Filosofía – Temas 7 y 8
Concepciones sobre el ser humano
La visión griega
El héroe homérico
No hay distinción para el ser humano entre lo físico y lo psíquico, el cuerpo humano es un conjunto de órganos dominado por distintas fuerzas que son las causantes de los movimientos y emociones (soma). La psiqué es aquello que da vida al cuerpo pero no es quien da la identidad, así cuando el cuerpo muere, la psiqué abandona el cuerpo.
La identidad personal no es algo individual, sino que es algo que se recibe a través de las personas de nuestro entorno, siendo las apreciaciones de los demás aquello que constituye nuestra identidad. La realización personal consiste en alcanzar la excelencia (areté), la cual se consigue llevando una vida virtuosa en la que hagamos grandes hazañas, gracias a eso obtendremos reconocimiento y, por consiguiente, una personalidad.
Platón y el cuerpo como cárcel
Los filósofos presocráticos entienden la psiqué (alma) como una entidad espiritual cuyas carácterísticas son: la perfección, la razón, la conexión con lo divino y la inmortalidad, de modo que para el cuerpo queda todo lo negativo (mortalidad, imperfección…).
Platón divide al ser humano según una visión dualista en 2 principios: alma y cuerpo. Si tras la vida en el cuerpo ésta no se contamina, irá con los dioses; en caso contrario, se purgará o se reencarnará para alcanzar la perfección.
El Empirismo
Aristóteles entiende al ser humano de forma dualista, pero afirma que si el alma el principio vital, si el cuerpo tiene vida, es porque tiene alma. Hay 3 tipos de alma:
Alma vegetativa: poseída por todos y en especial por las plantas.
Alma sensitiva: poseída por animales y hombres.
Alma racional: poseída exclusivamente por los seres humanos. Las facultades de ésta son: el pensamiento (gracias al cual se llega a la verdad) y el lenguaje (mediante el cual expresamos el conocimiento y nos relacionamos.
A imagen de la divinidad
El politeísmo grecorromano recurre al antropoformismo para representar a los dioses, que son iguales que nosotros.
El judeocristianismo presenta la trascendencia de Dios, y creen que éste ha creado al ser humano a su imagen y semejanza, quien puede elegir entre el bien y el mal guiándose por el mandamiento del amor.
Antropología oriental: el espíritu habita en el cuerpo hasta su muerte, a continuación éste se reencarnará progresivamente hasta alcanzar la perfección (nirvana), tras eso se fundirá con el absoluto.
El humanismo renacentista (s. XV y XVI)
Se cambia de una visión teocéntrica a una antropocéntrica, el mundo es hecho a medida para el hombre y se explica desde la razón humana, es decir se prescinde Dios para explicar los sucesos del mundo. La vida humana tiene valor por sí misma y la persona es dueña de ésta.
La emancipación del ser humano (s. XVII y XVIII)
Mediante la Ilustración se acentúa el optimismo, la confianza en la razón (Racionalismo) y en la experiencia sensible (Empirismo) como herramientas de conocimiento que traerán al hombre el control de la naturaleza y la prosperidad; por otro lado, se reduce el papel de Dios a mero creador del mundo (deísmo
).
Algunas humillaciones (s. XIX)
Los descubrimientos científicos acaban con el optimismo; no son nuestras ideas las que determinan nuestra vida, sino aquello que hacemos, al igual que nuestras ideologías y creencias. Además la teoría del psicoanálisis concluye que nos comportamos según nuestro inconsciente, por lo tanto no somos completamente dueños de nosotros mismos.
Diversidad de perspectivas (s. XX)
Existencialismo: lo que hacemos en nuestra vida define quiénes somos, lo único común en el ser humano es la indeterminación, la cual nos da libertad y conciencia para construir nuestra propia identidad.
Estructuralismo: el ser humano no crea la cultura, sino que ocurre lo contrario. Las condiciones de nuestro entorno determinan lo que somos.
Sociobiología: lo que nos determina es nuestra constitución biológica, la genética explica nuestro comportamiento, por consiguiente éste es innato.
El sentido de la vida humana
La cuestión del sentido
La pregunta sobre esta cuestión se relaciona especialmente con la dimensión teleológica de nuestras decisiones (su finalidad), sin embargo no se limita sólo a esto, sino que se amplía a nuestra vida y al universo. Nos pueden salir 2 modos de entenderlo:
La vida como algo biológico y natural: las etapas por las que pasa el hombre (nacer, crecer, desarrollarse, morir…) son las propiedades que nos diferencian de la materia inerte.
