Conceptos Clave del Pensamiento de Karl Marx: Una Revisión Crítica

Conceptos Clave del Pensamiento de Karl Marx

Creencias e Ideas (Ideología)

Para Marx, constituirán el espacio de lo ideológico, es decir, los contenidos de conciencia que forman una nebulosa sublimada que falsea la realidad al ocultar el hecho de que son expresión de las determinadas relaciones de producción en una época y sociedad dada, y que no hacen sino servir a los intereses de la clase dominante por medio de todos los productos que Marx engloba en la llamada superestructura (Überbau): derecho, arte, filosofía, etc. A la ideología se opondría, en primer lugar, la «ciencia», en cuanto desocultación (alétheia) de esas relaciones de explotación (de ahí el «socialismo científico») y, en segundo lugar, la utopía, en cuanto imagen que libera las posibilidades del presente por un futuro mejor frente al anquilosamiento ideológico. Trata de ella sobre todo en el libro La ideología alemana (Die deutsche Ideologie).

Clase y Lucha de Clases

La existencia de clases es un efecto directo de la alienación económica por la que la sociedad divide el trabajo entre los que poseen los medios de producción y los que sólo pueden ofrecer su fuerza de trabajo, explotadores y explotados. Aunque según el modo de producción y la época la división social puede variar (amo-esclavo, señor-siervo), en el capitalismo alcanza su máxima polarización con la división en burgueses y proletarios, que por eso mismo Marx pensaba que llevaría por su propia dinámica a la revolución comunista. Pues esta polarización ha sido la causa desde siempre de la marcha de la historia mediante el esquema hegeliano de la negatividad -dialéctica amo-esclavo- que Marx reinterpreta desde el materialismo como lucha de clases y que finalmente llevaría a la abolición de la propiedad privada y del Estado y, por lo tanto, al fin de la división social.

Burguesía y Proletariado

Representan las clases de la sociedad propia del modo de producción burgués o capitalista y que han llevado al extremo la oposición y el enfrentamiento al buscar el burgués el máximo beneficio reduciendo al proletariado a mera bestia de carga cosificada y simple fuerza de trabajo alienada. La revolución industrial y el desarrollo del dinero habrían provocado esta situación cuyas raíces habría que buscarlas en el modo de producción feudal. Según Marx, la revolución burguesa sería la última antes de la revolución comunista al universalizar el comercio y llevar a su consumación el capitalismo salvaje que acabaría sucumbiendo por sus contradicciones internas.

Estado

Es el aparato del que se sirven las clases dominantes para, mediante sus instituciones, legitimar y garantizar su poder. Sirve, por lo tanto, al fin de mantener la división social y del trabajo y es, por lo tanto, expresión no de la máxima libertad, según Hegel, sino de la justificación de la esclavitud o sometimiento de una parte de la sociedad. Formaría parte de la superestructura ideológica que se eleva sobre la base material o real de las relaciones de producción económicas. Por eso, el Estado debe ser abolido junto a la propiedad privada y la división en clases.

Explotación

Situación propia de la alienación económica y que el modo de producción burgués lleva a su máxima expresión. Sería efecto de la disociación que se produce a lo largo de la historia entre el valor de uso y el de cambio, haciendo depender el último del trabajo invertido por el obrero, con lo que al ser reducido éste a mera fuerza de trabajo es considerado como una mercancía más que puede comprarse o venderse y contemplarse como un gasto más en relación con la producción. De ahí que el burgués tienda a bajar el salario hasta el mínimo posible para la subsistencia y a incrementar las horas de trabajo por encima de ese salario mínimo hasta el máximo posible en función del beneficio, generándose así un plusproducto y una plusvalía.

