Ortega y Gasset nace en 1883 y muere en 1955. Su vida transcurre en uno de los períodos más intensos de la historia de España y de Europa. El panorama europeo de finales del siglo XIX hasta mediados del XX se caracteriza por la confrontación y la guerra, I Guerra Mundial. Paralelamente, en Rusia ocurre un hecho decisivo para el Siglo XX: el triunfo de la primera revolución socialista en el mundo. Y también por otro lado la “depresión del 29″,las ideologías fascistas, la II Guerra Mundial y la Guerra fría.
Por lo que se refiere a España, el Siglo XIX se cierra con la pérdida de las últimas colonias españolas lo que provóca una decadencia en España con la necesidad de una regeneración. Ademas también provoca una inestabilidad política.
Refiriéndonos al contexto sociocultural una serie de pensadores se embarcan en la tarea de crear un proyecto educativo, reformista y regeneracionista. En esta línea se inscriben los esfuerzos del Krausismo y de la Institución Libre de Enseñanza.
1914
Meditaciones del «Quijote».1923
El tema de nuestro tiempo.1930
La rebelión de las masas.
Desde el punto de vista filosófico, el pensamiento de Ortega no permanece al margen de estos cambios ni de las corrientes de pensamiento que se desarrollan en Europa, sino que se nutre y enriquece de ellas. Durante la primera mitad del Siglo XX, asistimos al desarrollo de las filosofías vitalistas (Bergson y Ortega), la fenomenología de Husserl y Heidegger, el existencialismo de Sartre, el desarrollo del marxismo en corrientes como la Escuela de Frankfurt, la filosofía analítica de Wittgenstein y el Neopositivismo de Russell y el Círculo de Viena. La mayoría de ellas no solo se plantean ya los típicos problemas filosóficos sino también el propio papel de la filosofía como conocimiento. Toda esta variedad de posiciones filosóficas invitarán a Ortega a realizar una interesante síntesis, con la que intentará dar respuesta a los problemas que la filosofía venía arrastrando desde siglos atrás (como la oposición “Realismo-idealismo” o “razón-vida”) abordándolos en radicalidad, a la vez que ser fiel a la propia circunstancia. Todo ello lo logrará colocando a la “vida” como la categoría central de su pensamiento.
COMPARACIÓN ENTRE Ortega Y Nietzsche
A los dos autores podemos encuadrarlos dentro de la nueva «Filosofía de la vida» nacida a finales del Siglo XIX. La vida es para ambos la esencia última de la realidad, aunque es verdad que entendida ésta de manera diferente. Para Nietzsche la vida es considerada desde una perspectiva biológica como impulso instintivo mientras que para Ortega, más influenciado por el historicismo, la considera como biografía (cúmulo de vivencias personales). Encontramos una diferencia básica entre ambos filósofos si atendemos a la consideración que cada uno hace de la razón: para Nietzsche la facultad racional no puede penetrar en la esencia básica de la vida caracterizada como cambio, devenir y desarrollo. Al dejarnos guiar por la razón y despreciar los instintos estamos despreciando, a su vez, la vida; para Ortega, mientras tanto, la razón es una facultad humana indispensable ya que es necesaria para analizar las circunstancias que a cada uno nos rodea, dar sentido a nuestra vida y plantearnos nuestro proyecto vital. De ahí que más que considerar a Ortega vitalista, como a Nietzsche, debemos denominarlo raciovitalista.
Ambos heredan la concepción dinámica, propia de Heráclito, de la realidad. Tanto para Ortega como para Nietzsche la vida, como realidad última, se caracteriza por el devenir, el cambio, la evolución. La realidad está sometida a la historia.
A pesar de lo dicho en el punto anterior los dos tienen una idea diferente del tiempo. Mientras que para Ortega el tiempo solo puede ser entendido de un modo lineal, en el cual los acontecimientos pasados son irrepetibles, para Nietzsche el tiempo es entendido de una manera cíclica como Eterno Retorno. Para él todos los acontecimientos pasados, presentes y futuros están condenados a repetirse eternamente.
Los dos tienen una consideración parecida de la vida como proyecto. El superhombre (artista trágico) para Nietzsche y el hombre con existencia auténtica para Ortega son aquellos construyen su vida creativamente y haciendo uso de su libertad. Aunque los dos vivieron en contextos diferentes -la Alemania de la segunda mitad del Siglo XX y la España de la primera mitad del XX-, hicieron un análisis muy profundo y crítico de la época en las que le tocó vivir. Nietzsche de la decadencia de la cultura occidental y Ortega de la crisis que vivía España.
Actualidad de Ortega y Gasset
El tema de España es una de las preocupaciones fundamentales de Ortega. Él vinculaba el desarrollo de nuestro país con su vinculación a Europa. Desde la adhesión de España a la Comunidad Europea éste desarrollo se ha hecho realidad. Ortega también se queja de la distancia entre la política de su época, oligárquica y caciquil, y la sociedad civil. Hoy en día la distancia entre políticos y los ciudadanos es igualmente palpable: bajos índices de vinculación a partidos políticos y sindicatos; baja participación en consultas electorales; y, sobre todo, el descrédito de la clase política. El perspectivismo de Ortega nos puede ayudar para comprender y encarar problemas cotidianos de hoy en día como: la diversidad cultural y la supuesta guerra de civilizaciones. Las posturas etnocentristas, que defienden la superioridad de unas culturas sobre otras, carecen de sentido viéndolas desde la perspectiva de Ortega.