Conceptos Fundamentales de la Filosofía de Kant: Alma, Categorías y Conocimiento

Conceptos Fundamentales de la Filosofía de Kant

Alma

En la tradición filosófica, el alma es tanto el principio orgánico de la vida como la sede de las facultades racionales de los individuos (el psiquismo superior), pero también lo es de los principios morales, especialmente de la voluntad y la libertad. La Metafísica tradicional siempre la ha considerado como uno de sus principales objetos de estudio. Kant se ocupa de ella bajo un doble enfoque:

(a) En su crítica a la Metafísica, la considera como una idea de la razón, que por estar establecida fuera de los límites de la experiencia no es posible conocer nada sobre ella. Diríase, por tanto, que es un incondicionado o cosa en sí [véase], surgida del ansia humana de búsqueda de los absolutos. Querer, por tanto, probar la libertad o la inmortalidad en base a la existencia y conocimiento del alma por medios exclusivamente a priori (como una idea innata) es una de las labores en donde la Metafísica fracasa.

(b) Kant también considera el alma desde un punto de vista moral o de la razón práctica, y entonces se convierte en condición de los postulados de la razón práctica, que son principios necesarios para que pueda existir la moralidad humana. Para Kant, desde el enfoque moral, el alma resulta ser el soporte para poder postular en el mundo la existencia de la libertad.

Analítica Trascendental

Es la parte de la Crítica de la Razón Pura (CRP) que se ocupa de la función del intelecto humano (el entendimiento): conocer, que en una de sus manifestaciones, es comparar, asociar, etc., entre sí las diferentes representaciones que están en la mente con el propósito de ampliar el conocimiento. El entendimiento, objeto de la Analítica trascendental, es portador innato de las categorías [véase] o conceptos puros (del entendimiento), que son una especie de esquemas mentales (las formas del pensar) mediante los cuales el sujeto reconoce los objetos que recibe de la sensibilidad. En el entendimiento se juzgan y analizan los fenómenos construidos previamente en la estética trascendental y es a ellos a los que se aplican las condiciones a priori propias del conocimiento, las categorías, lográndose, en consecuencia, un conocimiento válido.

Puesto que el entendimiento encierra los elementos de la racionalidad, en él se contiene la facultad de juzgar. Kant afirma que los juicios [véase], cuyo contenido es nuestro conocimiento de las cosas, son posibles gracias a las categorías. Adicionalmente, en la “Analítica trascendental” se establecen, de modo axiomático, los principios del conocimiento humano, que son las reglas del uso objetivo de las categorías. De este modo, la CRP se convierte en el manual de la ciencia del conocimiento —como lo pudo ser los Principia Mathematica de Newton para la Física— donde no sólo se prueba la forma del conocimiento, sino que, además, se formulan los principios axiomas de esa ciencia para que sea una labor acabada y conclusa.

Analítico

Es cualquier conocimiento, o juicio, cuya verdad se desprende con evidencia de la propia relación de los conceptos que lo forman, sin intervención alguna de la experiencia o de otros conocimientos auxiliares. Por ejemplo: “el triángulo es una figura de tres lados”, “pienso, luego existo”, “todos los cuerpos son extensos”.

A Posteriori

Aquello que es consecuencia de la experiencia, sea un conocimiento, un juicio o una verdad. Lo a posteriori no es ni universal ni necesario, ya que lo experimental está vinculado a los hechos, que son contingentes. El pensamiento empirista cree que todo conocimiento que sobre la realidad se pueda tener es siempre a posteriori.

A Priori

Lo que es independiente y previo a la experiencia. Kant establece con toda claridad que lo a priori significa universalidad y necesidad. En la formación del conocimiento, que siempre es una construcción de la mente humana, no sólo intervienen elementos propios de la experiencia, sino que el sujeto lo construye aportando aquello que la experiencia no puede incorporar. De ese modo, la información que se recibe a través de los sentidos se funde con elementos que el sujeto incorpora y que, por ser ajenos al objeto, son a priori.

