11- CRITERIOS DE VERDAD Se llama “criterios de verdad” a aquellas pautas o reglas que nos permiten distinguir la verdad o falsedad de un enunciado y nos proporcionan un estado de seguridad plena acerca del mismo. Veamos algunos de ellos:
*La autoridad. Se acepta una afirmación como verdadera por proceder de alguien a quien se concede crédito por su conocimiento en una materia, de alguien en quien confiamos. *La tradición. Se toma por verdadero aquello que recibimos de las generaciones anteriores y que a lo largo del tiempo se acepta como verdadero. *La evidencia. Es el criterio que se basa en pruebas objetivas, comprobaciones de modo intersubjetivo, tanto si son racionales- demostraciones en lógica y en matemáticas, por ejemplo- como si son empíricas- comprobaciones experimentales-. En principio, se considera evidente, y por ello verdadero, lo que se nos presenta como indiscutible, con claridad y distinción, lo que se nos desvela sin necesidad de mediación alguna.
12-Teorías FILOSÓFICAS DE LA VERDAD
·La verdad como correspondencia sostiene que una afirmación es verdadera cuando lo que dice corresponde con la realidad. Cuando hablamos creemos crear un vínculo entre nuestras palabras y la realidad. Éste no es existente ya que es válida la posibilidad de de denominar un concepto de la realidad con otras palabras. Entonces, concluimos que las palabras nos sirven para denominar la realidad pero no lo son. Éste criterio de verdad fue establecido por Aristóteles y más adelante, fue adoptado por los filósofos medievales. Con el tiempo, la definición de verdad basada en este criterio se hizo famosa: “la verdad es la adecuación entre en entretenimiento y las cosas”.
Es, por así decirlo, la teoría clásica sobre la verdad, que estuvo vigente en la Antigüedad y la Edad Media. La formulación clásica de esta teoría se debe a Aristóteles: “Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, eso es falso; decir de lo que es que es y de lo que no es que no es, es verdadero.” Hay, pues, verdad cuando existe concordancia entre lo que se dice de algo y lo que ese algo es. La relación entre los elementos que permiten el acceso a la verdad se interpreta como correspondencia o adecuación entre lo conocido por el sujeto y el objeto. Pero esa correspondencia no puede ser material, porque los objetos no entran en nosotros cuando son conocidos, sino que ha de tratarse de una correspondencia formal entre la representación o concepto que tenemos del objeto y el objeto mismo. Por eso, Tomás de Aquino (1225-1274) definía la verdad como una “adecuación entre el entendimiento y la cosa” (Veritas est adaequatio intellectus et reí).·La verdad como identidad sostiene que la verdad es aquello que no podemos pensar de otra manera, de lo que estamos obligados a pensar. Dice que la verdad no se encuentra en los sentidos ni la imaginación, sino en la razón. Este criterio es el que sostiene Descartes quien se cuestiónó sobre la validez del mundo y de los sueños. Entonces éste concluyó que para ser engañado ha de existir, por lo que percibíó que la siguiente proposición: «pienso, existo», que ha de ser cierta, al menos mientras está pensando. En consecuencia, se considera a René Descartes el principal teórico del Racionalismo que pretende llegar a la verdad a través de la razón.
·La verdad como coherencia defiende que una afirmación es verdadera cuando no es contradictoria y encaja con otras verdades. Esta teoría fue formulada por Hegel. Aquí el criterio de verdad es la coherencia lógica de la proposición, cuya verdad depende de su posible incorporación a un contexto, dentro del cual cada miembro remite a los demás, cobrando así un determinado sentido. Por eso Hegel afirma que, “lo verdadero es el todo”, es decir, no existe ninguna verdad aislada, sino que cada proposición siempre forma para de un conjunto más amplio, un sistema, dotado de coherencia lógica interna y no contradictorio. Pero, además, Hegel sostiene que la verdad no se da nunca de una vez por todas, ni es definitiva, sino que es, ante todo, resultado de un proceso, es decir, la verdad se va conociendo paulatinamente, a medida que se despliega ante nosotros; se trata, por tanto, de una verdad en devenir, que cambia constantemente.
