Conceptos Fundamentales en la Filosofía de Ortega y Gasset

Arrojado

Arrojado: metáfora con la que se quiere sugerir que nuestro yo no se ha dado a sí mismo ni ha elegido su vida, que no ha elegido su mundo, ni el momento de entrar en él. Es la palabra que utiliza Ortega para expresar que estamos en un mundo, en un aquí y en un ahora, que no hemos elegido.

Conocimiento

Conocimiento: cualquier conocimiento es una elaboración de la continua revelación en que consiste primariamente el vivir, un desarrollo de la primera categoría de la vida. La teoría del conocimiento de Ortega es el perspectivismo, según la cual todo conocimiento, incluido el de las ciencias matemático-experimentales, se limita a darnos una perspectiva sobre el universo. No hay un conocimiento absoluto sub specie aeternitatis, la filosofía se limita a ofrecer la perspectiva radical e integradora en Occidente.

Decidir

Decidir: es el tercer atributo de la vida. Vivir es decidir en cada momento lo que vamos a hacer a continuación, eligiendo entre las posibilidades que nos ofrecen nuestras circunstancias. «Pesadumbre», «gravedad», son las metáforas que sugieren este tener que decidirse a sí misma en cada momento propio de la vida.

Encontrarse

Encontrarse: las cosas con que nos ocupamos afectan nuestras emociones y afectos, que nos notifican su valor vital. Nuestra sensibilidad vital indica cómo nos encontramos en el mundo.

Evidencial

Evidencial: es la primera categoría de la vida. El «ojo de Horus» es la metáfora que sugiere este atributo de la vida. La vida no es sólo objeto o mero aspecto, sino que es a la vez sujeto y visión. Nada de la vida tolera ser visto desde fuera, por ello «el ojo tiene que trasladarse a ella y hacer de la realidad misma su punto de vista».

Existencia

Existencia: Heidegger entiende que la constitución fundamental de la existencia es «ser-en-el-mundo», y Ortega entiende que «vivir es encontrarse en el mundo». Al pensar que vida y existencia son sinónimos, Ortega reclama para sí la originalidad en la concepción de la idea de la existencia.

Fatalidad

Fatalidad: no se trata de un determinismo histórico, como si la vida de los hombres, de las generaciones y de las sociedades ya estuviese predeterminada desde su principio. Se refiere a la segunda categoría de la vida, al hecho de que no nos damos la vida, ni elegimos nuestro mundo, ni nuestras circunstancias son el paraíso.

Futurición

Futurición: acto de adelantar proyectando el futuro que realiza la vida al decidirse en cada momento, eligiendo lo que ha de hacer entre las posibilidades disponibles. El futuro es el modo primario del tiempo, porque la vida consiste fundamentalmente en decidirse.

Libertad

Libertad: consiste en decidir lo que se va a hacer (con nuestra propia vida) eligiendo en cada momento entre las posibilidades dadas en nuestras circunstancias. Se identifica con la tercera categoría de la vida y nunca es separable de la segunda, sino que forma con ella en la acción el ser propio de la vida.

Mundo y Circunstancia

Mundo y Circunstancia: no es el Cosmos o mundo físico de los griegos, ni el universo material de las ciencias modernas; se refiere más bien al mundo de nuestro vivir cotidiano. La vida es circunstancial. La metáfora que sugiere esta unidad del yo y su mundo, la segunda categoría de la vida, son «los Dioscuros», Cástor y Pólux, que nacen y mueren juntos. La utiliza por primera vez en 1915 para referirse a la relación entre el yo y el objeto, en contraposición a la metáfora realista de la tablilla de cera, y a la idealista del vaso con su contenido.

Preocupación o Cura

Preocupación o Cura: vivir es decidirse por adelantado a nuestras acciones futuras en el mundo donde ya nos encontramos en cada momento ocupados con los asuntos cotidianos.

Revelación

Revelación: se refiere al ser evidencial o primera categoría de la vida. Pero viene a incidir en que la vida gana desde sí misma sus principios de orientación, sin tener que acudir a revelaciones religiosas de principios transmundanos y transhistóricos.

Tiempo

Tiempo: no se trata de la sucesión de instantes o duración que miden los relojes. No se refiere al tiempo físico, ni al biológico, sino al tiempo histórico que discurre sobre aquel. Este tiempo modal es la articulación fundamental del vivir. Porque vivir es decidir, el futuro es el modo primario del tiempo. Porque no cabe repetir el pasado, cada generación enfrenta el reto de inventar el futuro superando, negando y conservando, el pasado.

Universo

Universo: la totalidad de lo que hay. En un comienzo la filosofía enfrenta este objeto absolutamente problemático, porque no se sabe qué es lo que hay, si es uno o múltiple, si se puede conocer o es caótico.

Yo

Yo: quien vive sus circunstancias en el mundo es el yo. No se trata del sujeto pensante de Descartes, ni de la apercepción trascendental de Kant. Este yo es inseparable del mundo en que se encuentra viviendo sus circunstancias. A él se le revela su vida, él se encuentra arrojado en su mundo, él tiene que decidirse en cada momento con su acción.

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