Categoría

Las categorías son los conceptos puros (es decir, ajenos e independientes de la experiencia; a priori, por tanto) del entendimiento y representan las funciones estrictamente racionales del pensar que nos permite distinguir, por ejemplo, entre la unidad y la pluralidad, entre la no existencia y la existencia, entre el todo y la nada, entre la posibilidad de algo y su improbabilidad, entre los distintos tipos de relación que se dan entre las cosas, entre la afirmación y la negación de algo… Son las funciones del pensar, capacidades del pensar, que no tienen su origen en la experiencia y por eso son a priori, aunque tienen que ser aplicadas a la experiencia. Su misión es, por tanto, el reconocimiento de los fenómenos que el sujeto cognoscente recibe en forma de experiencia, para poder pensar sobre ellos. Son a priori de los fenómenos a los que se tiene que aplicar para hacerlos inteligibles, es decir, que son independientes de toda experiencia y forman parte de la función constructiva del sujeto en el conocimiento. Por eso mismo es la posibilidad de la realización de los juicios. Y eso quiere decir que hay 12 categorías que hacen posible los 12 tipos de juicios. Pero también, debidamente organizada, del entendimiento. Son innatas en el ser humano y, en realidad, significan el conjunto de la capacidad cognitiva y racional de la naturaleza humana.

No obstante, como las categorías son independientes de los fenómenos, el cerebro puede hacerlas funcionar sobre no-fenómenos o cosas en sí (noúmenos) que sólo imagina, que es cuando inicia su camino la Metafísica especulativa, excediendo los límites de la experiencia.

Concepto

Este término, que en el pensamiento filosófico ha tenido diversas significaciones, en Kant se puede entender de dos maneras: a) como ideas generales que formamos en el pensamiento; b) como el marco que reconoce y determina el fenómeno. En el último sentido son los conceptos puros o categorías.

Condición

Tiene el sentido lógico de “ser causa de o para algo”; si no existe “la condición” para que otra cosa exista, no existe la consecuencia: entre ambos —la condición y el efecto— existe un vínculo de necesidad. En la filosofía kantiana, en cada uno de los niveles del conocimiento van a concurrir dos grupos de condiciones, ambas necesarias, pero ninguna suficiente por sí misma: (a) condiciones de origen material o sensible; (b) condiciones de origen formal o inherente al sujeto que conoce.

Conocer

Es una modalidad del pensar. Cuando lo pensado tiene origen en la experiencia (fenómeno) se produce conocimiento; si lo que se piensa está desvinculado de la experiencia, como ocurre en Metafísica, se produce especulación. La forma del conocimiento es la de juicios sintéticos y a priori.

Cosa en Sí (Noúmeno)

Se puede sospechar que hay ciertas cosas ajenas y previas a la intuición sensible y que, por no estar captadas por los sentidos, no son cognoscibles. Es decir, en primer lugar, la cosa en sí vendría a ser como el supuesto soporte material, o esencia de algo —en sí misma incognoscible—, que hay que suponer en la cosa intuida (pero que al ser percibida se hace inteligible al quedar condicionada inmediatamente por el espacio y el tiempo); en segundo lugar, la mente es libre de concebir tanto cuanto quiera, aunque si no tiene soporte sensible (fenoménico) no es objeto del conocimiento. El error de la Metafísica ha sido que creía que podía establecer ciencia y conocimiento sobre cosas en sí, cuando eso es imposible porque están al margen de la experiencia.

Noúmeno o cosa en sí es la contrapartida del fenómeno, por lo que reconocer la distinción entre ambos es fundamental para entender, en el pensamiento kantiano, la crítica a la Metafísica, el desarrollo de su obra y la distinción entre filosofía teórica y práctica (ciencia y moral).

Además, Kant distingue entre un noúmeno negativo (lo que no es objeto de la intuición sensible) y otro positivo (lo que es objeto de la intuición no sensible). Este segundo es el que posibilita la apertura hacia el campo ético, cosa que no resulta posible a través de la Metafísica, empeñada en noúmenos negativos.

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