Conceptos Fundamentales de Filosofía: Antropología, Ética y Política

Antropología Filosófica: Un Recorrido por las Distintas Visiones del Ser Humano

La antropología filosófica es la rama de la filosofía que estudia al ser humano. Está constituida por diversos estudios en relación al mismo, influidos, entre otros aspectos, por las creencias religiosas y los descubrimientos científicos.

Principales Corrientes y Pensadores

  • Dualismo platónico: Pensamiento antropológico desarrollado por Platón. En este se divide al ser humano en dos partes distinguidas: el cuerpo, relacionado con el mundo sensible, y el alma inmaterial, que nos vincula con el mundo de las ideas.
  • El animal racional y social de Aristóteles: Para Aristóteles, la verdad reside en lo particular y no en lo general, como pensaba Platón. Este decía que la realidad en su conjunto y, por tanto, el hombre, estaba compuesto por forma y materia, donde la primera era el alma y la segunda el cuerpo.
  • San Agustín de Hipona: Platónico. Siguiendo el hilo del pensamiento de Platón, dividió todo en dos: el mundo de las ideas y el mundo inteligible. El primero, al ser religioso, era ocupado por Dios y el segundo por su creación, poniendo así por encima el mundo de las ideas al mundo tangible.
  • Santo Tomás de Aquino: Era aristotélico. Pese a la duda de Aristóteles, Santo Tomás, para compatibilizarlo con Dios, asegura que el alma es inmortal. Pese al resto, está en la línea de Aristóteles.
  • Descartes: Distingue entre dos realidades en el hombre: el alma (res cogitans/sustancia pensante) y el cuerpo (res extensa/sustancia extensa, material). El cuerpo es meramente físico y funciona como una máquina: acciones y reacciones corpóreas. Sin embargo, el alma, al ser pensante, posee el atributo de la razón y es el fundamento del ser humano.
  • El inconsciente de Freud: Freud distingue entre tres partes del ser humano:
    • El superyó: ocupa buena parte de nosotros, nuestra interioridad más intrínseca. Este se constituye en especial en la infancia, donde se forjan nuestros instintos más íntimos, como miedos surgidos de experiencias primeras.
    • El yo: es nuestra parte donde podemos tener plena consciencia y potestad. Ocupa una pequeña porción de nosotros, haciéndonos ver que no somos los únicos poseedores de nuestra mente.
    • El ello: este lo ilustraba con los dioses Eros y Thanatos. Estos dioses representan la atracción sexual y la muerte, como principales motores de la actuación humana, siendo estos la causa de todas nuestras acciones, pese a que el yo siempre excusara sus actos con el fin de tapar sus incontrolables instintos.
  • Nihilismo: Etimológicamente, nihilismo procede de nihil, que en latín significa «nada», para referirse a la enfermedad que asolaba occidente. El problema, según Nietzsche, es que la sociedad occidental tradicionalmente ha identificado el ser con el pensar. Se intentaba encontrar la verdad en un mundo que no es este, el cual, según él, es el único que existe. Una vez te das cuenta de que la esperanza de otro mundo más allá de este no es posible, la mera existencia en este mundo pierde el sentido. En otras palabras, la sociedad occidental entiende que las ideas, al perdurar, y las sensaciones, al ser más fugaces, hace que estas primeras tengan más veracidad que las otras, cuando para Nietzsche es justo lo contrario.
  • La alienación según Marx: Este término que Marx acuña tiene como significado «falta de esencia» o «la enajenación del individuo». Esto se producía, según él, por la falta de decisión del trabajador, lo cual lo automatizaba, convirtiéndolo en un robot. Defendía que lo que distinguía al humano y lo hacía humano era el trabajo. A diferencia del resto de especies, es que este adapta el medio a él y no se adapta al mismo de manera fisiológica.
  • Pensamiento complejo: Corriente filosófica propuesta por el francés Edgar Morin con el que pretende asumir una visión englobadora, que abarque las visiones parciales. Este pensamiento es complejo. Esto significa que no pretende entender al ser humano desde solo una faceta, como sus átomos, genes o la sociedad en la que vive, sino como un todo significativo, algo “complejo”.