·La verdad por consenso, defendida por Jürgen Habermas y Karl-Otto Apel, destaca la necesidad del diálogo como marco para ir descubriendo cooperativamente la verdad de las proposiciones. En el diálogo, cada sujeto expone las razones por las que cree que su postura es la verdadera, hasta llegar a un consenso en torno a lo que todos acuerdan aceptar por verdadero. De hecho, así funcionan las comunidades científicas cuando buscan conjuntamente la verdad. Y como el consenso no es un criterio de verdad, porque los interlocutores pueden equivocarse o carecer de información relevante, las verdades no son nunca absolutas, sino siempre revisables.
·La verdad pragmática introduce en su teoría de la verdad la dimensión práctica, al considerar la utilidad de los enunciados para resolver los problemas vitales. Su representante más destacado es el filósofo norteamericano William James. Según éste, un enunciado es verdadero, si funciona como un instrumento útil y eficaz para resolver problemas y satisfacer necesidades. Entonces, una idea se hace verdadera, si la acción va mostrando su utilidad o eficacia. También K. Marx (1812-1883) afirmó que “es en la práctica donde el hombre debe probar la verdad, es decir, la realidad y el poder de su pensamiento”.
·La verdad de la evidencia
13- ACTITUDES FILÓSOFICAS ENTORNO A LA VERDAD
¿Somos lo humanos capaces de llegar a la verdad?
-El dogmatismo cree que es posible conocer la realidad con toda la seguridad. Un dogma es un principio cierto sobre el cuál se puede construir el conocimiento. Los partidarios del dogmatismo afirman que hay algunos principios elementales que podemos afirmar con toda seguridad y que pueden servir de base sólida para el saber. Algunos filósofos dogmáticos, en este sentido, son Descartes, Leibniz y Wolff.
-El escepticismo es una teoría extremadamente pesimista respecto de la posibilidad de alcanzar el conocimiento. Fue defendida por Pirrón de Elis, Sexto Empírico, Michel de Montaigne y David Hume. Para estos pensadores, no es posible conocer nada con absoluta certeza, ni mediante la razón (que muchas veces se equivoca), ni mediante los sentidos (que nos engañan constantemente); de manera que toda afirmación humana es siempre convencional, y la única posición que puede adoptar el sabio en torno al conocimiento es la suspensión del juicio, es decir, no pronunciarse definitivamente acerca de la verdad o falsedad de nada; solo así podrá alcanzar el objetivo más importante de la vida: la tranquilidad del ánimo. Según ellos, todos nos podemos equivocar porque todas las cosas son inciertas.
-El relativismo a veces se confunde con el escepticismo, aunque se trata de planteamientos diferentes, porque el escepticismo mantiene que no es posible alcanzar ningún conocimiento, mientras que el relativismo afirma que sí es posible alcanzar cierto conocimiento, pero nunca absoluto, ni objetivo, sino tan solo relativo al sujeto individual; de manera que hay tantos conocimientos posibles como individuos particulares existen. El relativismo fue sostenido en la Antigüedad clásica por la Escuela de los Sofistas, en la que destacó Protágoras. Para Protágoras, “el hombre es la medida de todas las cosas”, y por eso, considera que todo conocimiento es relativo al hombre y está limitado por las posibilidades de éste. Las cosas son tal y como le parecen a cada sujeto, por lo que no hay ningún conocimiento absolutamente verdadero, sino simplemente, una multitud de opiniones relativas, toda las cuales poseen un valor parecido, sin que exista ningún criterio para decidir cuál es la correcta. Hay veces que es necesario poner un límite al relativismo puesto a que no todas las opiniones merecen nuestra consideración. De acuerdo con este punto de vista, la manera de vivir de los demás tan solo es válida cuando respetan los derechos humanos. Para muchos pensadores, aquello que podemos aceptar moralmente viene definido por el respeto a los derechos humanos.
