Contexto histórico y filosófico de la segunda mitad del siglo XIX: Schopenhauer y Nietzsche

1. Marco histórico y cultural (Contexto)

La segunda mitad del siglo XIX se caracteriza por profundas modificaciones en la sociedad y en el mundo de las ideas. Se desarrolla el modelo de capitalismo industrial, se modifican las alianzas políticas entre los países de Europa y se realiza el reparto del mundo siguiendo los presupuestos colonialistas que llegan a la explotación de otros territorios.

1.1. Revolución de 1848 y sus consecuencias

Esta revolución se difundió por toda Europa y los ideales democráticos, basados en el sufragio universal, fueron consecuencia de haber conseguido ampliar libertades y la búsqueda de la igualdad social. En 1847 salió el manifiesto comunista. En Alemania, el movimiento revolucionario tuvo dos aspectos:

  1. Revolución liberal en diversos estados alemanes.
  2. Surge un sentimiento de unificación de Alemania.

En 1848 hubo un primer intento de unificar los estados alemanes en un único estado de corte liberal y constitucional. Pero algunos estados, los más fuertes como Austria y Prusia, se opusieron. Alemania experimentó un gran desarrollo económico bajo la dirección de Bismarck, canciller de Prusia en 1862. Este estado alemán encabeza el proceso de unificación que se consigue en la victoria de la guerra franco-prusiana. A partir de eso, la política europea gira en torno a esta nación. Inglaterra y Francia explotaban los territorios más ricos de Asia y África cuando Alemania e Italia se constituyen como estados independientes. La expansión de estos países será en adelante un foco de permanentes conflictos.

1.2. Fin de los grandes sistemas en filosofía

El idealismo absoluto de Hegel es considerado como el último de los grandes sistemas de pensamiento. Frente a él encontramos una pluralidad de autores y movimientos de reacción de diferentes sitios que van desde el positivismo al vitalismo, de las teorías que propugnan la transformación social (anarquismo, socialismo…) hasta las novedades del psicoanálisis y el evolucionismo. También hay que apuntalar la influencia del puritanismo victoriano que llega de Inglaterra. En esta época aparecen manifestaciones con ciertos matices revolucionarios. En la filosofía tenemos a Nietzsche, Stuart Mill, Marx y A. Comte.

En cuanto al positivismo, Augusto Comte rechaza lo metafísico y lo que le interesa es lo verificable. La verdad científica es el modelo de verdad y no ya los dioses y los conceptos abstractos. Nietzsche rechaza el positivismo porque para él y los vitalistas la única verdad no es la verdad de la ciencia.

Evolucionismo: Darwin descubre el mecanismo evolutivo de las especies mediante la selección natural que activa a través de la lucha por la existencia y la supervivencia del más apto. Nietzsche interpreta el concepto de apto como el más fuerte y pone en cuestión al Darwinismo porque para él no se ha producido la supervivencia del más fuerte sino la del más débil.

En cuanto al socialismo utópico y científico, los socialistas utópicos del siglo XIX proponen una nueva organización social en la que no haya explotación y lo hacen en el pleno de la utopía. Marx dio un paso más al afirmar que al socialismo llegaremos como resultado de la lucha de clases entre los burgueses y proletariados. Nietzsche no se dirige a la masa gregaria, sino a un hombre creador e insatisfecho. De ahí que se diga que Nietzsche es un ilustrado elitista. Se sitúa frente al socialismo al que concibe como igulitarismo. Denuncia a anarquistas, socialistas, liberales a los que caracteriza como prolongadores de una moral cristiana de rebaño.

En cuanto al utilitarismo, en el que se afirma que lo bueno está en lo útil, será criticado por Nietzsche. El vitalismo es presente en el siglo XIX, fundamentalmente en la segunda mitad, y también en el siglo XX. Otro vitalista es Schopenhauer y de él coge la idea de voluntad de vivir que él la denomina voluntad de poder. También recoge la idea del arte como liberación, pero no comparte ni el pesimismo ni la renuncia a la vida ni el ideal ascético. El cambio de reflexión ahora es la vida, no en un sentido mecanicista sino como vida humana, es decir, se trata más de valores humanos que de procesos biológicos.

La cultura alemana de la segunda mitad del siglo XIX está muy interesada por los valores estéticos y muestra gran admiración por el mundo griego. Hay que tener en cuenta que Nietzsche fue catedrático de filología clásica. A finales de este siglo se perciben sentimientos antisemitas por cuestiones económicas; algunos querían que el poder económico judío se integrase dentro de la vida alemana.

2. Schopenhauer (1788-1860)

Su pensamiento tiene gran influencia en Nietzsche. Defiende que la intuición es la principal facultad intelectual, más que el entendimiento o la razón, y supone un saber directo, un captar lo profundo de la realidad. En el caso del hombre, la realidad fundamental es la voluntad de vivir, como un absoluto que está presente en todas las realidades. Cuando esa voluntad de vivir se concreta en el espacio y en el tiempo da lugar a la diversidad de realidades concretas que entran en una lucha continua por sobrevivir. La voluntad de vivir es un principio universal, presente en todos, y que termina siendo destruida por la muerte. La vida del hombre es un continuo malestar que, cuando desaparece momentáneamente, supone un momento de tranquilidad, no de felicidad, porque es imposible. Él rechaza el suicidio para escapar de este pesimismo y propone caminos de liberación como el arte y el ascetismo.

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