Contractualismo, Empirismo y Racionalismo: Fundamentos Filosóficos del Poder y el Conocimiento

Contractualismo: Origen y Justificación del Poder Político

El contractualismo examina la naturaleza, el origen y la justificación del poder político. En su versión clásica, es una ficción según la cual el poder político es fruto de un pacto o contrato que, adoptado a partir de un estado de naturaleza inicial, funda un estado de sociedad ordenado y regulado por ese mismo pacto. Hasta el siglo XVIII predominaba la idea de que el poder se justificaba de manera natural, o apelando a instancias religiosas; por tanto, los seres humanos vivían en sociedades ordenadas y reguladas conforme a ciertas reglas que excedían su capacidad de decisión. Así, el rey lo era por gracia de Dios o los esclavos lo eran por naturaleza.

Empirismo: El Conocimiento a Través de la Experiencia

El empirismo es una teoría filosófica según la cual el origen y los límites del conocimiento son la experiencia y, en último término, la percepción. Llamamos empirista a toda teoría filosófica que considera los sentidos como las facultades cognoscitivas adecuadas para la adquisición del conocimiento. A lo largo de la historia se han dado muchas formas de empirismo, radicales y moderadas (filosofía aristotélica y atomismo, Guillermo de Ockham, empirismo clásico y neopositivismo). Utilizamos el término «empirismo» para referirnos al empirismo clásico o inglés, como movimiento filosófico caracterizado por:

  1. Los autores más importantes nacieron en Gran Bretaña, entre los siglos XVII y XVIII, y sus representantes más destacados son John Locke, George Berkeley y David Hume, a quien se considera su máximo representante.
  2. El objeto del conocimiento son las ideas, no el mundo exterior.
  3. El origen del conocimiento está en los sentidos.
  4. Rechaza las ideas innatas.
  5. La experiencia es el criterio de validez y el límite del conocimiento; la experiencia interna es la percepción de la propia vida anímica; la experiencia externa es la percepción de los objetos físicos.
  6. Niega la intuición intelectual, aceptando solo la intuición empírica, la sensible.
  7. Acepta la deducción solo para la lógica y las matemáticas, y cree que para el conocimiento del mundo solo es adecuada la inducción.
  8. Toma como modelo de ciencia: la ciencia natural.
  9. Da explicaciones psicologistas: reduce los distintos ámbitos de objetividad a mecanismos, procesos y actividades psicológicas.
  10. Apoya los ideales éticos y políticos de la Ilustración.

El Contractualismo según Hobbes, Rousseau y Locke

Hobbes: El Estado de Naturaleza y el Contrato Social Absolutista

Estado de naturaleza: Hobbes tiene una concepción pesimista del hombre. En el estado de naturaleza, los hombres son iguales ya que todos comparten una tendencia hacia la violencia y el cálculo proyectado a la obtención de beneficios ajenos. Los hombres para Hobbes son malos, antisociales e inmorales, ya que no repararán en matar o robar al prójimo (el hombre es un lobo para sí mismo). Todos tienen derecho a todo, por lo que se rigen por la ley del más fuerte, guerra de todos contra todos. Lo que al hombre le interesa es la conservación de su propia vida.

Contrato social: Lo realizan los individuos entre sí, nombrando a un gobernante o a una asamblea a la que ceden todos sus derechos. Para Hobbes, este poder superior del estado tiene que ser civil. El soberano no forma parte del contrato. De este contrato solo nacen obligaciones de los súbditos hacia el soberano y no al revés. Del contrato surge un estado todopoderoso en la tierra, un dios mortal que aterrorice a los ciudadanos. El soberano de Hobbes es absoluto y tiene el deber de garantizar la paz y la seguridad a los ciudadanos.

Gobierno resultante: Es un gobierno absolutista en el que todos los poderes se concentran en un solo titular. La libertad del individuo se sacrifica en aras de la paz del estado.

