1. DUALISMO ONTOLÓGICO:
En esta redacción se da por sentado que existen dos niveles de realidad o dualismo ontológico que nos lleva a plantearnos distintas cuestiones: ¿Qué es lo real?¿Es la realidad que nos muestran los sentidos la auténtica?¿Es posible distinguir modos distintos de ser real?. El núcleo de nuestra exposición será la teoría platónica de las Ideas y, a lo largo de esta redacción contestaremos a estas preguntas y comentaremos cómo afecta esta teoría de la realidad a otros ámbitos.
Toda la teoría platónica parte de la división entre 2 partes irreconciliables en todos los ámbitos: ontológico, epistemológico, político, etc. La primera de estas divisiones, la que determina su filosofía, su piedra angular, es la división del nivel ontológico en dos tipos de realidad: el mundo sensible y el mundo inteligible.
El mundo sensible no será más que una copia imperfecta de lo verdaderamente real, el mundo inteligible. La relación entre ambos niveles de realidad es que el mundo sensible “copia” al mundo inteligible. Para Platón lo auténticamente real se identifica con lo estable, lo eterno, lo que no cambia. Por ello, distingue dos niveles de realidad y define un dualismo ontológico. Diferenciamos pues; el mundo inteligible o de las ideas y el mundo sensible.
Mundo inteligible o mundo de las ideas: Es el mundo del “SER”, de lo eterno e inmutable, lo perfecto y no sometido al cambio. Por tanto, es el nivel superior de realidad, la “auténtica realidad”. Es una esfera de realidades ocultas a la vista pero accesibles a la inteligencia. Conocidas como las ideas. Es un mundo trascendente, es decir, que se encuentra más allá de las realidades materiales y visibles. En el mundo inteligible encontramos las ideas y los entes matemáticos, los cuales son inmateriales, perfectos e ideales pero se encuentran en un nivel ontológico inferior a las ideas. En la cima de las Ideas se encuentra la Idea de Bien de la cual todas las demás derivan.
Las Ideas no son el contenido de nuestro pensamiento, tienen entidad propia y si desapareciese la raza humana seguirían existiendo. Son la auténtica realidad, independiente del mundo sensible. Solo puede ser captada por medio de la inteligencia y los entes sensibles que derivan de ella son captados a través de los sentidos. Platón la explica utilizando la Idea de Belleza.
1. DUALISMO ONTOLÓGICO 2:
La estructura del mundo inteligible, la Idea de Bien donde se aprecia que no todas las Ideas son iguales. La Idea del Bien será la Idea Suprema, la cual adquiere mayor perfección y concibe todo lo que existe, el Bien en sí es la causa del ser, la existencia de las demás Ideas. En este sentido, La Idea de Bien desempeña una función ontológica. Además también desempeña una función epistemológica en el sentido de identificar la Idea de Bien como la causa del conocimiento de todo lo que existe, posibilitar el conocimiento del resto de Ideas, hacerlas cognoscibles por medio de la inteligencia. Y, desarrolla una función ético-política donde partiendo del intelectualismo moral socrático asume que sólo mediante el conocimiento del Bien podremos obrar bien tanto en la vida privada como en la pública, en el gobierno de la ciudad. Así pues el Bien será fundamento de ética y buen gobierno además de ser el principio unificador de todo lo que existe y causa del orden del mundo. Encontramos entonces, el Mundo de las Ideas clasificado en forma de pirámide donde las Ideas de menor rango se encuentran en la base y en la cima la Idea de Bien.
Mundo sensible:
Es el mundo del devenir y la multiplicidad, de lo que cambia, todo lo que nace y muere. Representa un nivel inferior de realidad, de cosas menos reales y perfectas que las realidades inteligibles. Es la esfera de los objetos que percibimos mediante los sentidos, es un mundo sometido al cambio, a la generación y corrupción. Es el mundo del devenir, de las cosas que están en continuo cambio. Por esto para Platón, el Devenir, es el camino entre el Ser (lo inteligible) y el no-ser (la nada), es decir, una forma de realidad más inestable que la realidad inteligible. Es el mundo de los objetos sensibles y su imitación, imágenes o sombras.
Por tanto, ¿Qué relación hay entre las dos esferas de realidad?
