Crítica de Nietzsche a la Cultura Occidental: Moral, Religión y Pensamiento

Crítica de Nietzsche a la Cultura Occidental

Moral

Nietzsche consideraba la moral de su tiempo como antinatural, llena de normas y basada en el platonismo, donde el mundo de las ideas (+ allá) sirve al hombre para evadirse de la realidad y poner su atención en el más allá. Critica una moral donde algo fuera del mundo dirige a los hombres, en este tipo de moral prevalecen la compasión y la humildad (valores de esclavos).

Ante esto, Nietzsche propone la vida como lo único real; la moral es ficción, falsedad. Establece dos tipos de moral:

  • La moral de los señores
  • La moral de los esclavos

Estas se inician con los movimientos liberales que se extienden por el siglo XIX. La moral de los esclavos es una moral pasiva que llega del cristianismo y del judaismo, donde prevalecen valores como la compasión y la misericordia; esta es una moral de débiles frente a los fuertes, y esta moral va a terminar en los movimientos liberales de ese siglo. Con la decadencia de la moral cristiana, pondremos en su lugar al superhombre, libre de toda servidumbre religiosa, de todo dogmatismo católico.

Religión

Toda religión nace de la impotencia que siente el hombre de sí mismo y, por lo tanto, ninguna religión contiene la verdad. El cristianismo ha invertido los valores de vida de la antigua Grecia y Roma y ha desvalorizado el mundo terreno, pues desvaloriza los instintos, impone valores de rebaño y habla de pecado, atentado contra la vida para Nietzsche. Su crítica tiene como precedentes la Ilustración y Feuerbach. La moral cristiana le parece vulgar y esta cualidad le viene de Dios, que es el gran obstáculo contra la vida y por eso hay que matar a Dios. Nietzsche llega al convencimiento de que Dios es quien impide al hombre ser superhombre, y por tanto, para poder llegar a ser superhombre, Dios ha de morir; esto significa el derrumbe de los pilares que sostenían la tradición, cultura e historia de Occidente. Encuentra sus raíces «de la muerte» en el antropocentrismo «renacimiento», en la razón como fundamento de todo, en la Ilustración donde se habla del poder del pueblo y en el positivismo donde la ciencia es lo más importante. Por tanto, no hay lugar para Dios en la cultura moderna. Hay que aclarar que este Dios es el fruto de la metafísica de Platón y de la religión y no al Cristo de la Biblia, a quien Nietzsche respeta y admira por intentar levantar al pueblo, llamándolo anarquista.

Pensamiento

Esta crítica está muy unida a la moral, la cual está basada en los dos mundos de Platón, diferentes y distanciados. Nietzsche considera que la filosofía tradicional es dogmática, pues hace triunfar la razón sobre la vida, desvalorizando el mundo terrenal «Platón». El gran error es admitir ese mundo aparente.

Para Nietzsche solo es real el mundo en el que vivimos, sometido a cambios «coincide con Heráclito», un mundo devenir; Nietzsche niega el ser «Heráclito tendrá siempre la razón al sostener que el ser es una ficción vacía».

Propuesta de Nietzsche

Los valores anteriores a Nietzsche no valen pues son la negación de la vida «nihilismo» y proceden de «la voluntad de la nada», teniendo que ser «voluntad de poder» quien destruya esos valores. Esta voluntad no es más que un sí al superhombre. El nihilismo es, por tanto, la ausencia de valores, de metas, y frente a esta falta Nietzsche propone una moral antinatural, basada en la vida. Nietzsche hace referencia al dios Dionisos, dios de la vida, el desorden, la alegría; y en frente, pone a Apolo, dios de lo eterno, de lo ordenado, de lo racional, siendo la dimensión enmascarada de la realidad. La nueva moral está basada en el deseo de vivir; hay que gozar de la vida y no ponerle normas; hay que seguir los instintos, ya que en estos se basa la nueva moral.

Antropología de Nietzsche

El hombre forma parte de esta visión pesimista, pues es un ser miserable que desprecia la tierra, es un anormal defectuoso, se resiste a abandonar los valores pasados, es un puente al superhombre. El hombre está sometido a la evolución y tiene que superar la moral tradicional, matar a Dios, para ser superhombre. La transformación se llevará en tres etapas sucesivas:

  1. Camello: animal de carga, el hombre al comienzo que obedece a su amo sin quejarse.
  2. León: el hombre = camello cansado por el peso de la carga, se revela contra su amo y lo derriba, convirtiéndose en hombre = león, crítico y dueño de sí mismo, que dice «yo quiero» imponiendo su voluntad.
  3. Niño: a medida que se van quitando esas cargas, se va haciendo el creador de sus propios valores. Se convierte en el hombre niño que busca la afirmación de sí mismo. A partir del tercer estado es cuando empieza a aparecer el superhombre, que da lugar a la nueva humanidad libre y creadora.

Algunas características del superhombre son las ansias de vivir como el placer; la superación ya que critica toda la moral anterior sin someterse a ninguna norma; la superioridad porque la igualdad lleva al rebaño; el vivir la felicidad de la tierra; la voluntad del poder y el eterno retorno. Este último se refiere a que todo ha existido ya. El superhombre es como un ser atado a una noria que da vueltas sin cesar en una vida interminable, que hay que vivirla infinitas veces con cada dolor y alegría. Parece ser que el eterno ciclo del morir y el volver a existir se repite eternamente para todos.

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