Felicidad:
La felicidad es el bien supremo del hombre. Puesto que la felicidad es aquello que acompaña a la realización del fin propio de cada ser vivo, la felicidad que le corresponde al hombre es la que le sobreviene cuando realiza la actividad que le es más propia y cuando la realiza de un modo perfecto; es más propio del hombre el alma que el cuerpo, por lo que la felicidad humana tendrá más que ver con la actividad del alma que con la actividad del cuerpo; y de dentro de la actividad del alma con aquella que corresponde a la parte más específicamente humana, el alma intelectiva o racional. Por tanto, la felicidad más humana es la que corresponde a la vida teorética o de conocimiento (por ello el hombre más feliz es el filósofo, y lo es cuando su razón se dirige al conocimiento de la realidad más perfecta, Dios).
Alma:
El concepto alma procede del latín “anima”, que significa aire, aliento, respiración. Sin embargo, tanto Platón como Aristóteles utilizaron frecuentemente el vocablo “psyché”. Dos son las acepciones del término en el mundo griego: 1) aquello que nos permite alcanzar el conocimiento y la ciencia, nos acerca a los dioses y nos diferencia del resto de seres: alma como principio de racionalidad; 2) aquello que se encuentra en los seres vivos gracias a lo cual dichos seres son capaces de realizar actividades vitales, a diferencia de los seres inertes. De estas dos acepciones Aristóteles va a subrayar la segunda, aunque sin olvidar totalmente la primera.
Así, Aristóteles define el alma como principio de vida. Ahora bien, en tanto que el alma es principio de vida y existen distintos niveles o modos de vida, deberá también existir distintas almas o funciones del alma. Concretamente Aristóteles habla de: alma vegetativa, sensitiva e intelectiva. El alma vegetativa está presente en las plantas, los animales y los hombres, y permite las actividades vitales más básicas como la reproducción, el crecimiento y la nutrición; el alma sensitiva está presente en los animales y los hombres, y permite el conocimiento inferior o sensible (la percepción) y los deseos y apetitos (deseo sexual, comida,…); el alma intelectiva o racional está presente sólo en el hombre y constituye su parte más elevada. Ella es la que permite las actividades propias de la voluntad y del intelecto o entendimiento.
Naturaleza:
Procede del concepto griego “physis”. Se trata de una noción importante en
todos los filósofos griegos, si bien fue Aristóteles el que con más detalle la estudió. Hay dos sentidos fundamentales del término naturaleza:
1) la Naturaleza entendida como la totalidad de los seres naturales; 2) la naturaleza entendida como el ser propio de las cosas. Desde el primer sentido la naturaleza es entendida como el conjunto de los seres que poseen en sí mismos el principio del movimiento y el reposo. Desde el segundo sentido la naturaleza se concibe como aquello que hace que una cosa sea lo que es, la esencia.
Potencia-Acto:
Partiendo de los cambios que observa en los seres fí sicos, deduce la distinció n entre potencia y acto, de manera que en todo ser fí sico se da un doble principio real: uno en acto y otro en potencia. El autor parte de la idea de que todos los seres naturales está n en movimiento, puesto que la naturaleza es principio de cambio y movimiento. La potencia es el té rmino medio entre ser y no ser. El acto es el ser actual, acabado, terminado. La teorí a de la potencia y el acto tiene correspondencia con otra teorí a aristoté lica, la teorí a hilemó rfica. Materia y forma no pueden darse de manera separada, van necesariamente unidas, son una sola cosa. El paso de la potencia al acto define el movimiento, y esta circulació n se da en tres momentos: sujeto, la privació n y la forma. Todos los seres que se mueven lo hacen de forma natural con un objetivo que es su propia perfecció n- El acto es el fin de la potencia, hacia donde esta orientada la potencia. De esta forma, el movimiento es un estado intermedio entre la potencia y el acto.
Causa:
La teoría de las cuatro causas es una parte esencial de la física aristotélica. El movimiento no se produce de forma espontánea, de manera que tiene que haber una causa que lo provoca. El concepto de causa es entendido por Aristóteles en el sentido de principio. El porqué ocurre algo es condición necesaria para comprenderlo necesitamos conocer la causa que lo ha motivado. Se trata de un concepto de causa más amplio que el usado por nosotros. Para Aristóteles causa es todo aquello que participa en la constitución de algo. Sabemos que se producen cambios en la sustancia y Aristóteles distingue cuatro tipos de causa para justificar o explicar esos cambios(dos extrínsecas y dos íntrinsecas)
Substancia:
Para Aristóteles, es la sustancia primera; porque lo primero es el ser individual del cual se predica algo, que es el que realmente existe o puede existir y puede tener cualidades. Del hombre individual puede decirse que es hombre, que es blanco, que posee la ciencia, que es un animal racional; pero todo eso, ser blanco, poseer la ciencia o ser un animal racional no son sustancias, son predicados.
Las sustancias primeras son el sustrato de todo lo demás, aquello que es sustancia por excelencia y que no difiere entre sí; que tanto está en uno como en otro individuo o ente, y que no tiene contrario (como el blanco respecto del negro).
La sustancia primera es la esencia, porque existe y puede subsistir independientemente de cualquier cualidad, algo que se determina a sí mismo y que ontológicamente se basta a sí mismo, algo que podría existir aunque no existiera ninguna cosa.
Entretanto, lo que se predica o puede decirse de una sustancia primera, es una sustancia secunda, (secundaria o segunda) son entidades que, propiamente hablando, no son sustancia. La sustancia segunda tiene igualmente una cierta entidad, pero no es una entidad propia e independiente de las sustancias primeras. Las sustancias segundas no son exclusivamente lo que puede predicarse de las sustancias primeras, porque las sustancias segundas de alguna manera se parecen a las sustancias primeras. Los géneros y las especies son sustancias primeras, porque pueden ser soportes, pero las sustancias segundas son accidentes, son siempre soportadas; de manera que para existir necesitan siempre de las sustancias primeras.