Comparativa del Pensamiento de Marx con Hegel y Kant

MARX / HEGEL

Marx parte de todo el ambiente intelectual dominado por el pensamiento idealista de Hegel. Este contexto dio lugar a dos tendencias radicalmente distintas que interpretaban y aplicaban de forma diferente la filosofía hegeliana:

  • La derecha hegeliana interpretaba la filosofía de Hegel como una conservación de la Religión y de la Teología, y al mismo tiempo como una justificación del poder autoritario y del estado fascista. Esta tendencia prestaba más atención al sistema como tal.
  • La izquierda hegeliana atendía más al carácter dialéctico que al sistema, llegando a la negación de la Religión y de Dios. Esta tendencia está representada por Feuerbach, Strauss, Bauer y MARX.

Marx empleaba una versión de la dialéctica hegeliana. Según Hegel, todo proceso histórico consiste en “momentos” o estados temporales, que contienen elementos contradictorios. Cada momento es seguido por un nuevo momento que lo niega, lo trasciende (esto es, progresa más allá de él) y sin embargo, conserva sus características particulares.

Así, se da una constante progresión histórica hacia una realidad más perfeccionada. Ahora bien, la dialéctica de Hegel es una dialéctica de la idea (idealismo), mientras que la de Marx es una dialéctica de la materia (materialismo). Podemos resumir todas sus críticas en una sola: la dialéctica hegeliana es idealista, es decir, no parte de la naturaleza y el hombre real, sino de la idea o espíritu, de la cual las sucesivas fases culturales por las que ha atravesado el hombre son sólo momentos pasajeros.

El materialismo de Marx se contrapone al idealismo de Hegel. Hegel había afirmado la primacía del pensar, siendo el ser (lo sensible) un producto suyo, algo que cobra sentido sólo al ser pensado. Marx (y Feuerbach) afirma que lo sensible (el mundo material) es lo primario y el pensamiento es siempre el pensar de un ser natural, sensible, el hombre. Por eso, lo sensible es el comienzo de la ciencia.

El materialismo de Marx significa sencillamente que se tiene que comenzar por la experiencia sensible, por tanto, por la naturaleza, que nos es dada de manera inmediata como objeto. Marx critica la concepción del hombre sostenida por la filosofía hegeliana. La acusación es que, por lo que se refiere a la naturaleza o ser del hombre, parece que éste consiste en razón, o mejor en espíritu o en una forma de espíritu.

Para Marx no existe una esencia humana en general: el hombre se hace a sí mismo, a través de la historia, en la sociedad y transformando la naturaleza. Así pues, el hombre es, ante todo, un ser activo, práctico, siendo el trabajo su actividad principal.

MARX / KANT

Kant es contractualista. El contractualismo mantiene que el origen de la sociedad y del Estado es un contrato original entre humanos, por el cual se acepta una limitación de las libertades a cambio de leyes que garanticen la seguridad y la supervivencia. Por lo tanto, para Kant es la sociedad civil, representada en las leyes y en las instituciones, la que nos saca del estado de naturaleza en el que el hombre es poco más que un salvaje. Las leyes y las instituciones tienen como fin enderezar la madera torcida de la humanidad.

Kant considera que los principios básicos que un Estado debe garantizar son los de la libertad, la igualdad y ciudadanía dentro de una constitución republicana. La constitución republicana se basa en la soberanía popular, el principio de representatividad y la separación de poderes.

Kant defendía el Estado republicano como el único que garantizaba los derechos innatos de libertad, igualdad y ciudadanía. Sin embargo, vincula la ciudadanía a la independencia económica, a la propiedad y al sexo masculino: en su modelo político no participan las mujeres ni los pobres ni los asalariados. Además, Kant restringe el derecho de igualdad al ámbito jurídico (igualdad ante las leyes). Kant parece no ver que las desigualdades económicas pueden provocar el sometimiento de unas personas por otras, quedando lesionados sus derechos de libertad y dignidad.

Marx, en cambio, considera que el Estado es una construcción histórica legitimadora de la explotación humana. Marx desconfiará de las leyes y de las instituciones públicas, pues sospecha que esconden, al igual que ocurre con otros elementos de la superestructura, los intereses de una clase social determinada. La constitución civil justa y perfecta a la que aspira, por ejemplo Kant, puede convertirse fácilmente, a los ojos de Marx, en un instrumento más de explotación por parte de las clases privilegiadas. En este sentido, Marx denuncia cómo dentro del modo de producción capitalista el proletariado se convierte en una mercancía más.

Marx considera que en la sociedad capitalista tanto la burguesía como el proletariado están alienados o deshumanizados: la burguesía por ser explotadora y el proletariado por malvivir explotado.

Para Marx, Kant es un ejemplo más de que “los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos pero de lo que se trata es de transformarlo.” Con la llegada de la sociedad sin clases empezará, piensa él, la verdadera historia humana en la que todos trabajarán, aportando a la sociedad según sus capacidades, y recibirán de la sociedad según sus necesidades.

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