no tiene ninguna certeza de que el contenido de esa idea tenga realidad extramental.
Descartes procede analizar la naturaleza de las ideas:
1. Las ideas en tanto que modos de pensamiento. Actos mentales
2. Las ideas en tanto que imágenes que representan algo. Poseen contenido objetivo
Las ideas en tanto que actos mentales son todas iguales pero en tanto que representaciones de cosas son diferentes. Descartes analizará aquello que hace que las ideas sean diferentes. En este análisis distingue tres tipos de ideas:
A) ideas adventicias: Son ideas extrañas que no provienen del propio pensamiento, sino que parecen provenir del exterior, siendo su causa la percepción sensible.
B) ideas facticias: Son aquellas que la mente construye a partir de otros. Ideas creadas por la imaginación
C) ideas innatas: Éstas ideas son pocas pero muy importantes. Son las ideas que posee por sí mismo el pensamiento. Son ideas connaturales a la razón porque esta posee una predisposición natural a formarlas.
Entre las ideas innatas Descartes descubre la idea de infinito, que identifica la inmediatamente con la idea de Dios. Para demostrar que la idea de infinito es innata, desechar la posibilidad de que se adventicia, ya que, no podemos tener experiencia sensible de la infinitud. Descartes invierte los términos y afirma que la idea de finitud ya presupone la idea de infinitud. Concluye que la idea de Dios es una idea innata
Tres serán los argumentos que empleará Descartes para su demostración de la existencia de Dios:
A) El argumento de la casualidad aplicada a la idea de infinito: Dios
Este argumento se basa en la teoría de la realidad objetiva de las ideas. De donde se infiere que ese ser infinito existe
B) El argumento de Dios como causa de mi ser
Este argumento vas a su fuerza en la misma teoría de la realidad objetiva y realidad formal de las ideas. De esto se desprende que la causa de la idea de perfección es alguien tan perfecto y este ser no puede ser más que Dios.
C) El argumento ontológico
El argumento ontológico es que pretende ser una prueba de la existencia de Dios partiendo de la idea misma de Dios. Una vez demostrada la existencia de Dios y reconocida su naturaleza como la suma de todas las perfecciones, puede afirmarse su bondad y veracidad, y proceder a rechazar la hipótesis del genio maligno engañador.
En el sistema cartesiano el criterio de verdad está garantizado por Dios así todas las ideas que perciba más claras y distintas son verdaderas.
Si tengo idea de objetos extra mentales la causa de las ideas de las cosas sensibles son las cosas corpóreas, y estas por tanto, existe. Si Dios garantiza la verdad, entonces podemos preguntarnos de dónde proviene el error.
Si los errores provienen de ir al mal nuestra razón, los pasos del método a seguir son la intuición y partir de ella por análisis.
Lo que existe es la sustancia según Descartes. Tomada en sentido estricto, la definición de sustancia solo es aplicable a Dios, pero Descartes considera que por analogía puede ser aplicada a todos aquellos otros seres de los que percibimos con claridad y distinción que no necesitan de ninguna otra cosa, excepto Dios, para existir, y estos son dos: el yo o alma y los cuerpos materiales que son mutuamente independientes y no se necesitan el uno al otro para existir. Para saber de su existencia será necesario que podamos percibir un atributo que son cualidades o propiedades de la sustancias que no pueden existir, y cada sustancia tiene un atributo propio que constituye su esencia o naturaleza. El atributo esencial del yo será el pensamiento y en el caso de las cosas materiales es la extensión. Descartes distingue dos sustancias: el yo (res cogitans) y los cuerpos (res extensa).
Descartes siguiendo las enseñanzas de Galileo, procede diferenciar entre cualidades. Las cualidades primarias nos dicen que el único que tiene realidad objetiva en los cuerpos es aquello que percibimos con claridad y distinción y son la extensión, el movimiento y la figura. Las cualidades secundarias son apreciaciones subjetivas.
Descartes limita al verdadero conocimiento del mundo a las cualidades primarias, y a partir de ellas se puede deducir la física y las leyes del movimiento.
Descartes procede a una explicación mecanicista del mundo. Una teoría mecanicista de la naturaleza es la que no admite más explicación de los fenómenos naturales, sean de la clase que sean. Dios ha creado el universo de materia inerte y la ha dotado de movimiento. La cantidad de materia y de movimiento permanecerá constante. La materia extensa es divisible indefinidamente. Al no existir vacío, el movimiento se transmite necesariamente de un cuerpo a otro por contacto. Tres son las leyes que explican el movimiento según Descartes: La ley de la inercia, la ley de la dirección del movimiento y la ley de la conservación del movimiento.
Las dos razones de fondo que llevan a Descartes a elaborar esta física fueron la exigencia geométrica y la exigencia del criterio de verdad, la claridad y distinción
La teoría de las dos sustancias adquiere una importancia de primer orden en la antropología de Descartes, pues le permitirá salvar la libertad dentro de su universo mecanicista. Descartes elabora una teoría antropológica dualista, esto es, una concepción del ser humano como un compuesto de las dos sustancias: el pensamiento y la materia extensa como sustancias independientes e irreductibles entre sí.
Descartes nos dice que la relación entre alma y cuerpo se asemeja a un combate entre los apetitos naturales o pasiones, que son lo propio del cuerpo, y la razón y la voluntad que son facultades propias del alma. Al ser generadas por el cuerpo las pasiones se caracterizan por ser involuntarias e irracionales.
Para Descartes la libertad solo puede residir en el alma. El alma tiene dos funciones: el entendimiento y la voluntad. Entendimiento, es la facultad de pensar, de tener intuiciones de las verdades claras y distintas. La voluntad, por su parte es la facultad de afirmar o negar, y Descartes la identifica con la libertad. El tema central respecto a la voluntad es la libertad, porque incluso la posibilidad de error es derivada de la libertad. La libertad consiste en el sometimiento de la voluntad al entendimiento, y ese sometimiento es la idea central de la ética cartesiana