Filosofía Oriental: Taoísmo, Hinduismo y Budismo

  • Taoísmo: Surgió en China en el siglo V a.C. Entiende que el universo en su conjunto gira en torno a dos fuerzas principales: el Ying y el Yang. Todo en el universo queda representado en alguno de los dos: hombres, mujeres, naturaleza… Estas fuerzas intercambian posiciones y están en constante equilibrio.
  • Hinduismo: Surgió antes de Cristo en India y defiende que el individuo o atma está conectado en el todo o Brahma, que a su vez se identifica como una divinidad.
  • Budismo: Es una doctrina fundada por Buda. Su doctrina se basa en las cuatro nobles verdades. Buda marca la reencarnación como el proceso para alcanzar el nirvana, a partir del perfeccionamiento en diferentes vidas. Tu actuación en la vida pasada influye en el nuevo individuo.

Concepciones de la Mente: Monismo, Funcionalismo, Emergentismo e Interaccionismo

  • Monismo: Es una corriente filosófica que piensa que solo existe aquello tangible y demostrado. Así pues, dice que la mente es una ilusión fruto de la psicología popular. Es una corriente reduccionista, pues dice que hasta los pensamientos y conceptos complejos pueden extrapolarse a los niveles simples, los cuales pueden explicar la realidad en su conjunto.
  • Funcionalismo: La mente se define por su función, no por su estructura física ni componentes. Los estados mentales cumplen una función independiente de las redes neuronales y los compuestos neuroquímicos relacionados con el cerebro. Así pues, la mente se entiende por sí sola y su función, y no necesita de sus elementos para ser explicada.
  • Emergentismo: Es una corriente filosófica que explica el origen de la mente y la conciencia a partir de estas ideas: los estados mentales y conscientes son procesos complejos que surgen por la interacción de componentes del cerebro más simples, como las neuronas. La interacción de neuronas produce estados mentales, pero los estados mentales no se explican ni se reducen a las propiedades de las neuronas. Esta corriente se opone tajantemente a otras corrientes reduccionistas, monistas y funcionalistas.
  • Interaccionismo: En este, Karl Popper propone la teoría de los tres mundos. A los dos ya reconocidos por la filosofía tradicional, la realidad física (mundo uno), la realidad mental (mundo dos), se suma un tercer mundo, que incluye las creaciones humanas. Según Popper, mente y cerebro son dos realidades independientes, que no pueden ser reducidas la una a la otra, a pesar de que la mente surgiese a partir de la evolución del cerebro. Pese a esto, la mente y el cerebro no son inconexos, interactúan. Prueba de ello es que los pensamientos pueden ser materializados, y la materia incide directamente en los estados mentales. En última instancia, esta teoría es dualista: reconoce dos realidades independientes, mente y cerebro, pero avala su interacción.

Ética: Madurez Moral, Ética de Mínimos y Máximos, Relativismo y Universalismo

La Madurez Moral según Kohlberg

La conciencia moral implica saber si lo que se está haciendo es malo o bueno. El psicólogo Lawrence Kohlberg distingue tres niveles de conciencia moral:

  • Nivel preconvencional: Las normas se cumplen en función de sus consecuencias. En esta etapa se asumen las reglas que mejor favorezcan los intereses personales.
  • Nivel convencional: Las normas del grupo se identifican con las propias. Se considera bueno o malo lo que considere la sociedad. En esta etapa surge el compromiso de cumplir las normas con el fin del bien común, lo que supone alcanzar la madurez moral. Significa tomar decisiones de forma autónoma y asumir las consecuencias de las acciones propias.
  • Nivel posconvencional: Algunos individuos toman conciencia de unos valores éticos universales, que están por encima de los suyos propios y de los demás individuos, incluso por encima de las instituciones y normas de cada país. Por ello, quien alcanza este nivel de madurez moral es capaz de infringir la ley con tal de respetar los principios universales.

Ética de Mínimos y Ética de Máximos

  • Ética de mínimos: Está basada en la idea de justicia, es decir, se ocupa de derechos y deberes que deben ser respetados y cumplidos por todos los miembros de una comunidad. Son normas y valores comunes universales, ya que se refieren a derechos irrenunciables.
  • Ética de máximos: Se refiere a cualquier reflexión ética que aspire a mostrar un modelo de vida plena y feliz. Es una forma de vida que nos lleva a la plenitud personal.

Relativismo y Universalismo Moral

  • Relativismo moral: Surge de los sofistas, los cuales eran maestros de la antigua Grecia que enseñaban la habilidad de oratoria. Estos entendían la moral como algo que depende de la cultura, negaban su universalidad. Para ellos, la virtud moral residía en la política, la democracia, la retórica y el arte de persuadir.
  • Universalismo moral: Sócrates, también era un sofista, pero a diferencia de la mayoría de sofistas, defendía el universalismo moral. Creía que los valores morales son objetivos y universales, son, por tanto, independientes al ser humano. La virtud reside en el conocimiento, no la oratoria del relativismo. Así pues, cuanto más conoces, mejor elegirás (intelectualismo moral). Así pues, quien conoce distingue lo bueno de lo malo, lo justo y lo injusto. Por ello se llega a la conclusión de que quien obra mal es por ignorante. Sócrates no pretendía instruir a sus interlocutores mediante un discurso, sino mediante preguntas que le lleven a descubrirlo en su interior. Se basa en conocerse a sí mismo. Sócrates pensaba que la verdad está dentro de cada uno de nosotros.

