Crítica de la razón pura: La revolución copernicana de Kant

Introducción

Tanto Descartes como Hume trataron de averiguar qué podía conocer el ser humano y de qué manera, mientras que Kant piensa que el ser humano conoce y se conoce a sí mismo, por lo que en su obra Crítica de la razón pura pretende esquematizar y ordenar el conocimiento teórico. Para comprender a Kant hay que distinguir entre dos condiciones:

  • Empíricas: particulares, fácticas, pueden ser alteradas.
  • A priori/Trascendentales: generales, necesarias y no dependen de la experiencia.

En su obra, Kant trata de desenvolver las siguientes cuestiones:

  1. Determinar si es posible un conocimiento a priori.
  2. Desarrollar una nueva teoría del conocimiento.
  3. Determinar qué es ciencia y qué disciplinas son ciencia.
  4. Validez y uso de la metafísica.

Kant parte de la metafísica, que considera que no ha encontrado el camino seguro de la ciencia, por lo cual no es una ciencia. Para Kant (al igual que para Aristóteles) la ciencia es un conocimiento universal y necesario que Kant llama a priori. Kant cree que las matemáticas y la física son ciencias, mientras que la metafísica no, porque las diferentes corrientes filosóficas no han sido capaces de unificar un método, razón por la que Kant cree necesaria una revolución análoga que intente poner a la metafísica en el camino seguro de la ciencia.

La revolución copernicana

La revolución copernicana consiste en transformar el conocimiento de manera que, en vez de ser el sujeto el que se someta a los objetos, sea al revés: el sujeto parte activa que determina el objeto. Esto implica que en el sujeto sea donde se encuentren aquellas condiciones a priori que permiten conocer los objetos. Este es un método trascendental que expone el conocimiento a través de juicios (un juicio es un enunciado que se compone de un concepto sujeto y un predicado, unidos mediante una cópula) y estos juicios pueden ser:

Según su extensión:

  • Analíticos: explicativos, no aumentan nuestro conocimiento, la información del predicado ya está en el sujeto.
  • Sintéticos: extensivos, aumentan el conocimiento, la información del predicado añade información al sujeto.

Por el modo en el que es posible conocer la verdad:

  • A priori: independientes de la experiencia, universales y necesarios.
  • A posteriori: dependen de la experiencia para conocer la verdad, son particulares.

Los juicios propios de la ciencia son los sintéticos a priori. Kant establece así una síntesis entre racionalismo (analítico-a priori) y empirismo (sintético-a posteriori). Finalmente, para ver dónde son posibles este tipo de juicios, Kant recurre a la razón, una razón crítica consigo misma.

Fuentes de conocimiento: Entendimiento y sensibilidad

Por otro lado, el hombre posee dos fuentes de conocimiento: el entendimiento y la sensibilidad (dependientes). A partir de esto, Kant establece como finalidad de la Crítica de la razón pura determinar qué es ciencia y qué no es ciencia, por lo que divide en estética (sensibilidad) y lógica (entendimiento y razón).

La estética trascendental

Se ocupa de la sensibilidad, que es la capacidad para percibir objetos, que se basa en dos condiciones puras a priori: el espacio y el tiempo (condiciones necesarias y generales). Estas son dos intuiciones puras (que forman parte del conocimiento sensible) y carecen de contenido empírico. Todo cuanto se percibe en un espacio y tiempo específico es un fenómeno y solo hay ciencia sobre los fenómenos. Así, Kant estudia el carácter científico de las matemáticas (ya que en ella son posibles los juicios sintéticos a priori): el tiempo determina la aritmética y el espacio la geometría.

La lógica trascendental

Se ocupa del entendimiento, cuya función es comprender los fenómenos mediante complicados análisis. Esta función se realiza mediante conceptos, que pueden ser empíricos (el concepto de una cosa percibida) o puros (procedentes de los datos de los sentidos y son aquellos que nos permiten comprender; estos son a priori, no proceden de la experiencia). La función principal del entendimiento es formular juicios. Para esto, Kant recurrió a la lógica. Estos juicios pueden ser de muchas formas (cantidad, universales, particulares, singulares, afirmativos, negativos, categóricos, hipotéticos…). Para Kant, los conceptos puros son condiciones trascendentales de nuestro conocimiento de los fenómenos. Además, estos son vacíos, por lo que han de llenarse con datos del conocimiento sensible. El comprender hace posible el carácter científico de la física (juicios sintéticos a priori).

La dialéctica trascendental

Finalmente, la metafísica es el conocimiento de realidades que están más allá de la experiencia. Esto es algo imposible, ya que las categorías solo pueden aplicarse a los fenómenos (si no se aplican a fenómenos = errores o ilusiones). La función de la dialéctica es mostrar esos errores. En la dialéctica trascendental se estudia la razón, que es la facultad suprema que encierra el conocimiento en una unidad, sobrepasa los conceptos llegando a las ideas, que son tres: Yo, Mundo y Dios. La metafísica no es una ciencia, ya que la razón trabaja con ideas y no con conceptos, por lo tanto, en ella no son posibles juicios a priori y sintéticos. La función de la razón es buscar leyes cada vez más generales, capaces de explicar un mayor número de fenómenos: los fenómenos físicos y psíquicos (explican por teorías metafísicas).

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