El Concepto Marxista de Filosofía
Teniendo en cuenta los orígenes, hay una estrecha conexión del marxismo con la vida real. Por una parte, reduce las teorías idealistas y las aspiraciones utópicas del socialismo a los límites reales y concretos que impone el análisis de la nueva sociedad industrial. Marx renuncia a hacer filosofía pura (teórica) para estudiar filosóficamente la situación económica, con el fin de transformarla mediante la acción política. Sobre estas bases, el marxismo establece el concepto de filosofía pura, no la considera ni como una pura especulación teórica, ni tampoco como una práctica moral, sino que la considera como una filosofía de la praxis (filosofía de la acción que propone transformar el mundo socioeconómico). Todas las concepciones del marxismo se definen en la tesis de Feuerbach: “Los filósofos no han hecho más que observar el mundo, se trata de transformarlo”. Para Marx, la filosofía no va a consistir en tratar temas filosóficos, sino en enfrentarse filosóficamente con la realidad para adaptarla a las exigencias y necesidades del hombre. En concreto, Marx se dirige a la realidad económica. La filosofía marxista es una forma de materialismo, a la cual se le llama materialismo dialéctico.
Materialismo Dialéctico
Para definir lo que es el materialismo, recurre al teorema teológico de la creación, planteado en los siguientes términos: si el mundo ha sido creado por Dios, o si es eterno. La solución de este problema divide a los filósofos en dos grandes grupos:
- Idealistas: quienes afirman que Dios es el creador del mundo.
- Materialistas: sostienen que la materia es eterna.
Según el concepto que se tenga de materia, tenemos dos tipos de materialismo:
- Metafísico: cree que la materia es como una masa inerte, fija e inmóvil.
- Dialéctico: es el marxismo. Dice que la materia tiene en sí misma el principio del movimiento.
La Dialéctica y sus Leyes
Engels define la dialéctica como “la creencia de las leyes generales de movimiento y del desarrollo de la naturaleza, la sociedad humana y el pensamiento”. Las leyes se pueden resumir en cuatro:
- Ley del cambio dialéctico: no hay nada absoluto, todo es devenir y transitorio.
- Ley de la acción recíproca: el movimiento dialéctico es el resultado de un encadenamiento de procesos o fases que surgen las unas de las otras. El mundo, la naturaleza y la sociedad tienen un desarrollo histórico, y este desarrollo es el autodinamismo.
- Ley de la contradicción: las cosas cambian porque contienen una contradicción en sí mismas.
- Ley de la transformación de la cantidad en cualidad: alcanzados ciertos grados de cambios cuantitativos, se produce una conversión cualitativa.
En conclusión, los marxistas resumen el proceso dialéctico correspondiente con el método hegeliano. La dialéctica consta de tres elementos:
- Tesis: afirmación.
- Antítesis: negación.
- Síntesis: negación de la negación (hay que distinguir entre la negación verbal y la negación dialéctica, que significa “destrucción”).
El Proceso de Producción Industrial
La división que hay entre la burguesía y el proletariado es producto del proceso de producción industrial. Antes de que este apareciese, el trabajo se realizaba mediante una serie de actos individuales, ahora, en cambio, se lleva a cabo por una serie de actos sociales, ya que las máquinas utilizadas en el proceso no requieren el trabajo individual, sino el colectivo. Paradójicamente el régimen de propiedad de esas máquinas o es individual, o es privado. El trabajo colectivo se fundamenta en la división del trabajo, y el trabajo lesiona la individualidad del obrero en sí misma. Aplicando las leyes de la dialéctica, el marxismo considera que en la sociedad industrial, la tesis es la burguesía capitalista, que mediante la explotación del obrero ha dado lugar a una clase social que es el proletariado, que se enfrenta a la clase anterior mediante la acción revolucionaria o lo que es lo mismo, la lucha de clases. El proletariado es la antítesis. Esta lucha habrá de resolverse en una síntesis superior, que es el ideal comunista.
Alienación
La palabra viene de alienus, que significa: algo ajeno o extraño. Es el acto por el cual se traspasa la propiedad de una cosa. En la filosofía idealista alemana, la palabra adquiere un sentido nuevo, algo así como: alejamiento del hombre respecto de sí mismo perdiendo su autenticidad. En el marxismo, alienación significa la pérdida del ser del hombre en sus productos o intuiciones; también se dice que es la situación histórica en la que el hombre se encuentra en el ámbito del proceso del trabajo capitalista al no advertir la dependencia que toda obra humana tiene de las condiciones materiales de producción.
La Concepción Marxista del Hombre
Es una doctrina hecha por la acción, y su filosofía es una filosofía de la praxis, y se opone a la filosofía de la interpretación. La acción se convierte en la clave del pensamiento, además el hombre debe demostrar la verdad en la práctica, si no es Dios quien crea al hombre solo puede ser el hombre quien se haya creado a sí mismo. Lo hace por medio del trabajo material o productivo. El hombre domina lo exterior a él, pero no por medio del pensamiento sino del esfuerzo, por la lucha contra la naturaleza, y la naturaleza es hostil. Para el hombre socialista, toda la historia mundial solo es la creación del hombre por medio del trabajo humano. Por hombre hay que entender la especie, porque la vida es de la especie. El hombre solo es hombre en la totalidad de la especie y en la sociedad.