Eudemonismo, Epicureísmo, Estoicismo y Utilitarismo: Distintas Búsquedas de la Felicidad

El Eudemonismo y la Felicidad de Aristóteles

Para Aristóteles, el mayor bien que alguien puede poseer es la felicidad. La ética trata sobre el arte de vivir, y vivir de la mejor manera posible. La felicidad, para Aristóteles, no puede ser un medio, sino que tiene que ser un bien supremo, algo que sea un bien siempre y sin excepciones. Tiene que tener valor por sí misma. La felicidad consiste en vivir de forma virtuosa. Además de que la felicidad, para él, no es un estado momentáneo, sino que tiene que abarcar la mayor parte de los momentos vividos. Para Aristóteles, la virtud reside en la excepcionalidad, lo que caracteriza un ser u objeto y lo distingue del resto. De manera similar a Platón, Aristóteles cree que la virtud humana residía en desarrollar la razón, pues los deseos son comunes a todos los animales. Así pues, una persona feliz es aquella que desarrolla su razón. Este concepto se relaciona con la decisión. Esta, para Aristóteles, es la guía de la conducta. La buena decisión se identifica con el término medio entre dos extremos. El hábito de escoger bien es la vida virtuosa. El término medio es relativo, y depende de las circunstancias. Así pues, solo la experiencia nos enseñará cuál es el término medio. El que no está capacitado para elegir, sufre, pues tiene un conflicto interno, no es íntegro. Esto se debe a causa de la ignorancia. La virtud de la razón se conoce como prudencia. Así pues, para Aristóteles, la mejor vida es la vida contemplativa, en la que conocer ocupa un lugar central, lo que denomina sabiduría. En la vida contemplativa ocupa un lugar central las acciones contemplativas, aquellas que valen por sí mismas. Estas acciones tienen valor en su transcurso, y no están subordinadas al final de las mismas.

Virtudes Éticas y Dianoéticas

  • Virtudes éticas: Son dos: el hábito, es decir, uno es virtuoso conforme ejercita su virtud, y el justo medio, es decir, elegir el término medio y no los extremos viciosos.
  • Virtudes dianoéticas: Se basa en dos: la prudencia, esta es la virtud de la razón, y la sabiduría, fruto de una vida dedicada al conocer.

Epicureísmo

Es una corriente helenística, que debe su nombre a su fundador, Epicuro. Para Epicuro, la felicidad se identifica con “hedoné”, placer en griego. Según Epicuro, todos podemos encontrar la felicidad, el problema es dónde. Para Epicuro, los aspectos claves en la búsqueda de la felicidad son la libertad (independencia económica), los amigos, la vida analítica (llevar una vida meditada). Para Epicuro, la falta de riqueza no es un impedimento. Sin embargo, la falta de angustias, evitar el dolor físico y anímico sí que trae la felicidad. Para Epicuro, el ser humano tiene tres miedos principales: el miedo a los dioses, según este, los dioses no intervienen en la vida humana, así pues, no tiene sentido temerles; a la muerte, para Epicuro, temer a la muerte no tiene sentido, pues cuando se presenta ya no estamos; y el miedo al fracaso y al dolor, el dolor es transitorio, hay que saber soportarlo. El miedo al fracaso surge de la preocupación por los pensamientos ajenos. Para ser feliz se ha de ser independiente, y no preocuparse por lo que piensen los demás de ti.

Estoicismo

Para los estoicos, la felicidad reside en estar en plena armonía con la naturaleza. Algunos de sus principales representantes son Séneca, Epicteto y Marco Aurelio. La naturaleza, para estos, es inexorable y determinista. Para estos resulta vano oponerse a la ley natural. Así pues, no debe de afectar a la persona lo que no depende de la misma. No vale la pena ir contracorriente contra la naturaleza. Así pues, la mejor vía para alcanzar la felicidad es aceptar los movimientos naturales que no dependen de nosotros. Introspección.

