Cosmología en Platón
En primer lugar, la teoría de las ideas ofrece una respuesta satisfactoria al viejo y arrinconado problema de la naturaleza, cuyas últimas soluciones fueron la de los cronistas. Estas soluciones se basaban en la premisa de que el cosmos provenía del caos, lo que imposibilitaba un conocimiento racional de la naturaleza. Las realidades del mundo físico solo deben su consistencia a que imitan o participan del mundo de las ideas; el mundo sensible no es sino un reflejo de la verdadera realidad. Para explicar el mundo físico, se acude al metafísico. Pero, ¿cómo explicar esto último? Sobre las ideas se podían plantear los mismos interrogantes que sobre las cosas, pero la cuestión quedaría resuelta.
Antropología en Platón
El hombre está inmerso en el mundo físico, al cual pertenece su cuerpo, mientras que el alma racional pertenece al mundo de las ideas, a cuya contemplación está destinada y aspira por su propia naturaleza. El hombre está compuesto de dos principios heterogéneos y antagónicos: el cuerpo y el alma. El cuerpo es un principio material, mientras que el alma es superior al cuerpo, es simple e inmortal. El compuesto de ambos principios lo es según la unión morganática y absoluta accidentalidad. El cuerpo es una cárcel para el alma. Para Platón, el hombre es solo su alma. El hombre es realmente hombre cuando sale del cuerpo y se va al mundo de las ideas.
Gnoseología en Platón
Se distinguen en los hombres dos fuentes de conocimiento:
- Los sentidos, materiales, que tienen por objeto conocer el mundo físico, material. Se trata de la opinión o conocimiento de la apariencia (doxa).
- La razón, facultad cognoscitiva del alma, que tiene por objeto conocer el mundo de las ideas. Se trata de la ciencia, conocimiento racional de las ideas (episteme).
Doxa
- Grado inferior: corresponde a la conjetura (eikasia) o conocimiento de objetos de experiencia de los que no tenemos percepción original.
- Grado superior: creencia, conocimiento de objetos directamente percibidos.
Episteme
- Rango inferior: conocimiento o razonamiento de objetos matemáticos.
- Rango superior: contemplación intelectual o intuición racional de las ideas.
El proceso por el cual la conciencia se eleva de un conocimiento menos perfecto a uno más perfecto es la dialéctica, pero solo la muerte nos proporciona el acceso a este grado. Si el alma puede conocer las ideas, se debe a que las contempló en una existencia previa a su incorporación a la materia. Los objetos evocan en el alma su recuerdo, de modo que las conoce. Conocer = recordar.
Ética en Platón
La moral es la conducta para alcanzar el bien y, por tanto, la felicidad. Para que el saber sea posible, el ser humano debe tener un equilibrio en su alma, y esto se alcanza haciendo que cada parte del alma desempeñe la función que le corresponde: ejercitando su razón en la verdad (virtud de la prudencia), proponiendo fines buenos a la voluntad que los ejecuta con entusiasmo y coraje (virtud-fortaleza) e imponiendo los límites que la moderación acata (templanza).
- La dimensión racional aspira al conocimiento de la verdad.
- La fuerza volitiva es la realización de proyectos y fines.
- La dimensión tendencial o apetitiva satisface las necesidades biológicas.
Cuando en el hombre se da la conjunción de las tres virtudes, el alma consigue la justicia.
Política en Platón
Para Platón, el Estado no es más que la imagen ampliada del alma humana. A las capacidades (apetito, volición y razón) le corresponden tres funciones: económica, defensiva y legislativa, encarnadas en tres clases sociales:
- Trabajadores (virtud): moderación (templanza).
- Guerreros (virtud): coraje (fortaleza).
- Gobernantes (virtud): sabiduría.
Textos de Santo Tomás
1. La Evidencia de Dios
«La evidencia, efectos«: Dios no es evidente para sí mismo, aunque el pensamiento de Dios sí que lo sea. El concepto de Dios no es evidente para nosotros, ya que los seres humanos no lo podemos abarcar. Para poder comprenderlo, debemos acercarnos a las cosas pequeñas para aprender de su existencia. En conclusión, la existencia de Dios no es evidente.
2. Tipos de Demostración de la Existencia de Dios
«Toda demostración, encontramos«: distingue dos tipos de demostración de la existencia de Dios: la de la causa por el efecto y la del efecto a la causa. Sin embargo, en el caso de Dios, se rechaza la demostración del efecto a la causa. Según Santo Tomás, puesto que la existencia en los efectos pertenece a la explicación de la existencia de Dios, estos gestos son aquellos que no pueden explicarse sin la existencia, sin saber que existe por sí mismo.
3. Deducción del Movimiento
«La existencia, Dios«: se deduce del movimiento. En cambio, en general, la idealidad exige que exista algo inmóvil e inmutable para la potencia del acto. Todo movimiento necesita algo que incentive ese cambio, ya que por sí solo no puede. El movimiento no es infinito; no ve todo lo demás, pero él mismo no es movido por otro. Nada se mueve por sí mismo. El motor inmóvil de Dios es la perfección absoluta.
4. Jerarquía de Valores
«La cuarta se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas. Nos encontramos que la bondad… de cualquier otra perfección le llamamos Dios«: todo lo que sucede tiene una causa, absolutamente. En el mundo físico, todo pertenece a una cadena de causas, «series de causas eficientes». Si una cosa es causa de sí misma, sería causa-efecto a la vez. En este mundo no hay nada que sea causa de sí mismo. Sin embargo, ante el proceso de causas, debe detenerse en una causa que existe por sí misma, es decir, la primera causa, una cosa que no está causada por nadie: Dios.
5. Ordenamiento de las Cosas
«La quinta se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no tienen conocimiento, por lo tanto, hay alguien inteligente por quien todas las cosas son dirigidas al fin. Le llamamos Dios«: todos los seres son contingentes; existen, pero no existían anteriormente. Todo lo que cae en nuestra conciencia es contingente (lo que tiene la potencia de dejar de existir). Sin embargo, debe existir o subsistir, no puede no existir, ya que lo contingente obliga a que exista un ser subsistente, ya que es imposible que todo proceda de la nada.