Metafísica y Ciencia
Según Kant, para que un juicio sea considerado científico debe cumplir dos requisitos: que aumente nuestros conocimientos y que posea validez necesaria y universal. Su validez no puede proceder de la experiencia, ésta es cambiante y solo proporciona verdades resultado de generalizaciones probables. Así, los juicios científicos han de ser sintéticos a priori, en los que el predicado no esté incluido en el sujeto de la oración, como ocurre en los juicios analíticos, y que permitan establecer conexiones desconocidas hasta el momento. Esta conexión no debe realizarse basándose en la experiencia, sino con independencia de la experiencia, a priori.
Matemáticas y Ciencias Naturales
Las matemáticas tratan el espacio y el tiempo. La geometría analiza las propiedades del espacio, la aritmética las del tiempo. A la vez que el espacio y el tiempo son las condiciones en las que ha de darse todo fenómeno, las propiedades del espacio y del tiempo han de transmitirse a todo fenómeno que pueda darse en ellos. A consecuencia de todo esto, todos los conocimientos de las matemáticas han de ser universales y necesarios, puesto que todos los fenómenos han de darse necesariamente en el espacio y en el tiempo. De esta forma son posibles los juicios sintéticos a priori en las matemáticas. Los juicios sintéticos a priori son posibles en las ciencias naturales porque se basan en las categorías. El ejemplo que pone Kant es: “todo cambio ha de tener una causa”. Es un juicio sintético, ya que la noción de cambio no incluye la de causa; y es un juicio a priori, independiente de la experiencia, y por lo tanto universal y necesario, se funda en la categoría de causalidad.
Fenómenos y Noúmenos
Del mismo modo que la sensibilidad impone al objeto las estructuras trascendentales del espacio y el tiempo, el entendimiento impone al objeto las formas trascendentales del entendimiento o categorías. En consecuencia, no podremos conocer nunca los objetos tal como son en sí mismos, es decir, como noúmenos, sino solamente tal como se presentan a nosotros a través de esas estructuras trascendentales de la sensibilidad y del entendimiento, es decir, como fenómenos.
La Metafísica según Kant
Al examinar la posibilidad de la metafísica, Kant tiene a la vista la metafísica dogmática racionalista de Wolff. La metafísica es un conocimiento puramente racional, que prescinde de los datos sensibles. La metafísica es el intento de liberar a nuestros conceptos de las limitaciones de la mera observación.
Es imposible un conocimiento de las cosas en sí mismas, y en concreto del alma, del mundo como totalidad y de Dios, aunque estas ideas nos permiten unificar nuestro conocimiento de los fenómenos, no las podemos conocer, ya que no poseemos ninguna intuición de ellas, solo poseemos la intuición sensible, que solo nos permite conocer los fenómenos de la naturaleza.
La metafísica se reduce como mucho a un simple análisis de conceptos, que no consigue alcanzar la realidad. La metafísica es imposible como ciencia, aunque exista una tendencia natural inevitable a aplicar las categorías del entendimiento más allá de la sensibilidad, intentando alcanzar el conocimiento absoluto, que no podemos obtener.
El Papel de la Metafísica
A la metafísica le queda un papel crítico o regulativo que pretende eliminar el dogmatismo, para salvaguardar las pretensiones de la moral y de la religión, y evitar la pura especulación al señalar los límites del conocimiento científico. No es posible el conocimiento metafísico de la realidad, conocimiento puramente racional, pero sí conocer la fuente del error metafísico. Y positivamente impulsa al ser humano a seguir investigando, tratando de encontrar una mayor unificación y coherencia entre todos sus conocimientos.
El Problema Fundamental de la Crítica de la Razón Pura
El problema fundamental de la Crítica de la Razón Pura es el de determinar los límites del conocimiento. Se trata de una tarea epistemológica, formulada repetidamente por Kant como una metapregunta: a Kant no le interesa saber qué conocemos de la realidad, sino cuáles son las condiciones bajo las cuales conocemos la realidad (enfoque trascendental). La propia noción de realidad (noúmeno) es investigada y disuelta por Kant. Este planteamiento epistemológico llevará a Kant a situar al sujeto en el centro del proceso de conocimiento, en lo que se ha dado en llamar el “Giro Copernicano”, que sitúa al sujeto como constructor activo de los conceptos y juicios que expresan auténtico conocimiento científico.
El Modelo de Conocimiento Verdadero
Kant asume como modelo de conocimiento verdadero el de las leyes de la física newtoniana. El sistema del mundo descrito por Isaac Newton representa en el siglo XVIII una cima en el conocimiento racional de la naturaleza. Es de reseñar que Kant no cuestiona la verdad de los enunciados científicos: los toma como modelo de toda verdad universal, y lo que la Crítica de la Razón Pura pretende dilucidar es si podemos y cómo podemos asegurar en los juicios metafísicos un grado de verdad igual al de las proposiciones científicas.
¿Es Posible la Metafísica como Ciencia?
Sobre esta base, podemos formular ahora uno de los objetivos principales de la CRP: ¿Es posible la metafísica como ciencia? Para responder a esta pregunta debemos, por una parte, determinar las condiciones que hacen verdaderos los enunciados científicos, y, por otra, definir convenientemente el concepto de metafísica, posicionándolo frente a los modelos metafísicos propuestos por los filósofos anteriores.
Conocimiento Verdadero
Kant identifica conocimiento con “conocimiento verdadero”. Por una exigencia de coherencia lógica, no es posible que un conocimiento sea falso. En el supuesto de que el hombre alcance conocimiento científico sobre el mundo, tal conocimiento solo merecerá este calificativo si cumple con determinados criterios de racionalidad. Estos criterios son dos: la universalidad y la necesidad, explicados ya en otro artículo. Como vemos, la propia racionalidad humana confiere al conocimiento su carácter de “verdad”. Un “conocimiento falso” (que incumpliera alguna de estas características), si esta expresión tuviera algún sentido, consistiría en realidad en una operación no autorizada o ilegítima de la razón.