Utilitarismo

Esta corriente filosófica es una ética teleológica, porque considera que las acciones solo tienen sentido por la finalidad a la que tienden. Sus principales exponentes son Jeremy Bentham y John Stuart Mill. Surgió en Gran Bretaña en el siglo XVIII. Las acciones no tienen sentido en sí mismas, sino que tienen sentido por sus consecuencias. Una acción es buena siempre y cuando su consecuencia sea positiva. Para los utilitaristas, hay que buscar el bienestar del mayor número de personas. Así pues, estos toman el parámetro de qué pasaría si todos actuasen como ellos. Para los utilitaristas, la felicidad se identifica con el placer. Así pues, lo que nos proporciona placer es un bien. Esta corriente cuantificaba la felicidad de manera global, aunque John Stuart propuso darle un valor cualitativo a los bienes, es decir, distinguió entre los placeres de origen intelectual y de origen sensitivo, diciendo que los primeros tenían más valor. Sin embargo, Bentham se decantaba más por el número de personas que afectaba, su duración e intensidad, entre otras.

Formalismo Kantiano e Imperativo Categórico

Kant creía que la acción moral es un fin en sí mismo. Su concepción es deontológica, porque para él la acción buena es aquella que se basa en el deber. Para Kant, la buena voluntad es el motor principal de la acción moral. Unas buenas intenciones es lo más importante para determinar buena una acción. Actuar por deber, para él, es equivalente a la buena voluntad. El deber es la necesidad de obrar de una determinada manera. Actuar por deber es lo contrario a actuar por interés. Obrar moralmente supone hacerlo de forma desinteresada. Actuar por deber no es lo mismo que actuar conforme al deber. Actuar por deber significa que el deber es la única motivación de la acción. Actuar por deber es actuar conforme una ley moral. A esta ley moral llama imperativo categórico, el cual es universal, absoluto y necesario, que prescribe acciones como buenas en sí mismas. “En sí” se trata del imperativo propiamente moral. Esto es lo que determina una acción moral y el centro de la ética de Kant. Dos de las formulaciones del imperativo propuestas por Kant son las siguientes: “Actúa de manera que tu acción pueda convertirse en norma universal” y “Procede de modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la de los demás, siempre como un fin y nunca como un medio”. Esta ética es autónoma. Nuestras decisiones dependen de nosotros mismos. En esta ética el protagonista es el hombre, no un dios que dicte las normas. Así pues, el deber es autoimpuesto y fruto de la voluntad propia. Aquí se encuentra la esencia del hombre, el deber.

Fundamentos del Derecho y la Política: Iusnaturalismo, Iuspositivismo, Legalidad y Legitimidad

Fundamentos del Derecho

Una disputas que se remontan a la antigüedad hace referencia al fundamento del derecho: ¿Por qué los seres humanos tienen derechos? ¿Son invención humana o fruto de un Dios?

Estas cuestiones han dado lugar a dos tradiciones jurídicas:

  • Iusnaturalismo: Esta es la tradición jurídica más antigua. Según esta concepción, los derechos básicos son propios de la naturaleza. Existe, por tanto, un derecho natural, los cuales son comunes a todo ser humano por el hecho de serlo. Estos derechos no están escritos en ninguna parte, ni han sido creados por el ser humano, sino que han surgido con él. Son consustanciales a la naturaleza humana, son previos a la sociedad y, por tanto, irrenunciables. Son universales y se encuentran más allá de las culturas y países.
  • Iuspositivismo: Para los iuspositivistas, el derecho es una realidad cultural. Este emana de las leyes establecidas. Deniegan de un derecho natural. Por tanto, lo único justo es lo que indican las leyes. Lo acordado es lo justo.

Legalidad y Legitimidad

  • Legalidad: Este es el marco legal vigente, lo que se ajusta a las leyes. Esta excede de cualquier moralidad o ética, tan solo se rige por las leyes establecidas.
  • Legitimidad: Es aquello que responde a la ética básica. En el caso de que una ley sea injusta, esta será legal, pero no legítima.

Democracia: Modelos, Libertad e Igualdad

Democracia: El gobierno del pueblo. Proviene del griego demos, pueblo, y cratos, poder. En este, el pueblo es soberano y nadie puede gobernar sin su aprobación.

Modelos Democráticos

  • Democracia directa: en la que el pueblo participa activamente de la vida política. El pueblo, mediante el voto, acapara todo el poder legislativo, ejecutivo y judicial.
  • Democracia representativa: los ciudadanos no participan activamente en la vida política, sino que escogen unos representantes mediante el voto.

Libertad e Igualdad

Estos son valores hegemónicos de las democracias. La mayoría coincide en que son necesarios, pero muchas veces uno queda resentido cuando el otro se potencia.

