Contexto Histórico y Filosófico de Locke: Influencia en el Pensamiento Político Moderno

Contexto Histórico-Cultural

Nace bajo la monarquía de Carlos I, en la que se producen constantes enfrentamientos entre el rey y el parlamento. El rey disuelve el parlamento y reina sin él hasta 1640. Este conflicto llevó a la guerra civil que concluyó con la derrota de los primeros, la ejecución del rey y la proclamación de una república que Cromwell transformó en una dictadura.

El futuro Carlos II está exiliado en Francia, donde Hobbes es su tutor. Muerto Cromwell, se produce la restauración de 1660: reinando primero Carlos II y después Jacobo II.

Locke asesora al conde de Shaftesbury para que intentara evitar que el católico Jacobo II accediera a la corona. Fue acusado de alta traición y huyó a Holanda. Locke también se exilió a Holanda donde entra en contacto con Guillermo de Orange.

En 1688 se produce la Revolución Gloriosa. Los partidarios de Guillermo II llegan a Inglaterra y consiguen que se les una el ejército de Jacobo II, lo que provoca la huida del monarca católico. El nuevo rey es obligado a firmar la carta de constitución que reconoce al parlamento el derecho a participar en el gobierno. Consolidada la nueva monarquía, Locke regresa de Inglaterra y publica Dos tratados sobre el gobierno civil.

Económicamente domina el mercantilismo, un sistema basado en la intervención y proteccionismo estatal. La producción literaria de la época está marcada por el contexto político.

Contexto Filosófico

En el s. XVI Hooker distingue entre ley natural y ley positiva, distinción que influirá en Locke. La ley natural obliga a todo ser humano, independientemente del estado en que habite, mientras que la positiva surge cuando se forman los gobiernos.

Durante la guerra civil, el poeta John Milton encarnará las ideas republicanas. Para este autor, el poder reside en el pueblo. Esta idea también influirá en Locke, que defiende el derecho de rebelión del pueblo si las instituciones no cumplen su cometido.

Los dos máximos referentes de la filosofía política inglesa del s. XVII son Leviatán de Hobbes y Dos tratados sobre el gobierno civil de Locke. Hobbes y Bossuet son los máximos defensores de la monarquía absoluta.

Para Hobbes, el estado de naturaleza es un estado de guerra de todos contra todos, en el que reina la inseguridad y el miedo. El miedo lleva a los hombres a unirse en sociedad. El soberano posee un poder absoluto incluso para decidir sobre la vida y la muerte de sus súbditos. Esta es para Hobbes la única forma de que los seres humanos puedan vivir en paz y seguridad.

Relación con Tomás de Aquino

Para Locke, todos los seres humanos son libres e iguales por naturaleza. Este estado está regido por una ley de naturaleza, la razón. Algunas leyes naturales son otorgadas por Dios.

Aquino dice que la ley natural es la ley eterna inscrita por Dios en la razón para que el ser humano dirija y ordene sus actos. La ley natural está vinculada a la ley eterna. El ser humano no sigue necesariamente los preceptos de su razón, la ley eterna se convierte en ley natural, porque solo él es capaz de conocer sus fines y de deducir las normas que le permitan alcanzarlos.

En ambos autores, la ley natural es una ley racional. En Aquino, la razón deduce de las tendencias de la naturaleza humana cuáles son los preceptos de esa ley natural. En Locke, las leyes naturales también son racionales, además las leyes positivas de los estados deben respetar y concretar las leyes naturales para que sean leyes justas. Aquino reconoce a los ciudadanos la capacidad de incumplir las leyes cuando vayan contra la ley natural. Locke también reconoce ese derecho y la capacidad de deshacerse de la cámara legislativa que fue creada para proteger los derechos de los ciudadanos si incumple su finalidad.

Pero entre ellos encontramos una clara diferencia: según Aquino, el estado surge para concretar las leyes naturales. Así, el ámbito moral se convierte en el regulador del ámbito político. Entre ley natural y ley positiva hay una continuidad. El estado de Locke no surge de las leyes naturales sino de la libre decisión de los ciudadanos de instituir un juez para evitar que alguien se convierta en juez de su propia causa. El estado no es la consecuencia de la ley natural sino de la situación que las violaciones de tales leyes producen.

Relación con Hobbes

Ambos autores son contractualistas: el estado no se deriva naturalmente del carácter social del ser humano sino que se constituye a través de un pacto o contrato firmado entre los individuos que conviven naturalmente. Antes del estado o sociedad civil, ambos autores reconocen la existencia de un estado de naturaleza.