Modos de Producción

Son el conjunto de la base material o estructura económica y de la superestructura (Überbau) que representan diversos modos de entender el trabajo, en función de la técnica de cada época, y del aparato ideológico elaborado a tal efecto. Entre la base y la superestructura no habría, sin embargo, simple relación de causalidad directa de la primera a la segunda (como sostiene el marxismo vulgar) sino relación dialéctica. Marx fue variando a lo largo de sus obras sobre cuáles eran, aunque siempre mantuvo al menos los siguientes: comunismo primitivo, esclavismo asiático y grecorromano, feudalismo medieval y capitalismo burgués. Esta idea es, por tanto, el fundamento del materialismo histórico de Marx y Engels al entender al ser humano no como autoconciencia sino como transformador de la naturaleza a través de las relaciones con el resto de seres humanos. Se pasaría de un modo de producción a otro por medio de revoluciones técnicas y por la lucha entre clases.

Transformación Revolucionaria

Es el paso de un modo de producción a otro por medio de las revoluciones técnicas y el recrudecimiento de las tensiones sociales según el esquema hegeliano de la dialéctica. Irían surgiendo nuevas clases que asumirían los últimos avances, pero que generarían una nueva situación de división social y explotación. Las transformaciones revolucionarias tienen así que ver con la revolución en los medios de producción que alcanzarían su máxima eficacia y funcionamiento descarnado con la sociedad burguesa, la que al agudizar las tensiones inherentes al capitalismo abocaría a la última transformación por la que se produciría la superación final con la eliminación de la división social y del Estado.

Servidor Asalariado

Marx se refiere con ello a la situación de cosificación del obrero explotado que es reducido a mera fuerza de trabajo al ser tratado como un medio para el fin del beneficio del propietario de los medios de producción. El obrero es visto como un medio más que interviene en la producción, por lo que puede ser evaluado como un gasto y tratado como una mercancía que se compra y vende por medio de salario. Efecto de la alienación económica y que Marx hace proceder de una supuesta apropiación originaria, el recibir un salario es la base sobre la que se eleva la explotación y la generación de plusvalía.

Hombre

El ser humano se define por su relación con la naturaleza por medio del trabajo y con los demás seres humanos en la sociedad. No es, por lo tanto, el «animal racional» aristotélico que determina el pensamiento occidental hasta su culminación con Hegel en que es reducido a «autoconciencia». Eso no sería más que ideología encaminada a la división social por la que una parte de la sociedad englobaría a los auténticos ciudadanos, los que se dedican a la política, mientras que el resto quedaría reducido a fuerza de trabajo para el ocio de los primeros. El ser humano es, por lo tanto, un producto material determinado por su praxis desde la que se genera la teoría o el pensamiento y no al revés. Desde un punto kantiano, para Marx el ser humano tiene una dignidad y un valor que exige no ser tratado como un medio, como ocurre cuando es explotado por otros. Sólo con la revolución comunista se conseguiría una sociedad humana en la que la libertad individual sería la condición de la libertad de todos.

Ilusiones Religiosas y Políticas

Marx refiere con ello de modo genérico a la ideología que genera la clase dominante sobre determinadas relaciones de producción y que se orientan a legitimar la situación de división social por la que una clase explota a otra. La política, y con ella el derecho y la justicia, serían, por lo tanto, una ilusión (formación nebulosa) al no representar la realidad como es sino de forma falseada. Para Marx, no sólo la filosofía del derecho hegeliana sería ilusoria, sino la propia idea del contractualismo clásico y de la filosofía política kantiana al legitimar el poder de la clase burguesa. En relación con la religión, Marx habla más bien de alienación en el sentido de un más allá irreal promesa de la felicidad, de donde la frase «la religión es el opio del pueblo».

