El problema de la metafísica y el proyecto kantiano
El problema central que abordó Immanuel Kant en su obra Crítica de la razón pura fue el de la posibilidad de la metafísica, es decir, la aclaración de cómo el ser humano puede ser ciudadano de dos reinos: el sensible y el inteligible. La filosofía kantiana es una filosofía de la razón, tanto en su aspecto teórico como en su dimensión práctica. Su proyecto consiste en establecer los principios y límites del conocimiento científico de la naturaleza, descubrir los principios de la acción y las condiciones de la libertad, y delinear el destino último del ser humano.
Realismo vs. Idealismo trascendental
El realismo es la teoría que sostiene que en el acto de conocer lo determinante es el objeto, es decir, que cuando se conoce, quien tiene la primera y última palabra no es el sujeto, sino la cosa misma. Según el realismo, el conocer es una actitud puramente contemplativa y teórica: el sujeto cognoscente no hace más que contemplar el espectáculo que la realidad le ofrece.
Kant, por otro lado, propone el idealismo trascendental, que sostiene que el conocimiento no es una mera recepción pasiva de datos sensoriales, sino que implica una participación activa del sujeto. Para Kant, el sujeto no solo recibe información del mundo externo, sino que también la estructura y la organiza a través de las formas a priori de la sensibilidad (espacio y tiempo) y las categorías del entendimiento.
Juicios analíticos vs. Juicios sintéticos
Kant distingue entre dos tipos de juicios:
- Juicios analíticos: En estos juicios, el predicado está incluido ya, implícitamente, en el concepto del sujeto. Por lo tanto, no tenemos más que analizar o descomponer el concepto sujeto para encontrar en él el predicado. Son juicios cuya verdad se puede estar seguro con toda certeza sin más que recurrir a los principios lógicos de identidad y contradicción.
- Juicios sintéticos: Estos juicios amplían el conocimiento porque dicen algo que antes, con el concepto de sujeto solo, ignorábamos. Resultan más eficientes que los analíticos, pero son juicios a posteriori, es decir, que dependen de la experiencia.
Juicios sintéticos a priori
La gran innovación de Kant fue la introducción del concepto de juicios sintéticos a priori. Estos juicios no pueden estar fundados en los principios de identidad y contradicción, ya que no hay identidad alguna entre sujeto y predicado. Y su fundamento tampoco puede estar en la experiencia, porque se trata de juicios a priori, independientes de la experiencia. Los juicios de la metafísica, por ejemplo, los juicios sobre Dios, tendrán que ser juicios a priori, dado que la metafísica pretende conocer lo que rebasa la experiencia. Además, tendrán que ser juicios sintéticos, ya que no se trata en ella de analizar solamente y explicar así analíticamente los conceptos que nos hacemos a priori, sino que queremos ampliar nuestro conocimiento a priori.
El ser humano como ser autónomo
Para Kant, el ser humano es un ser autónomo que expresa su autonomía a través de la razón y la libertad. Además, el ser humano es concebido como un ser dotado de razón, capaz de conocer la realidad por dicha capacidad, un ser emancipado de un ser superior, libre de las ataduras de la ignorancia.
Conciencia moral y el deber
Para Kant, la conciencia moral significa algo así como la presencia de lo absoluto o de algo absoluto en el ser humano. Interesa solo la conciencia moral misma, simplemente el hecho de que todos hacemos discriminaciones de orden ético. En la conciencia moral se da un contacto con algo absoluto porque la conciencia moral es la conciencia del deber, la que manda de modo absoluto.
Lógica trascendental: Formas del pensar
La lógica trascendental, por ser lógica, se ocupará del pensar y, por ser trascendental, se encargará de las condiciones de posibilidad del pensar, con el pensar a priori. Kant distingue entre dos tipos de representaciones:
- Intuiciones: Dan un conocimiento inmediato y se refieren a un objeto único, individual.
- Conceptos: Representaciones que proporcionan un conocimiento mediato, indirecto, y que se refieren a lo que es común a diferentes objetos.