Platón explica la formación del mundo sensible a través del mito del Demiurgo. Platón usa la palabra “Demiurgo” para referirse a una Inteligencia Suprema de carácter divino formado en el mundo sensible, tomando como modelo el mundo inteligible o mundo de las Ideas. Mediante el mito quiere dejar claro que el mundo sensible responde a un plan racional y no procede del caos. Debido a esto, podría decirse que hay una dependencia ontológica entre ambos órdenes y, la meta filosófica será conocer las Ideas y sus relaciones
1. DUALISMO ONTOLÓGICO 3:
Conclusión: En conclusión, mediante dicha teoría se supone la existencia de dos niveles de realidad o dualismo ontológico. Un nivel superior, el mundo inteligible, eterno y perfecto, al que pertenecen las Ideas. Un nivel inferior, el mundo sensible, sometido al cambio, que nace y muere. El mundo sensible es menos real porque depende ontológicamente de las Ideas, a las cuales, imita. Las Ideas constituyen una pirámide donde se encuentran en la cima, es decir, lo máximamente real.
2. DUALISMO EPISTEMOLÓGICO:
En esta redacción se da por sentado que existen dos grados de saber o dualismo epistemológico que nos lleva a plantearnos distintas cuestiones: ¿Qué es la verdad?¿Podemos alcanzar conocimiento cierto de la realidad?¿Es lo mismo opinar que conocer?. El núcleo de nuestra exposición será la teoría platónica del conocimiento y, a lo largo de esta redacción contestaremos a estas preguntas y comentaremos la relación entre esta teoría del conocimiento y la teoría de la realidad y cómo afecta esta teoría a otros ámbitos como la política.
Según la teoría platónica la división entre dos mundos lleva también a la distinción entre dos formas de conocimiento, la cual, es heredera de la que realizó Parménides entre Vía del Conocimiento y Vía de la Opinión. Platón afirmará que sólo podemos conocer verdaderamente lo universal, lo eterno, lo inmutable, es decir, el Mundo de las Ideas. Entonces, el mundo sensible por otro lado será mera opinión. Como nos muestra en el “Símil de la Línea” hay dos formas de conocer: OPINIÓN, que se produce a través de los sentidos (el cuerpo) y CIENCIA, que actúa mediante la razón (el alma). Cada una de estas formas de conocer cuenta con un objeto distinto: el objeto de los sentidos (opinión) es lo concreto, particular y mudable, en cambio, el objeto de la razón (ciencia) será lo universal y eterno.
En el símil de la línea Platón nos plantea dibujar una línea dividida en dos, una para el mundo sensible y la otra para el mundo inteligible. Dentro de la zona correspondiente al mundo sensible lo volverá a dividir en dos, una parte para las sombras o imágenes y otra para los objetos y seres que dan lugar a las primeras. Podemos encontrar también el mundo inteligible dividido, una parte para los entes matemáticos (geometría) y en la esfera superior los objetos éticos y estéticos. Este es el mundo de las Ideas. Platón enfrentará las dos formas de conocer mencionadas.
2. DUALISMO EPISTEMOLÓGICO 2:
De un lado, los entes inmutables y eternos, las ideas que pueden ser “concebidas más no vistas”, son objetos de conocimiento intelectual pero no sensible. Y del otro, los objetos sensibles que pueden ser “vistos más no concebidos”, objeto de conocimiento sensible.
Hay que tener muy presente que Platón no va a considerar el mundo sensible como verdadero conocimiento (este término lo utilizará para el concepto de las Ideas) sino que este será mera opinión o doxa. Este además, será el conocimiento propio de los hombres que no tienen educación y se divide en dos niveles:
La Imaginación (Eikasia), es el grado de conocimiento más bajo y tiene por objeto las imágenes o sombras de las cosas sensibles.
La creencia (Pistis), se centra en los objetos sensibles y como el mundo sensible está sometido al cambio sus enunciados no son estables, por tanto, no aportan verdad.
El conocimiento del mundo inteligible, que es el verdadero conocimiento o episteme, es propio de los filósofos y comprende de dos niveles:
Pensamiento (Dianoia), se obtiene al razonar partiendo de hipótesis que tomamos por verdaderas, sin cuestionarlas, y de ellas se derivan conclusiones. Las matemáticas (entes matemáticos).
Conocimiento (Noésis), partiendo de hipótesis cuestionadas se llega a la hipótesis del origen de todas, a la Idea de Bien, causa de todas las Ideas.
Encontramos las matemáticas y dialéctica que son disciplinas que forman parte del conocimiento del mundo inteligible, pero se refieren a entes distintos. Las matemáticas son una preparación hacia la dialéctica, es decir, son aquellas que nos dan el verdadero conocimiento, el de la Idea del bien, la luz de todo. Las diferencias entre ambas son:
Las matemáticas parten de hipótesis cuya verdad no es cuestionada y a partir de ellas deduce conclusiones. La dialéctica, por el contrario, también parte de hipótesis pero esta sí que las somete a una prueba dialéctica (lógica). Siguiendo el método socrático cada vez formulará hipótesis más cercanas a la verdad, hasta llegar a la Idea de Bien.
