Conceptos Fundamentales de la Filosofía de Kant: Razón, Libertad y Ética

Conceptos Fundamentales de la Filosofía de Kant

Ilusión Trascendental

La ilusión trascendental es el error en el que cae la razón cuando intenta conocer objetos que están más allá del límite de la experiencia. La razón sirve para universalizar y unificar; el ser humano opera con ideas que engloban toda experiencia posible: mundo (totalidad absoluta de todos los fenómenos, experiencia externa), alma (idea del sujeto completo, experiencia interna) y Dios (la síntesis de ambas). Aunque son imposibles de tratar mediante la razón pura, Kant cree que podemos realizar un acercamiento a ellas a través de la razón práctica. Los postulados de la razón práctica son condiciones necesarias de la existencia de la moralidad; únicamente nos permiten creer en ellas, pero creer con una fe racional. En definitiva, cuando la razón hace de las ideas objetos reales, cae en la ilusión trascendental.

Libertad Jurídica

El ser humano renuncia a su libertad natural para constituir el Estado y adquirir así la libertad jurídica, uno de los fundamentos del Estado republicano. Según Kant, consiste en la facultad de no obedecer ninguna ley exterior a la que no hayamos otorgado nuestro conocimiento. La libertad queda garantizada por el derecho: la obediencia a la ley requiere previamente del consentimiento de la ciudadanía. El gobernante debe promulgar las leyes como si estas fuesen fruto de la voluntad unida del pueblo; este es el imperativo político por el que debe regirse dicho gobernante a fin de garantizar la universalidad de las leyes. Sin embargo, la libertad jurídica no justifica la desobediencia civil, ya que una vez que la ley está en vigor estamos obligados a cumplirla, y ello porque tal desobediencia significaría una vuelta al estado de naturaleza, de desorden, de guerra.

Racionalismo y Empirismo

Racionalismo y empirismo son corrientes filosóficas que coinciden en que la realidad no existe independientemente del sujeto que la conoce. Estas dos maneras de pensar son el punto de partida de Kant, él quiere superar las limitaciones de ambas ofreciendo un modo original de explicar el conocimiento científico. El racionalismo defiende que la razón es suficiente para alcanzar y afirmar verdades con validez universal y necesaria, como son las leyes científicas, y que además poseemos ideas innatas a priori. El empirismo, por el contrario, hace de la experiencia, de nuestras sensaciones, la fuente única del conocimiento, por tanto, niega las ideas innatas. Para los racionalistas, las matemáticas son el modelo de conocimiento cierto y evidente (deducción), mientras que los empiristas presentan la física como modelo del funcionamiento de la mente humana. Los racionalistas aseguran que podemos acceder a un conocimiento objetivo y universal, el cual es ilimitado ya que la razón es infinita (metafísica), mientras que los empiristas mantienen que solo podemos obtener un conocimiento probable (escepticismo); por tanto, el conocimiento es limitado, pues solo podemos conocer lo que podemos percibir. Para concluir, podemos decir que el problema de Kant consiste en hacer ver que las leyes científicas son posibles cuando la razón y la experiencia funcionan conjuntamente, aunque teniendo esta última un papel más limitado, pues no olvidemos que, según él, si bien la experiencia precede a todo conocimiento teórico, no todo en el conocimiento procede de ella.

Giro Copernicano

Kant llega a la conclusión de que poseemos conocimiento necesario sobre el mundo que es previo a la experiencia. Para explicar su hipótesis afirma que es necesaria una revolución filosófica, dar un giro copernicano. Kant propone invertir el enfoque en el análisis del conocimiento, situarnos en la perspectiva del sujeto, en cómo conocemos, en vez de centrarnos en el objeto del conocimiento, o sea, en qué conocemos. Es el objeto el que debe someterse al sujeto, pues este, al conocer, es activo y, por tanto, el objeto es el que se adapta a las leyes del sujeto. No podemos conocer la realidad en sí misma, lo nouménico, pero hay unas condiciones que posibilitan el conocimiento, tanto a la facultad de la sensibilidad (espacio, tiempo) como a la facultad del entendimiento (categorías), y por este motivo podemos formular juicios a priori. El giro copernicano consiste, por tanto, en situar al sujeto y no al objeto en el centro del conocimiento.

Imperativo

Un imperativo es un mandato conforme a una regla o norma que describe cómo debemos actuar. Los mandamientos éticos se formulan en un lenguaje imperativo. Pueden ser hipotéticos y categóricos. Para los primeros, los mandamientos de la razón están condicionados por los fines que pretenden alcanzar, mientras que lo que caracteriza a los segundos es que los mandamientos de la razón no están condicionados por ningún fin, de modo que la acción se realiza por sí misma y es un bien en sí misma. Kant apuesta por una ética formal que sea universal, basada en imperativos categóricos y en la buena voluntad. La formulación del imperativo categórico es: «obra solo de acuerdo con la máxima por la cual puedas al mismo tiempo querer que se convierta en ley universal». La moral de Kant es formal, donde lo importante es la intención, la forma en que actuamos, sin tener mayor importancia lo que hacemos.

Contrato Social

El contrato social se refiere al acuerdo o contrato que se establece entre los individuos y el gobernante, mediante el que, hipotéticamente, los individuos decidimos salir del estado de naturaleza e instaurar el Estado, cuyo gobernante nos garantiza paz y seguridad a través del cumplimiento de las leyes. Hobbes, por ejemplo, dice que en estado natural el ser humano sería un lobo para los demás, es por ello necesario establecer un pacto entre todos que nos garantice la seguridad. También Kant es partidario de interpretar de esta manera el origen del poder político. La concepción política de Kant, republicano y opuesto a la forma despótica de gobierno, es claramente liberal. El Estado ha de garantizar la libertad individual según los principios puros del derecho, y además una sociedad libre y pacífica.

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