1. Haz un breve resumen del texto:
El texto hace referencia al problema de los límites de la libertad personal en lo que atañe a la relación entre el individuo y la vida pública y afirma que el límite de mi libertad está en la libertad de los demás. En temas que no afectan a nadie más que a él mismo, la libertad individual debe ser absoluta, tanto en el propio cuerpo como lo que se refiere al pensamiento ya las creencias.
2. Explica brevemente qué significa lo que Mill denomina «demarcación de la conducta»:
‘Demarcación’ significa poner límites o fronteras a la posibilidades de algo. La demarcación de la conducta, por lo tanto, es la delimitación del proceder, la concreción de los límites del comportamiento.3. ¿Qué hace que Mill se preocupe tanto por la libertad individual:
Contra lo que a veces se llama ‘hacer cosas útiles’ o ‘buscar la máxima utilidad para el máximo número’ no es de ninguna manera el fin del utilitarismo.La utilidad es simplemente el principal medio (instrumento) con el fin de conseguir lo que es verdaderamente la finalidad utilitarista, que es la felicidad o el bienestar del mayor número. El utilitarismo es una ética teleológica o consecuencialista y como tal distingue entre fines últimos (la felicidad o bienestar) y herramientas para llegar (la realización de acciones que maximicen la felicidad). Para un utilitarista, la libertad es en cualquier caso una condición necesaria de la felicidad para una sociedad libre aumenta la diversidad y la creatividad y da más variedad y más interés en la vida.La libertad individual, como la propia realización de acciones útiles , hacen la vida más rica en el sentido de más capaz de promocionar la felicidad y, por tanto, esta actitud o tendencia debe ser promocionada. Pero la sociedad a la que aspira Mill no es la de una masa indiferenciada movida por placeres groseros, sino que está hecha por individualidades creativas, es decir, libres. Además, una regla fundamental del utilitarismo dice ‘cada uno vale por uno y sólo por un’. Cuando aumenta la felicidad de cada uno de los miembros de la sociedad, inevitablemente toda la sociedad se hace más feliz. Mill tenía al menos tres poderosas razones para preocuparse por la libertad individual. La primera es una razón biográfica: de muy pequeño había sido educado por su padre James Mill y por el amigo de este Jeremy Bentham para ser un utilitarista, casi robotizado y dedicado a la suma de utilidades, despreciando todo lo que no fuera útil. No tuvo juegos infantiles y pasó una adolescencia triste hasta que con dieciocho años sufrió una grave depresión nerviosa de la que sólo se curó dedicándose a la lectura de poesía, como él mismo explica en su autobiografía. La libertad individual es, pues, una reivindicación personal: vista su peculiar biografía, la libertad personal incluye la exigencia de un mundo en el que los individuos no sean víctimas de programas educativos brutales o de manipulaciones de consciència.Però, además, hay una razón social y una razón moral para defender la libertad individual. La sociedad británica, la época de Mill (y también las sociedades democráticas de ahora mismo) tiende a ser dominada por las clases medias y por una burguesía que se caracteriza por ser prudente, moral y socialmente conservadora e incluso timorata. En cambio, la creatividad no nace la clase media sino de las individualidades potentes, capaces de hacer crecer la diversidad y las ideas nuevas. Una sociedad no puede ser creativa sin individualidades creadoras, que son útiles en la medida que abren nuevas perspectivas y producen diversidad. También moralmente la individualidad es buena: permite que los individuos desarrollen su creatividad y propongan nuevos horizontes.Sin individualidades potentes y dispuestas a hacer frente a las convenciones y los tópicos (como hicieron Sócrates o Jesucristo, por ejemplo), el mundo aún viviría en una especie de perpetua infancia moral. Por incomprendidos que puedan ser en un momento dado, los creadores individuales son socialmente útiles porque con sus propuestas innovadoras hacen avanzar la libertad de todos. He aquí, pues, las tres razones por las que Mill se preocupa tanto por reivindicar la libertad individual.