La vida como un hecho de conciencia: lo que nos diferencia de la muerte y del resto de seres vivos es nuestra actividad consciente, pues esta es propia del ser humano y nos da la capacidad de elaborar respuestas para los problemas.
¿Quién soy? El problema de la identidad
“El sentido del yo” no es innato, es algo que vamos desarrollando durante nuestro crecimiento como personas, tanto a nivel subjetivo como objetivo, de la uníón de ambas nace la autoconciencia, ser conscientes de que somos individuos con una identidad única. La autoconciencia es el primer paso en la construcción de nuestra identidad, donde entra en juego la interacción de factores individuales, sociales y culturales.
¿Soy libre? Libertad, destino y azar
Estoicismo: los seres humanos estamos predestinados por una cadena de causas naturales que dan sentido a lo que nos sucede. A pesar de esto, tenemos libertad al poder reaccionar con diversas posturas.
Epicureísmo: el ser humano es libre, por lo tanto la predestinación o el destino no existen, cada uno construye su destino mediante sus decisiones.
Existencialismo: la vida es absurda y un sinsentido, es a nosotros a quienes le toca darle sentido a ésta.
¿Por qué sufro? El dolor
DOLOR FÍSICO | DOLOR VITAL |
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Para algunos el dolor vital es algo permanente en nuestra vida, por lo cual no tiene sentido rebelarse a ello, sino que hay que aceptar el sufrimiento con esperanza para buscarle un sentido.
Schopenhauer:
La vida es dolor y no se puede renunciar a éste más que renunciando a la vida, donde sólo se pueden captar las apariencias, puesto que la realidad es la voluntad humana que se manifiesta en forma de dolor. Sólo deseamos lo que no tenemos, pero satisfacerlos tampoco nos evitará el dolor; la única solución a éste es renunciar a la vida y a la voluntad mediante la indiferencia que nos llevará a la serenidad.
¿Por qué muero? La muerte
La muerte es la destrucción de la vida y la pérdida de sus carácterísticas propias, como la destrucción del organismo. Respecto a la relación la muerte humana y la de los seres:
Rasgos comunes: los órganos vitales dejan de realizar su función, ya sea por causas internas o externas.
Rasgos específicos: tener conciencia sobre tu propia muerte condiciona la vida, es decir, la muerte le da un sentido a la vida porque nuestro tiempo es limitado.
Experiencia de la muerte
La muerte es un misterio, pues no es algo experienciable al ir más allá de la vida; además es una experiencia personal, sólo puede ser vivida por nosotros mismos, otras personas no sentirán lo mismo que tú, sólo serán simples espectadores. Entonces de muertes ajenas sólo podremos experimentar las consecuencias, no la muerte en sí.
El anhelo de trascendencia
El absoluto
El absoluto rebasa las dimensiones de lo humano, pero es quien nos hace valiosos. Sus carácterísticas son ser:
Incondicionado e independiente: su existencia no depende de nada, pues es la causa y razón de todo.
Infinito e ilimitado: no está limitado por el espacio ni el tiempo.
Sobrehumano: el absoluto es una realidad que sobrepasa lo humano, es trascendente.
Diferentes posturas
Panteísmo: se identifica a Dios con la naturaleza, todo lo que existe es él.
Teísmo: Dios es personal y creador del mundo, se puede relacionar y comunicarse con nosotros a través de otras personas.
Deísmo: Dios es creador, pero no personal, no se comunica ni se revela.
Agnosticismo: ni se afirma ni se niega su existencia, pero es imposible demostrarla.
Ateísmo: negación de la existencia de Dios, es imposible conocerlo.
Indiferencia: no se plantean su existencia, puesto que no interesa.
El acceso al absoluto
Antigüedad a la modernidad
La postura fue teísta, los filósofos hicieron un gran esfuerzo para demostrar racionalmente su existencia.
La modernidad
Sólo podemos conocer la realidad sensible y Dios es trascendente, por lo cual es imposible demostrar su existencia racionalmente, esto favorece la postura del agnosticismo.
Época contemporánea
La mayoría son ateos, pero no todos; el ateísmo ha ido avanzando progresivamente hacia el indiferentismo religioso, ya que esta cuestión no se considera relevante.