A su vez, las intuiciones pueden ser empíricas (sensaciones o impresiones) o puras (libres de todo elemento que pertenezca a la sensación). Las intuiciones puras son dos: el espacio y el tiempo. Los conceptos puros pueden ser del entendimiento (unidad, pluralidad, causalidad, etc.) o de la razón (ideas: alma, mundo y Dios).
Estética trascendental: Espacio y tiempo
La estética trascendental se ocupa de las formas a priori de la sensibilidad: el espacio y el tiempo. Kant argumenta que el espacio y el tiempo no son propiedades de las cosas en sí mismas, sino formas de nuestra intuición. Son como lentes a través de los cuales percibimos el mundo.
Argumentos de la exposición metafísica del espacio
- El espacio no es algo derivado de la experiencia, sino que es independiente de ella. El espacio no supone la experiencia, sino que la experiencia supone el espacio como condición suya, es decir, el espacio es a priori.
- No podemos nunca representarnos que no haya espacio, aunque podemos pensar muy bien que no se encuentren en él objetos algunos. Esto muestra claramente que el espacio es condición de los objetos, y no los objetos condición del espacio. El espacio es a priori, condición de posibilidad de los fenómenos.
- Hay un solo espacio, no muchos. Cuando una representación se refiere a un objeto único, la llamamos intuición; por tanto, el espacio es una intuición.
- Ningún concepto contiene sus ejemplares en sí, sino bajo sí. Pero el espacio contiene en sí, como limitaciones suyas, los diversos espacios. Por tanto, es una intuición.
Kant afirma que el espacio y el tiempo tienen realidad empírica e idealidad trascendental. Realidad empírica significa que el espacio y el tiempo son válidos para todos los objetos que intuimos en la experiencia, contribuyen a constituir la objetividad de las cosas. Idealidad trascendental significa que el espacio y el tiempo no son propiedades de las cosas en sí mismas, sino formas de nuestra intuición.
Lógica trascendental: Categorías del entendimiento
La lógica trascendental se ocupa de las formas a priori del entendimiento, es decir, las categorías. Las categorías son conceptos puros que nos permiten pensar la realidad. Kant distingue doce categorías, que se agrupan en cuatro grupos: cantidad, cualidad, relación y modalidad.
Deducción metafísica de las categorías
El estudio de las categorías plantea dos problemas, por lo que se distinguen dos deducciones: la metafísica, que enseña cuántas y cuáles son las categorías, y la trascendental, que se ocupa del problema de cómo, si las categorías son formas del pensar y en tal sentido subjetivas, tienen sin embargo validez objetiva, es decir, valen para todo conocimiento de objetos.
La deducción metafísica de las categorías se basa en la idea de que el entendimiento es una facultad de conocer mediante conceptos, y que conocer mediante conceptos quiere decir juzgar, realizar juicios. Por tanto, todos los actos del entendimiento se reducen a juzgar. El juzgar consiste en enlazar representaciones; en todo juicio hay un enlace entre una representación que aparece como sujeto y otra que aparece como predicado. Pensar es ya un acto de síntesis o enlace de representaciones. Los diferentes modos en que el juicio enlaza las representaciones constituyen las formas del juicio, tal como las establece la lógica formal.
Apercepción trascendental: La unidad del conocimiento
El conocimiento consiste en un conjunto o sistema de representaciones que llamamos juicios. Estos son operaciones o actos de una conciencia, de un yo pienso unitario. El espíritu no solo posee sensibilidad, posee entendimiento y la posibilidad de referir sus juicios a un yo único. Para que haya conocimiento, hay que enlazar la diversidad, operar una especie de combinación entre diversidad y unidad. Tal síntesis la llama Kant apercepción trascendental.
La apercepción trascendental es la condición de posibilidad del conocimiento. Es la unidad sintética de la conciencia que hace posible que las diferentes representaciones se unan en un solo conocimiento. Sin la apercepción trascendental, el conocimiento sería un caos de impresiones sin sentido.
Conclusión
La Crítica de la razón pura de Kant es una obra fundamental en la historia de la filosofía. En ella, Kant establece los límites del conocimiento humano y sienta las bases para una nueva forma de entender la metafísica. Su filosofía ha tenido una profunda influencia en el pensamiento occidental y sigue siendo objeto de estudio y debate en la actualidad.