Contexto Histórico y Filosófico de Karl Marx

Karl Marx (1818-1883) vive en el siglo de las revoluciones (1830, 1848, 1871) en Europa, que proceden de impulsos liberales, democráticos, sociales o anarquistas y que son frenadas por la Iglesia, el tradicionalismo y la burguesía conservadora. El siglo XIX se inicia con la derrota de Napoleón (y con él, en cierto modo, de la Revolución Francesa y sus ideales) y la reestructuración de Europa en lo que se llama Restauración, que lo es del Antiguo Régimen. Sin embargo, ha eclosionado ya la Revolución Industrial (avances tecnológicos: telar y máquina de vapor, revolución agrícola) y ha surgido una nueva clase de ricos, los burgueses, que no tienen ascendencia noble pero aspiran a arrebatarles el poder a los aristócratas. Estos burgueses son capitalistas y siguen las doctrinas del liberalismo económico (Adam Smith, David Ricardo) que propugnan la no intervención del Estado. Consecuentemente, se ven obstruidos en su deseo por las fuerzas reaccionarias del Antiguo Régimen a las que intentan derrocar. De ahí la revolución de 1830 en Francia, por la que se corona a un monarca liberal (Luis Felipe de Orleans) accediendo los burgueses a los puestos de poder. Sin embargo, junto a ellos ha aparecido otra clase, la de los asalariados o proletarios, que trabajan en sus fábricas y que, proviniendo generalmente del campo, hacen crecer las ciudades que se industrializan enormemente. Las condiciones son penosas, lo que lleva inicialmente a algunos a proponer la destrucción de las máquinas (ludismo) y a otros a proponer reformas para generar situaciones más amables en lo que se llama “socialismo utópico” (Owen, Saint-Simon, Fourier, etc.). Surgen asociaciones igualmente de obreros para defenderse, como las Trade Unions. Es en este contexto que se desarrolla el pensamiento de Marx, que pretende ser un socialismo científico y que plasma sobre todo en El Capital (1867). El hecho esencial es que esta clase explotada de obreros debe luchar con la de los burgueses para superar su situación de opresión. La lucha de clases será permanente en todo el siglo y en todos los países de Europa: los obreros generan las revoluciones de 1848 y la Comuna de París de 1871 (ésta última tras la guerra franco-prusiana). Surgen las Internacionales obreras.

Culturalmente, el siglo se inicia en filosofía con el llamado Idealismo Alemán, del que será máximo representante Hegel, sin olvidar a Fichte y a Schelling, y que supone, en cierto modo, una revisión e intento de superación de Kant, que con su muerte (1804) da entrada al nuevo tiempo. Como dirá Friedrich Schlegel en la revista Athenäum en 1798, las principales tendencias de la época son la Revolución Francesa, la Doctrina de la ciencia de Fichte y el Guillermo Meister de Goethe. Frente a este idealismo filosófico, el auge de las ciencias (muchas de ellas nacen en este siglo como la sociología, química, biología) lleva a Comte a desarrollar el pensamiento positivista, que entroniza a las ciencias por encima de la filosofía y la metafísica, que considera estadios previos en el desarrollo de la humanidad. Junto a este positivismo y como rechazo a las grandilocuentes especulaciones metafísicas del idealismo, fermenta un incipiente materialismo heredero del siglo XVIII y que eclosionará con las teorías de la evolución de Darwin y el propio materialismo histórico y dialéctico de Marx y Engels, junto a la revalorización del historicismo como análisis compensador del meramente científico. Mientras que el positivismo intenta explicar la realidad, el historicismo intenta comprenderla en cuanto que el hombre es parte de ella (es el nacimiento de la hermenéutica). En la segunda mitad del siglo XIX aparece el que será otro gran referente filosófico de la historia: Nietzsche, que culmina en cierto modo la feroz crítica al idealismo y a la metafísica (y con ello a la religión) y revaloriza el valor de la vida y de la voluntad (que ya había puesto de moda Schopenhauer). Es una línea que dará prioridad al hilo del liberalismo económico, al individuo por encima de todo (Stirner, Tocqueville) unido al utilitarismo (John Stuart Mill). Es el siglo, en fin, del Romanticismo, soporte de los sentimientos nacionalistas que nutren a muchos revolucionarios de la época. Siglo de lo orgánico, lo biológico, material y pasional que no podía sino acabar produciendo la figura de Freud.

Teoría de la Alienación según Marx

El punto de partida de la teoría de la alienación de Marx es el ser humano, y el objetivo es la crítica del conocimiento que tenemos de lo real. Como finalidad, la liberación de la humanidad. Se vuelve a plantear una cuestión en la que al menos una parte del ser humano se halla esclava, pero la diferencia es que para Marx el ser humano no puede entenderse al margen de la sociedad ni la naturaleza. En principio, el ser humano siempre construye una visión del mundo que le rodea, visión que no tiene por qué distorsionar la realidad. A la ideología de Marx no sólo se opone la ciencia, sino también la utopía, en el sentido de que, mientras la ideología paraliza la evolución de la sociedad, la utopía muestra las posibilidades de cambio en vista de un futuro mejor y más auténtico.

Para Marx, la alienación es fundamentalmente de carácter económico. Se relaciona esencialmente con el trabajo. Cuando se disocia esa relación entre el trabajo y los medios de producción se produce la alienación, es decir, lo producido pasa a pertenecer a otra persona. En un sentido kantiano, podríamos decir que el obrero se convierte en un medio. La alienación económica necesita de la alienación socio-política, para finalmente abocar a la alienación religiosa, al prometerle un más allá feliz y asegurar que se hará justicia.

Marx sitúa el origen de la alienación económica en el concepto de desarrollo de un sistema de producción económico que tiende a disociar el valor de cambio del valor de uso de los productos. Defiende que los mercados deben funcionar por sí solos, minimizando la intervención del Estado. El capitalismo ha separado el valor de cambio haciéndolo depender del trabajo invertido en la producción. El burgués buscará entonces minimizar gastos y aumentar beneficios pagando al obrero lo mínimo posible y haciéndole trabajar el máximo posible. Las horas por encima de ese salario mínimo se convierten en plusvalía y plusproducto, que sirven para mantener la supremacía de la clase dominante; se genera así el llamado fetichismo de la mercancía.

Teoría del Materialismo Histórico de Marx

El punto de partida es la explotación de una parte de la sociedad por otra. Para ponerle remedio, se ha de analizar cómo se ha llegado a esta situación en el siglo XIX, partiendo de la inversión de idealismo en materialismo. El supuesto que permite comprender la historia es la consideración de los dos niveles de realidad en cada sociedad y en cada época de la historia: la base material y la superestructura. Cada sociedad se entiende como la conjunción de la base y la superestructura, en lo que Marx llama modo de producción, de los que contempla al menos cinco:

  1. El comunismo primitivo
  2. El esclavismo asiático
  3. El esclavismo grecorromano
  4. El feudalismo medieval
  5. El capitalismo propio de la humanidad

El paso de un modo a otro se produciría por transformaciones revolucionarias, surgiendo así nuevas clases sociales que asumirían el poder y generando una nueva división en clases. Marx entiende esto por medio del esquema hegeliano dialéctica-amo-esclavo: habría un momento inicial en el que el vencedor en la guerra esclaviza al perdedor y se convierte en un amo, de tal manera que con el tiempo, su propia supervivencia llega a depender del esclavo, ese es el momento en que se produce la verdadera síntesis o doble negación, que no equivale del todo a la afirmación.

  • Afirmación/tesis: Kant afirma que la historia progresa por medio de la oposición de intereses privados que se da en el comercio, que va así produciendo más libertades y, por tanto, impulsando la Ilustración.
  • Negación/antítesis: Hegel comenta que la historia progresa por medio del esquema dialéctico amo-esclavo, por medio de la oposición y superación, es decir, la negatividad mediante la cual la historia también es una marcha de la razón y la libertad.
  • Superación/síntesis: Marx mantiene el mismo esquema, pero en lugar de negatividad o de antagonismo económico Marx habla de la lucha de clases. La clave yace en que el ser es el que determina al pensamiento, siendo estas relaciones las que producen la superestructura política e ideológica.

La idea de Marx y Hegel es que esta marcha de la historia ha alcanzado un punto crítico en el siglo XIX al llevarse la explotación de la forma más descarnada posible por causa del objetivo burgués del máximo beneficio al menor coste. El desarrollo de este modo de producción exige una lucha feroz entre las empresas que irá destruyéndolas, generando así crisis que acabarán dando lugar a una gran crisis que destruirá el capitalismo. No habría, por lo tanto, explotación ni ideología, recuperándose las relaciones auténticas, tanto con la naturaleza como con los demás seres humanos.

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