Las matemáticas, a diferencia de la dialéctica, se apoyan en entes sensibles. Por esto son un conocimiento a caballo entre la creencia y la noesis.
Pero ¿Cómo es posible conocer estas ideas? Conocer es recordar. Platón, apoyándose en la doctrina pitagórica del alma, defiende que conocer es recordar y es la llamada “Teoría de la Reminiscencia”. En ella se dice que el alma tuvo una existencia anterior a su fusión con el cuerpo. Entonces ya tenía el conocimiento de las ideas pero al caer en el cuerpo las olvida.
2. DUALISMO EPISTEMOLÓGICO 3:
El alma encerrada en un cuerpo material que se relaciona con las cosas materiales a través de los sentidos, y partiendo del conocimiento de las cosas sensibles, que son copias de las ideas, recuerda (mediante la mayéÚtica socrática) las Ideas que ya estaban en su alma. Es lo que llama “anamnesis”.
En conclusión, podemos observar que a diferencia de los sofistas, Platón entiende que es posible alcanzar conocimiento y ,distingue dos grados de realidad, la realidad inteligible y la realidad sensible, en clara correspondencia dos grados de saber o dualismo epistemológico, el conocimiento científico y la opinión. Esto nos plantea, que si el ser humano pertenece al mundo visible cómo llega al mundo inteligible, especialmente a las Ideas. Platón responde esto mediante la teoría de la reminiscencia donde se dice que el alma no aprende si no recuerda lo que ha contemplado en el mundo de las Ideas. Por ello la educación del gobernante está destinada a que sus conocimientos cobren realidad, hasta llegar a la Idea de Bien, que es necesaria para el gobierno justo del Estado.
5. TEORÍA DEL ESTADO JUSTO Y DEL FILÓSOFO GOBERNANTE:
En esta redacción, se da por sentado que se puede conseguir un Estado justo que
garantice la felicidad de todos sus miembros, pero esto lleva a plantearnos varias
preguntas: ¿Es la democracia un buen sistema de selección? ¿Cuál es el perfil del buen
gobernante? ¿Qué relación hay entre las 3 clases sociales? A lo largo de esta redacción
trataremos de exponer la postura de Platón en relación con estas cuestiones. Por lo
tanto, el núcleo de nuestra exposición será la teoría del Estado justo y la propuesta
platónica del filósofo gobernante.
En la “Carta VII” Platón explica de donde nace su interés por los asuntos políticos. Este
aparece de su insatisfacción con la situación que atraviesa en ese momento Atenas, es
decir, la guerra del Peloponeso y la crisis de la democracia ateniense. Para él ese
sistema político no sirve por varias razones.
5. TEORÍA DEL ESTADO JUSTO Y DEL FILÓSOFO GOBERNANTE 2:
En primer lugar, no está de acuerdo con
que el pueblo sea el que dirija el Estado, ya que realmente lo dirige una minoría de políticos y demagogos, formados por los sofistas, que manipulan a la masa por medio del arte de la palabra y arrastran al pueblo abusando de su incapacidad y falta de reflexión para conseguir sus propios intereses. En segundo lugar, por la decepción
respecto a la democracia tras juzgar y ejecutar al más justo de los hombres, a su maestro Sócrates. Por último, rechaza la base fundamental de la democracia, según la
cual cualquiera puede desempeñar las funciones públicas sin necesidad de estar educado para ello, sin tener en cuenta el conocimiento y la virtud. Para ilustrar el
absurdo de esto recurre al símil del navío, donde nos dice que igual que no viajaríamos en un navío dirigido por una tripulación amotinada contra su capitán, sin conocimientos de navegación, tampoco deberíamos aceptar un régimen político en el que el timón del Estado esté en manos de una masa de ignorantes. Entonces… ¿Quién debería gobernar este Estado? Bien pues para remediar los males políticos de su época, como la democracia, propone un gobierno de filósofos donde afirma que sólo será posible un Estado justo si el gobierno está en manos de filósofos, es decir, de gente que gracias a la filosofía ha alcanzado la sabiduría y la virtud. Esta posición tiene como eje el intelectualismo moral de Sócrates. De acuerdo con él sólo podrán ser individuos bueno y justos aquellos que conocen el bien y la justíCía. De ahí se deduce que sólo los filósofos serán los gobernantes perfectos. Saben qué es la justíCía y el bien, los reconocen y los aplican. Entonces así podemos afirmar que la forma de gobierno que propone es la aristocracia,el cual es el gobierno de los mejores, pero no por razón de sangre o linaje sino los mejores en virtud y saber. Es una teoría de la élite. Pero para llevar a cabo esta propuesta política son necesarias dos cosas:
En primer lugar, seleccionar las mejores naturalezas, es decir, aquellos individuos que por naturaleza poseen capacidades y cualidades innatas para la filosofía y el gobierno, como la capacidad de aprender, honestidad, generosidad, alma noble sin bajezas…
En segundo lugar, es necesario potenciar estas capacidades naturales mediante una educación adecuada hasta conducir a los individuos a la contemplación de las Ideas Eternas. Tras este periodo educativo están preparados para gobernar y serán forzados a ello. Será el estado quien se encargue de la selección de las mejores naturalezas y de su educación.
