Comparativa del Pensamiento Político y Epistemológico de Platón y Locke

El Estado y el Individuo

Dos figuras centrales en la historia de la filosofía, Platón y Locke, presentan ideas políticas divergentes sobre la relación entre el individuo y el Estado.

Para Platón, el ser humano es social por naturaleza y su desarrollo pleno depende del Estado. Ética y política son inseparables: un Estado justo se compone de individuos justos, y viceversa. Esta visión refleja la fuerte conexión entre individuo y Estado en la Atenas de su época.

En contraste, Locke postula un estado natural pre-estatal donde los individuos viven con cierta autonomía. Sin embargo, para optimizar sus posibilidades, proteger la propiedad privada y otros derechos, pactan la creación del Estado. Este pacto establece un Estado que garantiza el cumplimiento de las leyes naturales preexistentes, pero que debe minimizar su interferencia en la vida individual, enfocándose en la convivencia y la protección de la propiedad.

El Bien Común vs. la Felicidad Individual

En el Estado platónico, el bien común prevalece sobre la felicidad individual. El filósofo, conocedor de las Ideas, está obligado a gobernar, aunque prefiera el estudio, priorizando el bienestar del Estado.

Locke, en cambio, propone un gobierno al que los ciudadanos ceden parte de su libertad a cambio de seguridad, pudiendo exigirle responsabilidades si falla en su función. No hay un equivalente al filósofo rey platónico.

División de Poderes

El Estado de Locke incorpora la división de poderes (legislativo, ejecutivo y federativo) para evitar la concentración de poder. Esta idea moderna no existe en el pensamiento de Platón, donde el filósofo gobernante, con su conocimiento, ostenta todo el poder y protege de la injusticia, reflejando la conexión platónica entre conocimiento y bondad.

El Conocimiento y las Ideas

Tanto Platón como Locke consideran el conocimiento como conocimiento de ideas, pero difieren en su conceptualización.

Para Platón, las Ideas son esencias eternas, inmutables y perfectas, que existen en un mundo separado y sirven de modelo a las cosas del mundo sensible, una realidad de segundo orden. El conocimiento de estas Ideas se alcanza mediante la razón y la reminiscencia, adoptando una postura innatista.

Para Locke, las ideas son representaciones mentales de la realidad, adquiridas a través de la experiencia, una postura no innatista. La experiencia, que para Platón solo conduce a la doxa (opinión), es la base del conocimiento para Locke.

Niveles de Conocimiento

Platón distingue dos niveles de conocimiento: doxa (opinión) y episteme (conocimiento), cada uno subdividido en dos. Locke, por su parte, propone tres tipos de conocimiento: intuitivo (evidente e inmediato), demostrativo (fruto del razonamiento) y sensible.

Subjetividad y Objetividad

La subjetividad en Platón se asocia al conocimiento del mundo sensible, mientras que la objetividad se relaciona con el conocimiento de las Ideas. En Locke, la subjetividad se vincula al conocimiento de las cualidades secundarias de los objetos, y la objetividad al conocimiento de las cualidades primarias.

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