-El subjetivismo afirma que aquello que a una persona le parece verdadero o falso depende únicamente de los factores individuales.
-El perspectivismo es la postura filosófica que sostiene que el acceso del ser humano al mundo a través de la percepción, la experiencia y la razón, es posible solamente por la vía de la propia perspectiva e interpretación. Por este motivo, la verdad presenta un aspecto variable según el momento, las personas y el tiempo. El filósofo español José Ortega y Gasset defendía que tan solo es posible llegar a la verdad des de nuestra circunstancia peculiar (momento, lugar…)
-La hermenéÚtica está centrada en la interpretación de los textos. Ésta fue principalmente representada por el alemán Hans-Georg Gadamer quien creía que el significado que atribuimos a aquello que leemos está condicionado por nuestra manera peculiar de ver el mundo, por eso que ya creemos o sabemos sobre el autor y por lo que las otras personas han comentado o sugerido antes sobre el texto. En general, siempre que nos acercamos a un texto lo hacemos a partir de un prejuicio determinado, nunca nos podemos acercar de una manera neutra. Por lo tanto, los prejuicios orientan nuestra manera de entender una obra y son inevitables. Esto condiciona a no poder determinar el verdadero significado de la obra. En vez de buscar la verdad exacta de lo que nos quiere decir el fragmento, nos deberíamos centrar en elaborar interpretaciones sensatas y significativas que iluminen los aspectos de la obra que puedan tener un sentido para nosotros, teniendo en cuenta nuestro punto de vista social, cultural y personal.
14- EL CONOCIMIENTO EN LA Grecia ANTIGUA La gnoseología es la rama de la filosofía que se pregunta sobre el conocimiento.
·Platón: Platón diferenciaba la opinión (“doxa”) del saber verdadero (“episteme”). Entonces, el creía que está distinción era de gran importancia puesto que el saber verdadero es aquel auténticamente fiable. En cambio, las opiniones pueden cambiar y variar. Para poder distinguir estos conceptos, Platón explicó que nuestro conocimiento se puede dividir en dos partes. La primera corresponde a al conocimiento sensible, que se capta con los sentidos y crea la opinión. La segunda parte, en cambio,
representa el conocimiento inteligible mediante al cual se llega a través de la razón. Éste es el único que constituye un saber auténtico y valioso del que somos capaces de justificarlo adecuadamente. Platón denominaba reminiscencia al proceso por el cual podemos llegar a las ideas con la ayuda del diálogo filosófico.
·Aristóteles: según éste la verdad estaba constituida por los seres del mundo sensible que podemos percibir. Por este motivo, se mostraba contrario respeto a la teoría de su maestro Platón, ya que no creía en la existencia de un mundo inteligible de esencias puras e independientes. Por lo tanto, Aristóteles concluyó que el conocimiento verdaderamente valioso consiste en conocer aquello universal y no particular. La abstracción consiste en designar una carácterística común, un universal. Para Artistóteles esta consiste en depurar las sensaciones procedentes de los sentidos y abstraer imágenes, de las cuales el entendimiento agente quitara lo particular para llegar a un concepto universal. Ésta se trata de un proceso de abstracción inductiva puesto a que se extrae la forma compartida mediante la comparación de una serie de individuos particulares, a partir de los cuales se puede obtener un conocimiento universal por generalización. Según esta teoría, nuestra mente construye los conceptos abstraiéndolos de la experiencia, es decir, a partir de la percepción sensible de varios objetos concretos, la mente conoce el concepto abstracto, prescindiendo de lo que les diferencia, y extrayendo sus rasgos comunes (por ejemplo: observando varias figuras geométricas parecidas, abstraemos el concepto «triángulo»; y al comparar triángulos, círculos, etc. Abstraemos el concepto «figura»).