5. TEORÍA DEL ESTADO JUSTO Y DEL FILÓSOFO GOBERNANTE 3:
Por otra parte, ¿Qué es para Platón el estado justo y qué relación hay entre el gobierno de la propia alma y este Estado? En el mundo griego no es posible desligar lo individual de lo colectivo, es decir, la ética de la política, pues el ser humano es un ser social cuya vida sólo tiene sentido en sociedad. No somos autosuficientes y necesitamos la cooperación de otros para cubrir nuestras necesidades. Así, sólo un Estado donde cada ciudadano cumpla adecuadamente su función será un Estado justo y armónico, y sólo en un Estado justo y armónico podrá el individuo ser feliz y virtuoso.
El pensamiento político de Platón es estatalista, comunitarista y organicista: es estatalista ya que antepone el bien y la cohesión del Estado al bien individual, entiende el Estado como una comunidad natural de individuos que cooperan y se coordinan para vivir, beneficiándose todos de la contribución de todos. Por esto el buen gobierno debe anteponer siempre el bien común al bien particular de un individuo o grupo. Por otra parte es comunitarista porque entiende que la vida del individuo sólo se entiende y tiene sentido dentro de una comunidad, en la cual desempeña una función específica. Y por último es organicista porque Platón concibe el Estado perfecto siguiendo el modelo de un organismo vivo, compuesto por órganos que desempeñan una función determinada que beneficia al conjunto. Así el Estado en platón está compuesto de tres partes o clases sociales cada una de las cuales desempeña la función para la que está naturalmente capacitada.
En otro lugar, del mismo modo que en el alma encontramos 3 partes, en el Estado se dan tres grupos humanos naturales, esto es, se da entre alma y Estado un isomorfismo
estructural. Cada uno de estos grupos sociales se compondrá de individuos en cuya alma predomine una parte determinada, así tendremos:
Los productores: son individuos cuya función es producir todo aquello que la sociedad necesita. Son artesanos, campesinos, obreros,… En su alma, predomina la parte más baja, la apetitiva. En un Estado ideal su virtud es la templanza o moderación.
Los guardianes: tiene como función la defensa de la ciudad. Son educados en gimnástica y música. En ellos predomina el alma irascible y su virtud es la valentía o fortaleza. Deben someterse a los gobernantes.
5. TEORÍA DEL ESTADO JUSTO Y DEL FILÓSOFO GOBERNANTE 4:
Los filósofos-gobernantes: son la clase superior y tienen como función propia el gobierno del Estado inspirándose para ello en la contemplación del orden y armónía de las Ideas eternas. En ellos predomina la parte racional lo que los capacita para conocer la justicia y el bien a través de la filosofía. Su virtud propia es la sabiduría o prudencia. Seleccionados de entre los mejores guardianes serán educados en matemáticas y filosofía (dialéctica).
Por lo tanto, ¿Cómo podemos resumir qué es un Estado justo? Pues el Estado Justo será un Estado bien organizado siguiendo los preceptos de cooperación y división del trabajo según las capacidades naturales de cada uno. Del mismo modo que la justicia en el individuo consistía en la armónía entre las tres partes del alma, la justicia en el estado consistirá en la armónía entre las tres clases sociales, es decir, por una parte, que haya cooperación y uníón entre las tres clases, de modo que cada una cumpla su función, esto es, que desarrollen la virtud que les corresponde: los gobernantes la sabiduría, los guardianes la valentía y los productores la moderación. Y por otra, que se respete la jerarquía natural entre las clases. Del mismo modo que la armónía y justicia en el alma se alcanzaba con el sometimiento a la parte racional, la justicia en el Estado precisará del sometimiento de lo inferior a lo superior. Los productores se someten a los guardianes y ambos a los gobernantes que representan la racionalidad y el conocimiento.
En conclusión, Platón rechaza la democracia y otras formas de gobierno y propone el gobierno de los mejores en virtud y en saber. Esta propuesta política se completa con un ambicioso programa educativo que persigue como objetivo final formar a ciertos individuos capaces de gobernar sabia y rectamente. Y este conocimiento es el que nos proporciona la ciencia dialéctica, la ciencia suprema