La experiencia religiosa
Que una persona se relacione con Dios y le pueda conocer íntimamente y de manera más profunda que con la razón es la “experiencia religiosa”.
El encuentro con Dios
Es necesario utilizar mediaciones para poder realizar el encuentro con Dios, la distancia entre él y nosotros puede recorrerse en 2 direcciones:
Mediaciones en las que Dios se presenta: él se da a conocer a través de experiencias, acontecimientos, personas…
Mediaciones en las que el ser humano se relaciona con Dios: son las que establecen las distintas religiones, tales como los lugares sagrados, los ritos, los escritos, oración…
La experiencia mística
Es una experiencia religiosa que se caracteriza por el convencimiento de un contacto directo con Dios, para ello el místico realiza una serie de ritos para purificarse y tener un mejor encuentro. Es una experiencia difícilmente explicable, pero no hay lugar a dudas en que establece una relación de amor.
La ética como disciplina filosófica
Definición de moral
La moral es un código de normas que regulan nuestras acciones a nivel colectivo y social de una forma correcta. Además se puede distinguir entre:
Moral como contenido: hace referencia a nuestras costumbres, tradiciones, valores que regulan el comportamiento correcto.
Moral como estructura: hace referencia a la dimensión de la persona, quien es un “ser moral”, pues tiene un carácter abierto que nos dice cómo decidir y cómo reaccionar ante las decisiones, de acuerdo con las normas o no.
Definición de ética
Son los hábitos y costumbres que tenemos que determinan nuestro carácter, que a su vez, determina nuestras acciones. Respecto a su fundamentación, es una reflexión a partir de los contenidos morales que hace cualquier persona. El objetivo de una teoría ética es fundamentar y justificar la moral, un código de normas y valores.
Carácter y conciencia moral
Nuestra conciencia moral se expresa a través de nuestras acciones que pueden ser juzgadas como morales o inmorales, pero la moral en sí hace referencia a nuestros:
Hábitos: tendencia a actuar de determinada manera ante situaciones similares.
Carácter: conjunto de hábitos, constituye la forma de ser y los rasgos propios de una persona.
Dado que éstos 2 se adquieren por repetición, podemos afirmar que el carácter no nos viene totalmente dado por nacimiento, ya que hay construirlo diariamente.
Las normas morales
Una norma moral es una regla que establece cómo debemos actuar para hacer lo preferible y lo que creemos que debe ser. Una norma moral nos obliga a hacer lo que dice, aunque también nos da libertad de elección para acatarla o contradecirla.
Dimensiones
Dimensión social: las comunidades tienen códigos normativos que regulan el comportamiento de sus miembros, éstas pueden ser explícitas o implícitas (se dan por supuestas por las costumbres).
Dimensión personal: exigen la convicción interior de la persona, quien acata la norma como propia y no como algo impuesto desde fuera, además juzga y valora en función a ésta.
Los valores morales
Los valores van más allá de las normas, las trascienden y las dan sentido. Hay valores de distintos tipos (religiosos, jurídicos…), pero las carácterísticas propias de los morales son:
Polaridad: a cada valor le corresponde un contravalor, es decir tienen un opuesto con carácter contrario (ej: bondad / maldad)
Carácter ideal: son el objetivo que debemos conseguir, constituyen el “deber ser”.
¿Existen los valores?
Los valores varían de unas culturas a otras, por eso se podría afirmar que éstos no son universales, sino subjetivos y propios de una época y de un grupo humano en concreto. Debemos diferenciar entre el “ser” (análisis de la realidad) y el “deber ser” (lo que sería idóneo). Hay 2 teorías con respecto a los valores:
Teoría objetivista: son cualidades de las cosas y no requieren la intervención del ser humano, sino que es él quien los descubre en el entorno mediante el conocimiento. El valor no se identifica en el objeto, pero reside en él.
Teoría subjetivista: se niega la existencia de los valores objetivos y universales, pues éstos dependen de la apreciación subjetiva de cada uno. Los valores son nombres que damos a cualidades que deseamos, ya que somos libres y creamos nuestras propias normas.
El desarrollo moral
El desarrollo moral sólo se puede hacer en sociedad, ya que nuestra opinión acerca de las cosas se fundamenta en los valores que aprendemos mediante la educación. En este proceso influyen los valores, el entorno y el carácter individual, además los seres humanos pasamos por distintas fases respecto al desarrollo moral:
Premoral (0 – 5 años): no existe conciencia de las normas.