Rousseau: El Contrato Social y la Voluntad General

Estado de naturaleza: Para Rousseau, los hombres son libres, iguales, asociales y amorales, y viven felices.

Contrato social: Es un pacto entre los individuos y la comunidad y tiene como objetivo transformar los derechos naturales en derechos civiles y expresar y asegurar la voluntad general. Para construir los verdaderos lazos de la comunidad, es preciso la existencia de los buenos sentimientos de los hombres (amor familiar, amistad…). Para Rousseau, el estado tiene la obligación de garantizar la libertad, promover una equitativa distribución de las riquezas y crear un sistema educativo que desarrolle en los niños un sentimiento de amor por la colectividad. El contrato genera un cuerpo moral formado por todos los ciudadanos. La voluntad común es la suma de las voluntades individuales.

Gobierno resultante: Defiende como forma de gobierno una democracia, por lo que el pueblo es el soberano. Defiende también la libertad individual. La soberanía, como poder unitario del pueblo sobre cada uno de sus miembros, es indivisible, absoluta e infalible. El gobierno no es más que un simple encargado de utilizar los medios necesarios para hacer cumplir la voluntad del soberano.

Locke: El Estado de Naturaleza, el Contrato Social y el Liberalismo

Estado de naturaleza: Para Locke, todos los hombres son libres, iguales e independientes y tienen derecho a conservar su vida, su libertad y sus bienes. Al ser los hombres los intérpretes de la ley natural para sus asuntos propios, se pueden ocasionar desajustes por los que el estado de naturaleza deje de ser un estado de «ayuda mutua». Para evitarlo, los hombres abandonan el estado de naturaleza y acuerdan vivir en sociedad. Invención del dinero, algo que no se estropea y se puede canjear por bienes.

Contrato social: Se realiza entre individuos y gobernantes y tiene como fin satisfacer eficazmente los derechos naturales (la salvaguardia de las propiedades es el motivo que impulsa a los hombres a unirse en comunidad) que ya existían en el estado de naturaleza. El hombre entrega una parte de sus derechos al estado en función de los beneficios que espera obtener. El gobierno desempeñará su tarea para lograr el bien de los individuos. Si vulnera esa misión, la comunidad puede disolver el gobierno. El gobierno debe regirse por la ley natural y obedecerla.

Gobierno resultante: Defiende como forma de gobierno el liberalismo, que es compatible con varias formas de gobierno. Defiende una monarquía parlamentaria. Establece la división de poderes.

Racionalismo: La Razón como Fundamento del Conocimiento

El racionalismo es un movimiento filosófico desarrollado en Europa continental durante los siglos XVII y XVIII, caracterizado por la primacía que dieron a la razón en la fundamentación del conocimiento, la fascinación por las matemáticas y la defensa de la existencia de las ideas innatas y la intuición intelectual. Llamamos racionalista a toda posición filosófica en la que prima el uso de la razón. Es racionalista todo aquel que cree que el fundamento, el principio supremo, es la razón. Cabe ser racionalista en relación con un género de cuestiones, y no serlo con otro. El término «racionalismo» se usa comúnmente en la historia de la filosofía para designar una cierta forma de fundamentar el conocimiento en la que valoraron más la razón que los sentidos (Parménides, Platón y Descartes). El racionalismo se opone al empirismo, que en esta misma época tiene éxito en Gran Bretaña.

Características:

  1. La tesis de que todos nuestros conocimientos acerca de la realidad proceden de la razón.
  2. El conocimiento puede ser construido deductivamente a partir de unos primeros principios.
  3. Los primeros principios del conocimiento se encuentran ya en el entendimiento: el innatismo de las ideas.
  4. Consideración de las matemáticas como ciencia ideal.
  5. Reivindicación del argumento ontológico para la demostración de la existencia de Dios.
  6. Apreciación optimista del poder de la razón; esta no tiene límites y puede alcanzar a todo lo real.

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