Comparativa del Pensamiento de Descartes: Influencias, Contexto y Aportaciones

Relaciones entre Descartes, Platón y Otros Pensadores

Podemos comparar la teoría del conocimiento de Descartes con la de Platón porque ambos conceden muy poca validez a los datos de la percepción. Para Platón, son solo «opiniones»; para Descartes, son engañosos y solamente informan de lo que es accidental en las sustancias. Como resultado de lo anterior, se considera que la verdad se encuentra en la intuición, en la deducción y en las matemáticas.

Los dos autores coinciden también en la existencia de las ideas innatas y en la pretensión de buscar un conocimiento de validez universal que no cambie con el tiempo.

En lo que se refiere a la metafísica, el racionalismo cartesiano es un idealismo precursor de los idealismos de la época moderna (Kant, Hegel, Husserl). Su recurso a la existencia de Dios para librarse del idealismo absoluto y del solipsismo no es válido, porque, en última instancia, termina apoyándose en el «argumento ontológico».

Este fracaso teórico lleva a la idea de un Dios ajeno a la religión y al hombre, como mera hipótesis intelectual de la comprensión del universo. Es el Dios del «deísmo» de la Ilustración. Posteriormente, la autosuficiencia de la razón desemboca en diversas formas de ateísmo.

En el terreno de la ciencia, la figura de Descartes supone un antes y un después por sus aportaciones a la geometría y a la mecánica. Piensa, como Galileo, que «el libro de la naturaleza está escrito en caracteres matemáticos». También opina, como Bacon, que el progreso científico debe contribuir a mejorar la vida humana.

Descartes cree (como Platón) en la total separación entre el cuerpo y el alma, ya que son sustancias distintas. Solamente tienen un punto físico de separación (teoría de la glándula pineal).

Con respecto a la moral, se puede comparar a Descartes con Hume porque sus puntos de vista son opuestos, pero coinciden en que la moral supone el grado más alto del conocimiento, la finalidad práctica de la filosofía. Descartes se muestra cauteloso al plantear una moral provisional que aconseja la prudencia. También para Platón y Aristóteles la prudencia era una virtud fundamental.

Descartes en el Contexto y Problemática de la Filosofía Moderna

El pensamiento de Descartes se sitúa dentro del contexto de la filosofía moderna. Las principales tendencias de este periodo histórico pueden ser clasificadas en cinco corrientes:

  1. Etapa de transición y Renacimiento (siglos XIV al XVI).
  2. Racionalismo (siglo XVII).
  3. Empirismo (siglo XVIII).
  4. Ilustración (siglo XVIII).
  5. Criticismo (siglo XVIII al XIX).

Las ideas centrales del racionalismo se pueden resumir en las siguientes:

  1. La fuente de conocimiento válido es la razón, el conocimiento racional.
  2. Aspiración a la creación de una ciencia universal, de una filosofía universal válida para todo ser racional.
  3. El ideal de la ciencia moderna es el sistema deductivo (se llega a verdades particulares a partir de ideas innatas y principios más generales que posee el entendimiento).
  4. Innatismo: existen las ideas innatas.
  5. Convicción de que el ámbito de la razón es necesario y se corresponde exactamente con el ámbito de la realidad, por lo que se da un menosprecio de la experiencia.
  6. Se recurre a Dios para garantizar la correspondencia entre el pensamiento y la realidad.

Se consideran El discurso del método y las Meditaciones cartesianas como las primeras obras modernas del pensamiento occidental. Descartes recupera a la filosofía de la crisis de los siglos precedentes. Durante muchos siglos no hubo ningún pensador realmente original. Para algunos autores, Descartes se halla en la base del idealismo, que dominará el pensamiento filosófico en los siglos posteriores.

Antecedentes Cartesianos: Renacimiento y Crisis Escolástica

Los antecedentes cartesianos hay que buscarlos en un hecho cultural y científico que tiene lugar tras el dominio de la escolástica: el Renacimiento. Este periodo supone una enorme crisis, ya que desaparece la solidez de todas las creencias que habían regido la actividad humana durante más de mil años. La unidad religiosa desaparece, aparece el nuevo modelo heliocéntrico de explicación astronómica, y el interés del humanismo por los clásicos y por las artes ponen en peligro los cimientos de la fe. El realismo aristotélico es abandonado.

Descartes representa la actitud de búsqueda prudente, cautelosa, desconfiada, impulsada por una actitud metódica y reflexiva. Se parte de la convicción de que es necesario un método adecuado que permita llegar a conocer la verdad. Aunque muchos autores consideran que el pensamiento cartesiano no es tan original como se ha pretendido plantear, su novedad consiste en la actitud filosófica de partida. Consciente de que la crisis renacentista no ha sido solucionada y de que la forma escolástica de pensar no satisface los nuevos planteamientos de la ciencia, Descartes se propone un punto de vista nuevo al abandonar conscientemente todo lo que ya se ha dicho e intentar comenzar de cero.

Sin embargo, nunca se parte de la nada. Descartes, lo que busca es la verdad, en el sentido en el que la entendieron los clásicos. Por eso su búsqueda se orienta ya en una dirección conocida. En concreto, Descartes sigue la línea idealista trazada por la filosofía platónica, despreciando el valor de la experiencia y dándole la mayor certeza a las propias ideas. Se mueve en el contexto de su época al aceptar que son las matemáticas el modelo metodológico a seguir en las demás ciencias. Por otra parte, y aunque su obra supone una ruptura con la escolástica (al escribir en francés, por ejemplo), sigue utilizando la terminología escolástica al referirse al concepto de sustancia, al hablar de las facultades del alma y en su concepción de la idea de Dios.

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