Heterónoma (6 – 10 años): se acatan las normas mediante la imposición.
Autónoma (>10 años): las normas son asumidas de forma consciente y libre.
Proceso de maduración según Kohlberg:
Nivel | Estado | Carácterísticas | Perspectiva social |
Preconvencional | 1 | Normas acatadas por miedo al castigo | Egocentrismo |
2 | Las reglas se asumen si nos favorecen | Individualismo | |
Convencional | 3 | Las normas son lo que se espera de nosotros | Gregarismo (empatía) |
4 | Se acatan las normas establecidas socialmente (bienestar común) | Comunitarismo | |
Posconvencional | 5 | Sólo son normas las que la mayoría de la gente acepta | Relativismo |
6 | Se acatan las normas a elección propia basada en principios universales | Universalismo |
La inteligencia emocional
Tradicionalmente, la inteligencia era considerada como una habilidad que nos permitía resolver problemas, pero después se creó la teoría de las inteligencias múltiples; el ser humano posee habilidades heterogéneas más o menos desarrolladas dependiendo de la persona y de sus condiciones sociales. Éstas son: lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, kinestésica (movimiento), interpersonal (sociabilidad), intrapersonal (autoestima).
Éstas 2 últimas se relacionan con la conciencia moral, ya que tienen que ver con las relaciones que tenemos, tanto a nivel social como individual. La inteligencia social designa nuestra capacidad para entender, controlar y cambiar estados emocionales en nosotros mismos y en los demás, a través de esto podemos resolver conflictos de forma pacífica (ética) y el resultado es el bienestar intelectual y sentimental.
Algunas teorías éticas
Intelectualismo socrático
Conocer el bien es hacerlo, el inmoral es quien no lo conoce. El bien es alcanzable para el conocimiento, de modo que los buenos son los sabios, no hay personas malas, hay ignorantes.
En busca de la felicidad
La felicidad es prudencia
Eudaimonía: la felicidad es considerada como el objetivo de nuestra vida y el máximo bien.
Aristóteles: como nuestra vida es limitada, la felicidad reside en nuestra razón para contemplar la naturaleza y conocer a Dios llevando una conducta moral prudente y virtuosa.
La felicidad es placer
Hedonismo: se identifica el bien con el placer, la felicidad reside en una vida placentera.
Cirenaicos: el objetivo de nuestra vida está en el placer, pero con moderación.
Epicureísmo: el placer es la ausencia de dolor mediante la serenidad del alma que nos llevará a la felicidad, pero hay que escoger bien esos placeres.
La felicidad es aceptación
Estoicismo: hay que ignorar los placeres y dolores y ser austeros en nuestros deseos.
Zenón de Citio: el mundo está gobernado por una razón universal que predestina todo lo que nos acontece, es algo inevitable. La conducta correcta es la aceptación de la imperturbabilidad del alma mediante la razón.
La felicidad reside en el bien común
La finalidad humana es la felicidad o el placer y nuestras acciones irán orientadas hacia este fin, lo bueno es lo útil y lo malo lo contrario. Además se diferencia entre placeres mayores o menores según nuestro desarrollo moral.
Utilitarismo del acto: juzgar la moralidad de las acciones en función de sus consecuencias.
Utilitarismo de la regla: ajustar nuestras acciones a los hábitos útiles.
En busca de la justicia
La ética del deber
Determina cuál deber ser la forma en que deben expresarse las normas morales. Su máximo representante es Kant, cuya teoría es universal y autónoma: es el individuo quien mediante su razón conoce las normas morales y las asume libremente. Para saber que una norma es moral o no es que sea universal (válida para todos).
Ética discursiva
Es una ética del deber, recibe influencia de la ética de Kant; ésta no establece normas sino criterios para saber si una norma es válida, que es aquella aceptable por la “comunidad de diálogo” que sea igual para todos y universal.
El velo de la ignorancia
Se elabora una ética de la justicia, se parte de una “situación original” (hipótesis) donde varias personas establecen las normas de convivencia para vivir en sociedad; destaca la imparcialidad de los legisladores, ya que no pueden conocerse entre sí, este hecho nos garantiza el ser justos. Así pues, la ética justa es aquella que reconoce derechos mínimos a todos, tales como la libertad y la igualdad.