Comparación de Kant con otros autores:
Kant se ocupa del conocimiento en Crítica de la Razón Pura, aspirando a superar el escepticismo en el que termina Hume, sobre todo en lo referente a la Física. Para ello, intenta resolver la oposición entre racionalismo y empirismo.
Empirismo-Racionalismo:
Para el racionalismo cartesiano todo nuestro conocimiento tiene su origen en la razón, y la metafísica, aplicando el método correcto, puede aspirar a conocerlo todo. Para los empiristas clásicos, el origen y el límite de nuestro conocimiento es la experiencia y por ello, siguiendo a Hume, la metafísica es imposible y las leyes de la física son meras creencias contingentes.
La solución kantiana pasa por realizar una síntesis de racionalismo y empirismo. Esta consiste en afirmar que sólo hay conocimiento cuando a los elementos racionales del conocimiento se les suma la experiencia sensible. De este modo Kant, al contrario que Hume, sitúa como modelo de conocimiento a la física de Newton, ejemplo paradigmático de síntesis de razón matemática y experiencia, y, coincidiendo con Hume, excluye del conocimiento a la metafísica dogmática.
Aristóteles:
Para Kant el cumplimiento de la ley moral es un fin en sí mismo no un mero medio para algo, para un premio. Al contrario, para Aristóteles, la virtud es un medio para conseguir el bien último supremo del hombre que es la felicidad. Por esta razón, la ética aristotélica es una ética material. Al contrario, la ética kantiana es una ética formal: lo que importa no es tanto el contenido de la ley moral, sino su forma, y su cumplimiento estricto, es decir, es una ética basada en el deber, por encima de la felicidad. Para Kant, la conducta humana es buena o justa cuando esta determinada por normas que los hombres que actúan dentro de una sociedad deben desear que sean obligatorias para todos. Sin embargo, para Aristóteles la pauta ética es buscar siempre el término medio, es decir, evitar tanto el exceso como el defecto.
Si nos centramos en la epistemología, tanto Kant como Aristóteles coinciden en la necesidad de reflexionar en torno al conocimiento humano. El primero afirma que la base del conocimiento está en los datos proporcionados por los sentidos, y que este material es posteriormente elaborado por las funciones a priori de la sensibilidad, entendimiento y razón. Sin embargo, Aristóteles afirma que los sentidos son fuente fiable del conocimiento, pero que la razón es la que capta la esencia en un proceso de abstracción. Algo que comparten ambos autores, es la afirmación de que la realidad no existe independiente del sujeto que la compone (importancia del sujeto congnoscente).
Hobbes-Rousseau:
Hobbes representa la postura del contractualismo absolutista, que perseguía justificar el absolutismo monárquico. Según él, en el estado de naturaleza los hombres son totalmente libres en sus acciones, pero esta libertad sin límites no es útil a nadie y solo conduce a la anarquía y a la violencia. Para salir de este caos los hombres deciden, mediante un contrato social, constituir la sociedad civil; en consecuencia, es la necesidad de orden y el deseo de paz lo que da origen al Estado, con la constitución del Estado el hombre alcanza seguridad y aparece la propiedad privada.
Para Rousseau, en el estado de naturaleza el hombre es completamente libre en cuanto a sus relaciones con los demás, sin embargo, en su fuero interno es gobernado por sus instintos. El Contrato Social es un pacto de adhesión voluntaria que permite al individuo salir del estado natural de desprotección a cambio de otorgar al Estado sus libertades externas.
Por su parte, Kant parte de un estado de naturaleza de “libertad salvaje y sin ley”, en el que el hombre vive bajo la amenaza de la violencia porque cada uno hace lo que le apetece o lo que manda su instinto, considerando que el pacto social, es la primera obligación moral que nos propusimos las personas: salir del estado de naturaleza y buscar la paz, la justicia y la libertad. Un hombre en el estado de naturaleza es una amenaza, viviendo en familia o en pequeñas comunidades; en el interior del grupo hay normas de convivencia y una autoridad que sanciona su incumplimiento, pero no hay una autoridad que se imponga a todos los grupos dispersos, por lo que no hay seguridad.
En ese paso del Estado natural al Estado civil no hay ruptura, sino continuidad: mediante la imposición de una autoridad común, los derechos naturales, que ya se poseían en Estado natural, se pueden ejercer realmente con seguridad.