Existen diferencias entre ambos pensadores: Hobbes defiende el estado absoluto mientras Locke lo hace con el liberal. Las primeras diferencias se dividen en: el estado de naturaleza, el fundamento del pacto y el estado resultante de dicho pacto.


El estado de naturaleza de Hobbes es un estado de extrema inseguridad. Por naturaleza, los seres humanos son iguales entre sí y todos representan una amenaza potencial para sus semejantes. Todo ser humano posee la tendencia natural a satisfacer sus deseos y necesidades, pero los recursos son escasos. El estado de naturaleza es un estado de guerra de todos contra todos.

Para Locke, los seres humanos también son iguales, libres e independientes y nadie puede dominar a otro como lo estableció Dios. A pesar de la existencia de esa ley natural, se pueden producir peleas. En Locke encontramos un estado en el que se puede dar la sucesión de periodos de guerra con otros de paz.

Con respecto al contrato también hay diferencias. Para Hobbes, dicho fundamento no es otro que el miedo, mientras que para Locke es la defensa de los derechos de los seres humanos, en concreto que se administre justicia y no venganza a los que violen la ley.

En Hobbes, el contrato hace que cada súbdito renuncie a todos sus derechos, sobre todo al de ejercer fuerza contra el prójimo. El soberano absoluto queda fuera del contrato por lo que tiene derecho sobre sus súbditos. Se busca la seguridad de la vida y las propiedades. La autoridad del soberano está sometida a lo que la justifica: la seguridad de los súbditos.

Locke busca la seguridad del mantenimiento de los derechos naturales de todo ser humano. La sociedad civil garantiza tales derechos, solo pierde el poder ejecutivo que entrega a la comunidad. Los ciudadanos tienen el derecho de rebelarse contra el gobierno si no cumple con su cometido de garantizar la libertad, integridad y propiedad de sus ciudadanos.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos

El pensamiento político de Locke es un referente de la actual DUDH. Este autor establece que todo ser humano por naturaleza posee unos derechos inalienables: igualdad, libertad, derecho a la propiedad… y que tales derechos son consecuencia de nuestro carácter racional. El primer artículo de la declaración dice que todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Están dotados de razón y de conciencia y deben actuar fraternalmente los unos con los otros.

Esos derechos también se extienden a quien ha violado la ley, que tiene derecho a que lo castiguen de una manera proporcional al crimen cometido. Locke establece como motivo del pacto original y de la creación de la sociedad civil el que un individuo no pueda castigar de modo desproporcionado a quien le ha injuriado, sino que exista una autoridad reconocida por todos que aplique el mismo castigo para los mismos delitos.

Hasta nuestros días llega el debate sobre tales derechos: ¿de dónde vienen? ¿Cuál es su fundamento? ¿Son realmente universales? Interrogantes ya presentes en el pensamiento de Locke y a los que intentó dar una respuesta que ha servido de fundamento al liberalismo político.

Las Constituciones Democráticas

La gran novedad que aportó Locke y que ha sido asumida por las actuales constituciones democráticas, es la constitucionalización de los derechos de los ciudadanos, su conversión como garantía que se impone a los poderes del estado. Las constituciones ya no son un mero instrumento para organizar el estado, sino también la constatación de una carta de derechos. Nuestra constitución dedica su título 1º a los derechos y deberes fundamentales.

La Separación de Poderes

En la base de todas las democracias está la separación de poderes, ya preconizada por Locke, aunque los 3 poderes actuales no son exactamente los mismos que postulaba nuestro autor. Aunque están directamente inspirados en Montesquieu, no cabe duda de que el verdadero precursor fue Locke.

El estado surge del consentimiento y está obligado a respetar los derechos de sus ciudadanos. Locke se dio cuenta de que es necesario organizar el estado separando sus poderes como garantía de su propia limitación. Desde Locke, estado de derecho y separación de poderes están unidos.

La Polémica entre Libertad y Seguridad

Actualmente existe un debate en torno a los recortes que muchos países occidentales han hecho de las libertades civiles apoyándose en la necesidad de seguridad frente a ataques terroristas (cámaras de seguridad, registros en los aeropuertos).

Esta polémica está ya presente en la obra de Locke en la que también encontramos una respuesta: la liberal. Este autor sostiene que el estado no puede arrebatar la libertad a sus ciudadanos. La única parcela de libertad que el ciudadano cede al estado es la de tomarse la justicia por su mano, dejando este poder en manos de la autoridad encargada de administrar justicia y resolver conflictos.

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