1a. Contexto Socio-histórico
La vida de Nietzsche transcurre en la segunda mitad de un siglo enormemente complejo, el XIX, en el que se dan cita un progreso científico, tecnológico, industrial, económico y de crecimiento demográfico hasta entonces desconocido. Es el siglo de la industrialización, revoluciones sociales incesantes y auge de los nacionalismos.
A nivel económico y social, desde finales del siglo XVIII, se produjo la Revolución Industrial. Comenzó en Inglaterra y tardó más de 100 años en extenderse por Europa. La burguesía la llevó a cabo en unas condiciones de explotación de los trabajadores, a quienes pagaban unos salarios que les permitían únicamente subsistir en malas condiciones. Surgieron así dos clases enfrentadas y opuestas: la capitalista y la proletaria.
Este proceso de industrialización desemboca en el desarrollo de inventos como el teléfono, ferrocarril, radiactividad, mejoras de higiene y medicina, y, en consecuencia, el aumento de una población activa que no puede ser absorbida por el mercado de trabajo. Políticamente, se extienden los principios de la Revolución Francesa, que no son sino los principios de la burguesía naciente de Europa, al tiempo que la conciencia de los derechos fundamentales del ser humano.
El auge de los nacionalismos, que da lugar a nuevos Estados como Alemania e Italia, junto al imperialismo y el colonialismo, son factores históricos de importancia y convirtieron a las naciones europeas en grandes imperios. Ideológica y políticamente, se desarrollan teorías que justifican los intereses de las clases enfrentadas: el liberalismo de Adam Smith, que defiende la libertad política y económica de la burguesía, y las corrientes del socialismo, anarquismo y comunismo, que representan los intereses de las clases trabajadoras.
1b. Contexto Cultural
Los movimientos culturales más importantes del siglo XIX son el romanticismo y el positivismo.
El romanticismo es un movimiento anti-ilustrado que exalta la pasión y el sentimiento frente a la razón y la tradición frente al progreso. Tiene como precursores a Goethe, a escritores como Víctor Hugo, Espronceda y a músicos como Wagner y Chopin. El movimiento romántico europeo tiene una visión subjetivista e idealista del mundo y de la historia. Fue un movimiento en contra de la Ilustración y también de desengaño, que exalta el lado oscuro del alma, irracional… El realismo impregnó a escritores como Dickens, Flaubert o Dostoievski. Los poetas, en cambio, tomaron una actitud nihilista y decadente. Todos ellos beben de un movimiento nacido en Alemania que empieza en el siglo XIX en la literatura y que tendrá gran auge en la música e influencia en el pensamiento de Nietzsche.
El positivismo trata la ciencia como el único mecanismo válido de conocimiento, criticando duramente a la metafísica. También se produce una reacción contra él, pues se toma conciencia de los problemas individuales y sociales. El siglo XIX contempla el surgimiento de la química, la psicología, antropología y sociología como ciencias; el evolucionismo de Darwin, desarrollo de las comunicaciones y la industria… Aunque las nuevas ideologías políticas prescinden de las doctrinas religiosas, la Iglesia mantuvo su poder en el terreno moral y educativo.
1c. Contexto Filosófico
El siglo XIX significa para la filosofía el fin de los grandes sistemas y el surgimiento de nuevos movimientos filosóficos que rechazan la concepción sistemática y especulativa de la filosofía. Desde el punto de vista filosófico, proliferan diversos «-ismos» (idealismo, romanticismo, positivismo, irracionalismo, marxismo…) que se suceden unos a otros por reacción.
El romanticismo reivindica un nuevo concepto de razón: la filosofía de Hegel la concibe como un espíritu absoluto que dirige la marcha de la historia humana. El romanticismo va a cuestionar la confianza que la razón había puesto en la razón y la ciencia, aunque Nietzsche no es un autor romántico.
El positivismo intenta atenerse a los hechos concretos, inspirándose en las ciencias empíricas. Durante la segunda mitad del siglo, pretendía presentarse como la única respuesta adecuada a los tiempos. La ciencia es considerada como saber absoluto y único modelo de conocimiento.
Aparecen corrientes irracionalistas que ponen de relieve las dimensiones humanas que se escapan a la lógica abstracta de las teorías puramente racionales. El materialismo cuestiona profundamente el papel mismo de la filosofía y promueve cambios sociales profundos. Los pensadores del denominado vitalismo se oponen a los intentos del positivismo de explicar el mundo a partir de la mera racionalidad científica y ponen por delante la «vida». Bajo «vitalismo» suele comprenderse un conjunto de filósofos cuya reflexión gira en torno al tema de la vida, como F. Nietzsche, J. Ortega y Gasset, Bergson…