1.El texto se refiere a la evolución histórica de la moral humana: el camello representa la moral judeocristiana; el león, al nihilista, opuesto a la moral tradicional, y el niño, la nueva moralidad que supera los estadios anteriores. El texto explica cómo superar la decadencia de la civilización occidental. Describe la evolución histórica de la moral. Primero, con la moral judeocristiana el hombre acepta (carga) los valores de una religión contraria a la vida, una falsa interpretación de la realidad (la existencia de un mundo perfecto más allá de lo sensible). El camello, domesticado y dirigido por otro, representa la resignación del cristianismo. Pero, en el desierto el camello se convierte en león, el ser humano reclama su libertad y niega las normas impuestas por la religión. El león es la imagen del nihilista que ha perdido el sentido de la vida, se ha quedado sin valores. Para Nietzsche, el último reducto de la religión es la moralidad, el Tú debes. El deber moral (Kant) es opuesto a la vida. El león representa el pesimismo y la decadencia de Occidente, consciente del sinsentido de los valores tradicionales, pero incapaz de inventar otros nuevos. Solo la aparición de un nuevo hombre (el superhombre)
, representado por el niño, posibilitará crear nuevos valores y una nueva humanidad que acepte la vida y la realidad como cambio. El niño llevará a cabo la «transvaloración de los valores», la creación de una nueva moral que afirme la vida. La condición para que se inicie esta nueva etapa de la humanidad es reconocer que «Dios ha muerto», la superación del cristianismo y de la cultura occidental decadente.
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Nihilismo
Una de las ideas más complejas del pensamiento de Nietzsche, tiene dos vertientes que se definen en función de la voluntad de poder:Nihilismo pasivo: es el pesimismo, el historicismo, el afán de comprenderlo todo, la idea de que todo es vano, la negación de la vida misma, los valores ilusorios de un mundo absoluto, etc. Este Nihilismo aparece cuando la voluntad de poder, que es la esencia de la vida, disminuye o se agota y es la interpretación de la existencia humana y del mundo proporcionadas por la Europa Cristiana y por Platón. El “nihilista pasivo” no cree en ningún valor, puesto que considera que todo valor es posible sólo si Dios existe, y Dios no existe; termina en la desesperación, la inacción y la renuncia al deseo.
Nihilismo activo: es una potencia de destrucción que se origina en el creciente poder del espíritu. Los valores platónicos anticuados no caen por sí solos sino que son destruidos directamente por la voluntad de poder, que los niega. Esta es la base sobre la que, según Nietzsche se ha de construir la nueva filosofía y la nueva moral, conlleva la muerte de Dios y la transmutación de todos los valores. Una vez logrado, se habrá llegado al ideal del superhombre.
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Moral contranatural: Nietzsche identifica la fortaleza de la vida con los instintos y las pasiones, que están representados por la moral sana, pero no es ésa la moral que se nos ha enseñado. Se nos ha inculcado una moral contranatural que ha sido practicada y venerada por todos contra los instintos vitales. Esta moral concibe a Dios como un concepto antitético que condena a la vida, haciéndola decadente y débil; y es la moral predicada por el platonismo que defiende que las ideas están en otra vida. Nietzsche dirá que es una moral de esclavos, nacida del miedo, que no cra valores sino que los encuentra y los acepta, por lo que es una moral pasiva y de resentimiento. La contrapone a la moral de los señores, nacida del vitalismo, es caballeresca, creadora, implanta valores y por ello es activa. Es la propia del superhombre que ama la muerte de Dios.
-Inocencia del devenir: Nietzsche plasma su inocencia del devenir en pensamientos como el del superhombre y el eterno retorno. Si el mundo no tiene un fin reconocido, es inocente y no puede ser juzgado por tener intención alguna: «Así, de la desesperación absoluta surgirá la alegría infinita, de la servidumbre ciega la libertad despiadada», es decir, que pasa ser libres hemos de abolir y eliminar los fines de la existencia. Admitiendo esto, hallaremos la libertad máxima. En este sentido, la muerte es el máximo placer pues significa reencontrarnos con el origen de nuestra vida, que se producirá nuevamente para ser repetida infinitas veces con cada dolor y cada alegría, pues los acontecimientos se repiten en los mismos individuos y la materia produce periódicamente las mismas combinaciones. Esto dice, es agonizante para que el que no ama la vida. El autor lo expresa diciendo «No hay culpa, ni en consecuencia redención, sino inocencia del devenir».
3.Antecedentes directos de Nietzsche pueden encontrarse en la Ilustración, por ejemplo, en Voltaire. Nietzsche compartíó con los ilustrados las críticas a la superstición, al poder eclesiástico, al dogmatismo, a la metafísica. Sin embargo, Nietzsche rechaza la Ilustración al modo de Kant, tanto el replanteamiento de la metafísica desde los postulados de la razón práctica como el optimismo en su filosofía de la historia. Para Nietzsche ni es posible fundamentar los dogmas cristianos en la razón práctica ni existen motivos para confiar en un progreso moral de la humanidad.
4. Los valores cristianos empeoran a la humanidad. Del mismo modo que, como decía Darwin, en la Naturaleza es la lucha por la supervivencia la que garantiza el progreso de las especies el mismo criterio ha de aplicarse a la sociedad humana. La victoria de los valores cristianos es la victoria de los débiles sobre los fuertes. Es necesaria una transmutación de los valores como reclamaban también Calicles y Trasímaco frente a Platón. La metáfora del rey-filósofo como pastor que cuida de su ganado emparejando a los mejores ejemplares convierte al ser humano en un borrego. El argumento de Nietzsche cae además en la falacia naturalista de Hume y es una versión del darwinismo social.