Liberalismo, Socialdemocracia y Comunismo: Diferentes Visiones de la Sociedad

  • Liberalismo: Esta postura protege la libertad individual, de modo que propone una acción política que no interceda en los intercambios y relaciones entre individuos. Así pues, el estado solo está para proteger y dar seguridad. Este aspira a una sociedad meritocrática, en la que prevalezca el talento y esfuerzo. Se basa en que lo más importante en el desarrollo de una persona no son sus medios, sino méritos. Uno de los principales exponentes de esta corriente es Locke.
  • Socialdemocracia: Las corrientes socialdemócratas consideran que una sociedad más justa es aquella en la que las riquezas están más repartidas. El estado, además de proporcionar una igualdad de oportunidades, debe de participar activamente en la redistribución de la riqueza. Esta corriente se basa en la creencia de que si alguien prospera es gracias a las condiciones que un estado brinda al individuo, no únicamente a su mérito.
  • Comunismo: El proyecto político comunista se inspira en el pensamiento de Karl Marx, y defiende la propiedad pública de los medios de producción. Esta corriente busca una sociedad justa en la que todos los individuos que la integren puedan gozar de igualdad.

Justicia Reparadora y Distributiva

  • Justicia reparadora: Se entiende por justo el hecho de dar a cada uno lo que le corresponde. La injusticia se produce cuando en las mismas circunstancias se produce un trato desigual.
  • Justicia distributiva: En esta concepción, ser justo significa redistribuir los recursos, con el objetivo de reducir desigualdades. Para conseguirlo, proponen tratar de manera desigual a los individuos, privilegiando a los más desfavorecidos. En muchos casos se les critica por no valorar el mérito.

Contractualismo: Hobbes, Locke y Rousseau

Esta teoría apuesta por el pacto social. Alegan el estado a través del contrato social que surge de un pacto ente los individuos. Defienden la legitimidad del estado diciendo que el estado de naturaleza (anterior al pacto social) era insostenible y que los individuos se vieron forzados a colaborar y unirse. Este fue un intento de justificar la autoridad del estado, sin caer en divinidades o la fuerza del destino como era típico en etapas anteriores.

Thomas Hobbes

Fue el primero en usar el término contrato social. Para él, el estado de naturaleza era uno en el que solo imperaba la ley del más fuerte. Para Hobbes, el ser humano está dominado por sus pasiones, pero al mismo tiempo es racional, y como ser racional desea tener garantías de vida. Gracias a la razón es porque surgió la cooperación entre hombres y el contrato social. El ser humano es capaz de entender que hay normas que mejorarían nuestra vida, pero las leyes solo tienen sentido si todos las aceptan. Es necesario, por tanto, la existencia de un soberano capaz de imponer estas leyes. Este debe ser capaz de garantizar la paz y el hombre. Para ello, todo ciudadano debe renunciar al ejercicio de su poder, es decir, a su libertad, en beneficio de un soberano, que garantice la paz, seguridad y supervivencia de sus súbditos.

John Locke

Su visión era más optimista que la de Hobbes. En su estado de naturaleza, los seres humanos poseen unas libertades y unos derechos básicos, los cuales son consustanciales a la naturaleza humana. Nadie puede ser despojado de estos, y son previos al estado. En ocasiones, el ser privado de sus derechos básicos mueve a los ciudadanos a unirse. El poder de este estado se divide para que no recaiga sobre una única persona, a esto se le llama división de poderes. Así mismo, el poder político se justifica si es capaz de garantizar que se respeten los derechos básicos. El ciudadano también tiene deberes, el controlar a los gobernantes para que no abusen de su poder. Este poder emana de la unión entre ciudadanos, por lo cual, si estos lo ven preciso, pueden sustituir a sus gobernantes.

Jean-Jacques Rousseau

Este parte de una concepción de la naturaleza humana tajantemente diferente a la de Hobbes. El estado de naturaleza, para Rousseau, parte de un humano fundamentalmente bueno. En esta, el ser humano se vale de la naturaleza para vivir, y se encuentran en un estado de vida igualitario. El estado surge de la voluntad general, por tanto, las decisiones se toman atendiendo a todos los ciudadanos. El estado garantiza el desarrollo pleno del individuo dándole educación y salud. Este estado, además de dar libertad al individuo, le brinda de una igualdad igual al estado de naturaleza, dándole masa posibilidades. La propiedad corrompe el estado de naturaleza, y confronta los individuos. Por tanto, es necesario un contrato social que los una de nuevo, restaure sus libertades y su igualdad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *