Spinoza vs. Descartes: Monismo frente a Dualismo
René Descartes y Baruch Spinoza son dos grandes representantes del racionalismo, pero presentan diferencias fundamentales en su visión de la realidad.
Metafísica
Descartes sostiene un dualismo sustancial, donde existen tres sustancias: Dios (infinita), la mente (res cogitans) y la materia (res extensa). La mente y el cuerpo son sustancias separadas, aunque interactúan a través de la glándula pineal. Spinoza, en cambio, rechaza esta división y propone un monismo: solo existe una única sustancia, Dios o la Naturaleza. Todo lo que existe es una manifestación de esa sustancia única, eliminando la separación entre mente y cuerpo; ambos son atributos de la misma realidad.
Libertad y Determinismo
Descartes cree en el libre albedrío: el ser humano, al usar la razón, puede tomar decisiones libres. Spinoza, en cambio, defiende un determinismo absoluto: todo está regido por la necesidad de la naturaleza, y la libertad no es elegir, sino comprender por qué todo ocurre inevitablemente.
Locke vs. Descartes: Empirismo frente a Racionalismo
Descartes y John Locke representan posturas opuestas en teoría del conocimiento: racionalismo vs. empirismo.
Origen del Conocimiento
Para Descartes, la razón es la fuente principal del conocimiento y existen ideas innatas (como la idea de Dios, la perfección o las verdades matemáticas), que no provienen de la experiencia. Locke rechaza esto y sostiene que la mente al nacer es una «tabula rasa» (hoja en blanco), donde todo conocimiento se adquiere a través de la experiencia sensorial.
Certeza del Conocimiento
Descartes busca verdades absolutas mediante su duda metódica, encontrando en el cogito («pienso, luego existo») su primer conocimiento seguro. Locke, en cambio, cree que el conocimiento humano no alcanza certezas absolutas, sino que se basa en grados de probabilidad.
Metafísica
Descartes distingue entre sustancia pensante (mente) y sustancia extensa (materia). Locke acepta la existencia de la sustancia, pero sostiene que no podemos conocer su verdadera naturaleza. Solo percibimos cualidades primarias (forma, movimiento) y secundarias (colores, sabores), que dependen de nuestra percepción.
Berkeley vs. Descartes: Idealismo Inmaterialista
Tanto René Descartes como George Berkeley se preocuparon por entender cómo podemos conocer la realidad y si el mundo realmente existe fuera de nuestra mente, pero llegaron a conclusiones muy diferentes.
Existencia del Mundo Externo
Descartes, como racionalista, creía que la certeza inicial es la existencia de la mente. La razón permite conocer el mundo, y la materia (objetos y mundo físico) existe fuera de nuestra mente. Berkeley, aunque empirista, afirmaba que los objetos no existen fuera de nuestra mente; solo existe lo que percibimos. Si no percibimos algo (una rosa, un sonido), no existe; solo existe al ser percibido. Descartes creía que el mundo existe y podemos conocerlo a través de la razón. Berkeley negaba la existencia de los objetos sin ser percibidos; solo la mente (o la mente de Dios) mantiene su existencia.
El Yo
Ambos pensaban que somos conscientes de nuestra existencia. Para Descartes, esto es claro porque pensamos; para Berkeley, porque percibimos, pero veía la percepción como algo dependiente de la mente.
Hume vs. Descartes: Escepticismo Empirista Radical
David Hume representa el escepticismo más radical dentro del empirismo y es el mayor opositor de la filosofía cartesiana.
Epistemología
Descartes busca conocimientos ciertos mediante la razón. Hume sostiene que todo proviene de la experiencia, pero sin ninguna certeza absoluta. Nuestras creencias son resultado de la costumbre y la asociación de ideas, no de la razón.
Causalidad
Descartes cree que la razón permite conocer conexiones necesarias entre causas y efectos. Hume argumenta que la causalidad es solo una costumbre mental: vemos eventos que ocurren juntos, pero no podemos demostrar que uno causa al otro necesariamente.
El Yo
Descartes afirma que el «yo» es una sustancia pensante, una entidad estable. Hume sostiene que el «yo» es una colección de percepciones en constante cambio; no experimentamos una «sustancia» estable, sino pensamientos, emociones y sensaciones pasajeras.
Kant vs. Descartes: Idealismo Trascendental
Descartes y Kant buscan fundamentos para el conocimiento, pero desde enfoques distintos.
Origen del Conocimiento
Descartes, como racionalista, cree que el conocimiento proviene de la razón y existen ideas innatas. Kant combina racionalismo y empirismo en su idealismo trascendental: el conocimiento surge de la experiencia, pero es estructurado por categorías a priori (espacio, tiempo, causalidad).
Metafísica
Descartes distingue entre res cogitans (mente) y res extensa (materia). Kant introduce la diferencia entre fenómeno (lo que percibimos) y noúmeno (la realidad en sí misma, incognoscible). Para Descartes, la razón accede a verdades absolutas; para Kant, solo conocemos el mundo tal como nuestra mente lo estructura.
Dios
Descartes intenta demostrar la existencia de Dios con el argumento ontológico. Kant lo rechaza, considerando a Dios un postulado moral, no una verdad demostrable.
Contexto Histórico de Descartes: Siglos XVII y XVIII
René Descartes vivió en una época de transformaciones significativas.
- Revolución Científica: En 1543, Copérnico propuso la teoría heliocéntrica. Kepler y Galileo la confirmaron, cambiando la visión del cosmos. Newton consolidó esta visión con sus leyes del movimiento y la gravedad.
- Antropocentrismo: El ser humano se convirtió en el centro del universo. Pensadores humanistas destacaron la capacidad humana para conocer y transformar el mundo, enfatizando el pensamiento racional y el estudio de artes y ciencias.
- Pensamiento Político: Maquiavelo, en El Príncipe, propuso una política pragmática, separada de la moral religiosa. Tomás Moro, en Utopía, presentó una sociedad ideal, criticando las injusticias.
- Reforma Protestante: En 1517, Lutero cuestionó a la Iglesia Católica, llevando a la creación de nuevas iglesias y a cambios en religión y política.
- Descubrimiento de América: En 1492, Colón descubrió América, cambiando la geografía mundial y la percepción europea del lugar del ser humano en el mundo.