Tipos de Juicios
Si las características del conocimiento verdadero son la universalidad y la necesidad, cabe preguntarse ahora en qué modo se expresan estas características. Kant responde a ello mediante una rígida estructuración de los tipos de juicios que expresan conocimiento. Todo conocimiento se expresa en juicios, que son, recordemos, el resultado del trabajo de la razón o facultad de juzgar (enlazar sujetos con predicados). Los juicios son enunciados que pueden ser verdaderos o falsos. A partir de un análisis de los juicios Kant determina su consabida doble clasificación: por un lado los juicios se clasifican en a priori y a posteriori. Por el otro en analíticos y sintéticos.
Juicios Analíticos y Sintéticos
Los juicios analíticos constituyen un modelo de verdad lógica. A pesar de ser necesarios en los momentos iniciales de cualquier disciplina científica, por ejemplo en la definición de términos primitivos, ellos solos no son suficientes para ampliar el campo del conocimiento, pues no contienen información empírica. Se trata de tautologías o meros juicios aclarativos o explicativos (el predicado clarifica o explica el contenido del sujeto, pero no lo amplía). El racionalismo, al basar su idea del conocimiento en las ideas innatas y en conceptos voluntariamente desprovistos de contenido empírico, usa y abusa del criterio analítico de verdad, cayendo entonces en posiciones dogmáticas y especulativas.
Los juicios sintéticos, por su parte, amplían el campo de la experiencia, pero por sí solos no son capaces de proporcionar a ésta la necesidad y universalidad exigidas por el criterio kantiano de verdad. Los juicios sintéticos producen un conocimiento contingente, como Hume y el empirismo habían mostrado, desembocando de ese modo en el escepticismo. Según Kant, este conocimiento está basado en meras generalizaciones empíricas, y debe ser complementado de algún modo para ser aceptado como modelo de conocimiento científico.
Juicios a priori y a posteriori
La clasificación de los juicios en analíticos y sintéticos, pues, no basta para resolver la cuestión que investiga Kant. Kant propondrá introducir una nueva distinción entre tipos de juicio. Esta nueva clasificación utiliza como criterio la relación de un juicio con la experiencia. Según ella, los juicios pueden clasificarse en a priori y a posteriori.
Un juicio es a posteriori si su verdad solo puede ser establecida después de la experiencia. Esto es, si puede ser corroborado o falsado por ella. “La mesa es verde” es un juicio a posteriori, pues su contenido exige ir a la experiencia para ser comprobado.
Un juicio es a priori si su verdad no depende de la experiencia, en el sentido de que es anterior e independiente de ella. Los juicios a priori son la expresión de la Razón Pura, es decir, de las capacidades innatas de la propia razón antes de cualquier operación empírica.
Juicios Sintéticos a priori
De la combinación de los dos criterios de clasificación anteriores surge la idea de un tipo de juicio especial que suma a su capacidad de ampliar nuestro conocimiento (sintético) la capacidad de hacer esta ampliación a priori, esto es, como resultado de las operaciones del entendimiento del sujeto. Los juicios sintéticos a priori son el modelo de conocimiento buscado por Kant. En tanto sintéticos, producirán un avance en el conocimiento. En tanto a priori, su contenido expresará necesidad y universalidad, características que le presta la Razón pura o teórica por su propia constitución. Tales juicios se expresan privilegiadamente en matemáticas y en la física teórica. Si fueran identificables también en metafísica Kant podría declarar “posible” el objetivo de sacar a este saber de su estancamiento de siglos y del descrédito en que, dice, ha caído a los ojos de sus contemporáneos.
Pero, lamentablemente, el dictamen de Kant no será favorable. Los juicios sintéticos a priori no pueden existir en metafísica porque en la constitución de los conceptos metafísicos no se ha tomado en consideración la experiencia: no existe experiencia del alma, de la libertad o de Dios, por lo cual los juicios que contienen estos conceptos no pueden extender el campo de mi conocimiento de los mismos.
Materia y Forma de los Juicios
Para comprender cómo razona Kant debemos ahora ocuparnos de cómo construye la Razón los juicios. Según Kant, todo juicio es un compuesto de materia y forma. La materia es el contenido empírico del juicio, y la forma es el modo en que la Razón estructura, organiza y construye el juicio. En la Sensibilidad, la materia son las impresiones sensibles y la forma el Espacio y el Tiempo. De su síntesis surgen intuiciones o fenómenos. En el Entendimiento, la materia son los fenómenos creados por la Sensibilidad, y la forma las Categorías. De la síntesis entre materia y forma, es decir, entre experiencia y categorías a priori, surgen los conceptos y de su enlace los juicios. Las intuiciones sin conceptos son ciegas. Los conceptos sin intuiciones, vacíos.
El Entendimiento y las Categorías
Como decimos, la facultad de la Razón responsable de construir los conceptos es el Entendimiento. Éste toma los fenómenos o intuiciones que le presta la Sensibilidad, facultad que recibe las impresiones sensibles del exterior y las organiza bajo el Espacio y el Tiempo. En la Sensibilidad se construyen, pues, los fenómenos. Y en el Entendimiento se produce la síntesis entre éstos y las Categorías, dando lugar a los conceptos. Las Categorías, o formas puras del entendimiento, son doce, organizadas en cuatro grupos. Según Kant, mediante ellas puede explicarse la estructura lógica de cualquier juicio. La tabla de las Categorías es la siguiente: