5. TEORÍA DEL ESTADO JUSTO Y DEL FILÓSOFO GOBERNANTE:
En esta redacción, se da por sentado que se puede conseguir un Estado justo que
garantice la felicidad de todos sus miembros, pero esto lleva a plantearnos varias
preguntas: ¿Es la democracia un buen sistema de selección? ¿Cuál es el perfil del buen
gobernante?
¿Qué relación hay entre las 3 clases sociales? A lo largo de esta redacción
trataremos de exponer la postura de Platón en relación con estas cuestiones. Por lo
tanto, el núcleo de nuestra exposición será la teoría del Estado justo y la propuesta
platónica del filósofo gobernante.
En la “Carta VII” Platón explica de donde nace su interés por los asuntos políticos. Este
aparece de su insatisfacción con la situación que atraviesa en ese momento Atenas, es
decir, la guerra del Peloponeso y la crisis de la democracia ateniense. Para él ese
sistema político no sirve por varias razones. En primer lugar, no está de acuerdo con
que el pueblo sea el que dirija el Estado, ya que realmente lo dirige una minoría de
políticos y demagogos, formados por los sofistas, que manipulan a la masa por medio del arte de la palabra y arrastran al pueblo abusando de su incapacidad y falta de
reflexión para conseguir sus propios intereses. En segundo lugar, por la decepción
respecto a la democracia tras juzgar y ejecutar al más justo de los hombres, a su
maestro Sócrates. Por último, rechaza la base fundamental de la democracia, según la
cual cualquiera puede desempeñar las funciones públicas sin necesidad de estar
educado para ello, sin tener en cuenta el conocimiento y la virtud.
Para ilustrar el
absurdo de esto recurre al símil del navío, donde nos dice que igual que no viajaríamos
en un navío dirigido por una tripulación amotinada contra su capitán, sin conocimientos de navegación, tampoco deberíamos aceptar un régimen político en el que el timón del Estado esté en manos de una masa de ignorantes. Entonces… ¿Quién debería gobernar este Estado? Bien pues para remediar los males políticos de su época, como la democracia, propone un gobierno de filósofos donde afirma que sólo será posible un Estado justo si el gobierno está en manos de filósofos, es decir, de gente que gracias a la filosofía ha alcanzado la sabiduría y la virtud. Esta posición tiene como eje el intelectualismo moral de Sócrates. De acuerdo con él sólo podrán ser individuos bueno y justos aquellos que conocen el bien y la justíCía. De ahí se deduce que sólo los filósofos serán los gobernantes perfectos. Saben qué es la justíCía y el bien, los reconocen y los aplican. Entonces así podemos afirmar que la forma de gobierno que propone es la aristocracia,el cual es el gobierno de los mejores, pero no por razón de sangre o linaje sino los mejores en virtud y saber. Es una teoría de la élite. Pero para llevar a cabo esta propuesta política son necesarias dos cosas:
En primer lugar, seleccionar las mejores naturalezas, es decir, aquellos individuos que por naturaleza poseen capacidades y cualidades innatas para la filosofía y el gobierno, como la capacidad de aprender, honestidad, generosidad, alma noble sin bajezas…
En segundo lugar, es necesario potenciar estas capacidades naturales mediante una educación adecuada hasta conducir a los individuos a la contemplación de las Ideas Eternas. Tras este periodo educativo están preparados para gobernar y serán forzados a ello. Será el estado quien se encargue de la selección de las mejores naturalezas y de su educación.
Por otra parte, ¿Qué es para Platón el estado justo y qué relación hay entre el gobierno de la propia alma y este Estado? En el mundo griego no es posible desligar lo individual de lo colectivo, es decir, la ética de la política, pues el ser humano es un ser social cuya vida sólo tiene sentido en sociedad. No somos autosuficientes y necesitamos la cooperación de otros para cubrir nuestras necesidades. Así, sólo un Estado donde cada ciudadano cumpla adecuadamente su función será un Estado justo y armónico, y sólo en un Estado justo y armónico podrá el individuo ser feliz y virtuoso.
El pensamiento político de Platón es estatalista, comunitarista y organicista: es estatalista ya que antepone el bien y la cohesión del Estado al bien individual, entiende el Estado como una comunidad natural de individuos que cooperan y se coordinan para vivir, beneficiándose todos de la contribución de todos. Por esto el buen gobierno debe anteponer siempre el bien común al bien particular de un individuo o grupo. Por otra parte es comunitarista porque entiende que la vida del individuo sólo se entiende y tiene sentido dentro de una comunidad, en la cual desempeña una función específica. Y por último es organicista porque Platón concibe el Estado perfecto siguiendo el modelo de un organismo vivo, compuesto por órganos que desempeñan una función determinada que beneficia al conjunto. Así el Estado en platón está compuesto de tres partes o clases sociales cada una de las cuales desempeña la función para la que está naturalmente capacitada.
En otro lugar, del mismo modo que en el alma encontramos 3 partes, en el Estado se dan tres grupos humanos naturales, esto es, se da entre alma y Estado un isomorfismo
estructural. Cada uno de estos grupos sociales se compondrá de individuos en cuya alma predomine una parte determinada, así tendremos:
Los productores: son individuos cuya función es producir todo aquello que la sociedad necesita. Son artesanos, campesinos, obreros,… En su alma, predomina la parte más baja, la apetitiva. En un Estado ideal su virtud es la templanza o moderación.
Los guardianes: tiene como función la defensa de la ciudad. Son educados en gimnástica y música. En ellos predomina el alma irascible y su virtud es la valentía o fortaleza. Deben someterse a los gobernantes.
Los filósofos-gobernantes: son la clase superior y tienen como función propia el gobierno del Estado inspirándose para ello en la contemplación del orden y armónía de las Ideas eternas. En ellos predomina la parte racional lo que los capacita para conocer la justicia y el bien a través de la filosofía. Su virtud propia es la sabiduría o prudencia. Seleccionados de entre los mejores guardianes serán educados en matemáticas y filosofía (dialéctica).
Por lo tanto, ¿Cómo podemos resumir qué es un Estado justo? Pues el Estado Justo será un Estado bien organizado siguiendo los preceptos de cooperación y división del trabajo según las capacidades naturales de cada uno. Del mismo modo que la justicia en el individuo consistía en la armónía entre las tres partes del alma, la justicia en el estado consistirá en la armónía entre las tres clases sociales, es decir, por una parte, que haya cooperación y uníón entre las tres clases, de modo que cada una cumpla su función, esto es, que desarrollen la virtud que les corresponde: los gobernantes la sabiduría, los guardianes la valentía y los productores la moderación. Y por otra, que se respete la jerarquía natural entre las clases. Del mismo modo que la armónía y justicia en el alma se alcanzaba con el sometimiento a la parte racional, la justicia en el Estado precisará del sometimiento de lo inferior a lo superior. Los productores se someten a los guardianes y ambos a los gobernantes que representan la racionalidad y el conocimiento.
En conclusión, Platón rechaza la democracia y otras formas de gobierno y propone el gobierno de los mejores en virtud y en saber. Esta propuesta política se completa con un ambicioso programa educativo que persigue como objetivo final formar a ciertos individuos capaces de gobernar sabia y rectamente. Y este conocimiento es el que nos proporciona la ciencia dialéctica, la ciencia suprema.