Glosario de términos filosóficos de Nietzsche
Filósofos
Expresión usada por Nietzsche en un sentido peyorativo para referirse a una tradición que nace con Parménides, en Platón encuentra sus rasgos característicos y alcanza hasta su propia época. Para Nietzsche, el origen de la creencia en un «mundo verdadero» ha de situarse en una incapacidad vital.
Gramática
Nietzsche se refiere con esta expresión al conjunto de reglas y principios que regulan el uso del lenguaje. El punto de partida de todas las gramáticas es la atribución de una acción a un agente. Eso implica la existencia de un «yo» que decide voluntariamente ejecutar determinadas acciones. Esto está basado en un principio de causalidad que se aplica analógicamente a todas las demás realidades, creando conceptos de «sustancia», etc. La gramática nos impulsa a creer que toda acción ha de tener un sujeto, un agente. Esto nos dificulta la percepción de la realidad como proceso. El lenguaje nos lleva continuamente a una interpretación substancialista de lo real. Hay una línea directa que va desde los presupuestos de la gramática hasta la creencia en Dios.
Idiosincrasia
Rasgos distintivos propios de un individuo o de un colectivo.
Idolatría
Amor excesivo y vehemente a una persona o cosa. Nietzsche llama a los filósofos «idólatras de los conceptos», porque experimentan una pasión exagerada por ellos y porque adoran lo que no es más que puro cascarón.
Ilusión óptico-moral
Expresión inventada por Nietzsche con la que alude a una alucinación de etiología moral.
Lenguaje
Su origen no se debe a la búsqueda de conocimiento sino a la necesidad de expresar una experiencia vital propia. Por esto tiene un carácter metafórico, y es absurdo pensar que está hecho para reproducir objetivamente la realidad. Muchas personas fijan la metáfora, delimitan unas fronteras de significado y la convierten en un concepto de obligado cumplimiento. Aparece también el concepto de verdad, como adecuación entre realidad y el pensamiento. El «concepto verdadero» solo sirve para morigerar las experiencias singulares a través de un patrón uniformador y negador de las diferencias. La influencia del lenguaje es enorme porque el pensamiento humano es lingüístico, por eso es fundamental que el hombre deje de tener fe en la gramática, es decir, de creer que sus categorías son un trasunto de lo real.
Metafísica
Es para Nietzsche lo esencial de la tradición cultural de Occidente: la invención de un «mundo verdadero» enfrentado a un «mundo aparente». Esta actitud se debe al temor al devenir, a la muerte, etc. Las categorías metafísicas se inventaron para encontrar el orden, la paz, etc. que están ausentes del único mundo existente, el de los sentidos.
Monótono-teísmo
Es un juego de palabras típico de Nietzsche. La metafísica tradicional se caracteriza por lo que Nietzsche llama el «monoteísmo de la verdad»: la creencia en una verdad única y excluyente que reside en un trasmundo. La consecuencia es la desvalorización del único mundo real. Nietzsche reivindica el politeísmo de la verdad frente al monótono-teísmo.
Prejuicio de la razón
La «razón» desempeña en el lenguaje una función perniciosa. Inevitablemente elabora conceptos para entender el continuo cambio en que consiste la realidad. Como Kant expone, la «razón» experimenta una tendencia natural hacia lo incondicionado, lo universal y necesario. El gran error es creer que esta tendencia se corresponde con algo real incondicionado, universal, necesario, fijo.
«Razón»
Pretende construir una realidad estática, por tanto, falsea el testimonio de los sentidos, ya que estos nos ponen en contacto con lo continuamente cambiante. Nietzsche rechaza esta creencia que fosiliza el devenir, de ahí que use las comillas. Nietzsche alude con la metáfora del Übermensch a la persona capaz de desarrollar una razón totalmente reconciliada con la intensidad vital.
Ser
Alude a una realidad permanente, única y estable. Para Nietzsche es una «ficción vacía» que traiciona el carácter mutable de lo real. No existe el ser, sólo el devenir que crea y destruye incesantemente.
Subrepticio
Algo que se hace de manera oculta y a escondidas.
Sustancia
Es uno de los términos característicos de la metafísica tradicional. Una sustancia está debajo de cualidades o accidentes de modo que las cualidades o accidentes puedan cambiar en tanto que la sustancia permanece. Se trata de una realidad invariable y estática, que permanece debajo de las apariencias plurales, cambiantes e irreales.
Verificación
Comprobar la verdad de una cosa.
Verdad
Conocimiento objetivo de la realidad. Es una convicción característica de la filosofía tradicional. Nietzsche opone a esta voluntad de verdad su voluntad de poder. La realidad no es racional, por tanto, la razón no puede ser un instrumento para conocerla y la «verdad monoteísta» carece de sentido. Si aún queremos hablar de verdad, tiene que ser de una forma relativa. Es imposible separarnos de nuestra subjetividad y de los aspectos que la condicionan. Para Nietzsche la verdad es una ficción que se ha olvidado que lo es. Por eso habla del politeísmo de la verdad: el derecho de cada uno a inventar sus verdades frente a la interpretación impuesta como verdadera en una sociedad. Eso no quiere decir que todas las perspectivas tengan el mismo valor.
Vida
Criterio fundamental de valoración de Nietzsche. Todos los valores son inventados, por eso aquellos que afirman la vida son aceptables. Por el contrario, la cultura occidental se ha caracterizado por sus valores contrarios a las tendencias primordiales de vida.
Voluntad
Facultad que causa las acciones. Es una ficción. Kant estableció que no era posible demostrar su existencia desde la razón teórica, pero que era necesario suponerla para la moralidad. Pero según Nietzsche la moral a la que se refiere no es universalmente válida sino particular, resultado de una determinada posición de valores por parte de un tipo de ser humano, caracterizado por ser negador de la vida.
Yo
Unidad sustancial que subyace a cualquier estado de un sujeto. Es una ficción provocada por el lenguaje. Para Nietzsche lo que llamamos «yo» es el escenario de un campo de fuerzas en tensión, que tiene como resultado que un instinto u otro resulten dominantes y a ese instinto lo llamamos «voluntad». Las fuerzas en juego son muy heterogéneas: las hay activas y reactivas.