La Crítica Radical de Nietzsche: Metafísica, Moral y Ciencia
La crítica de Friedrich Nietzsche se despliega en tres frentes principales: la metafísica tradicional, la moral establecida y las ciencias positivas. Su pensamiento, revolucionario para su época, sigue resonando en la filosofía contemporánea.
La Falsificación de la Realidad: Crítica a la Ontología Tradicional
Nietzsche acusa a la tradición filosófica occidental de haber «falsificado» la realidad. Para él, la verdadera realidad, el ser, se caracteriza por la multiplicidad y el cambio, la diversidad y el movimiento, en una palabra: la vida. La tradición filosófica, en cambio, ha defendido la contraposición entre un «mundo real» (el mundo del ser, la unidad y la permanencia) y un «mundo aparente» (el mundo del devenir y la multiplicidad). Nietzsche invierte esta jerarquía: lo superior es producto de lo inferior y debe explicarse desde lo inferior, no al revés.
La metafísica tradicional, según Nietzsche, se basa en dos errores fundamentales:
- La creencia de que las cosas de valor supremo deben tener un origen propio y superior.
- Una ontología estática que no reconoce el devenir constante de la realidad.
Esta separación entre lo «real» y lo «aparente» es, en realidad, un juicio valorativo negativo sobre la vida. Nietzsche afirma que no hay dos mundos, sino un único mundo en constante devenir, creando y destruyendo.
Resentimiento, Venganza y la Ilusión Óptico-Moral
La ontología tradicional, argumenta Nietzsche, nace de los prejuicios de los filósofos contra las manifestaciones de la vida, impulsados por el miedo y el odio. El «mundo verdadero» es, por tanto, una «ilusión óptico-moral». No se trata solo de una huida de la realidad, sino de una transformación del miedo en odio hacia la vida, alimentando el resentimiento y el deseo de venganza. Se establece una falsa dicotomía: un mundo real (unitario y permanente) frente a un mundo aparente (múltiple y cambiante), donde lo superior se equipara a lo anterior y lo inferior a lo posterior.
Decadencia, Pesimismo y Nihilismo: Crítica a la Moral Contranatural
Nietzsche define como «decadente» a todo aquel incapaz de soportar la experiencia del ser como vida, es decir, como multiplicidad y movimiento. El decadente carece del valor para asumir la condición problemática y terrible de la realidad. La decadencia se manifiesta inicialmente como pesimismo, una actitud de queja ante la vida, percibida como injusta y cruel. Pero la decadencia culmina en el nihilismo, la doctrina que prefiere la nada al ser. Los filósofos, al negar la multiplicidad y el movimiento como propiedades reales, atribuyen al ser características que no posee, como la unidad y la permanencia. Este es un nihilismo inconsciente, porque el filósofo, aunque habla del ser, lo concibe en términos que niegan su verdadera naturaleza.
Razón, Filosofía y Lenguaje: Crítica a la Epistemología
Nietzsche considera que la tradición filosófica es decadente porque es racionalista. La razón, según él, «niega el ser» o «mata la vida», transformando artificialmente la multiplicidad y el cambio en unidad y permanencia. Su crítica a la razón se centra en dos aspectos:
- La supuesta superioridad de la experiencia sensorial sobre la razón.
- El análisis del lenguaje: el hombre cae en el error porque es víctima del lenguaje.
El lenguaje nos confunde al identificar las palabras con las cosas y nos engaña por su propio funcionamiento, creando ilusiones de permanencia y unidad donde solo hay devenir.
Contexto Histórico y Relevancia de la Obra de Nietzsche
«Crepúsculo de los Ídolos»: Una Síntesis del Pensamiento Nietzschiano
Este texto pertenece al capítulo «La razón en la filosofía» de su libro Crepúsculo de los ídolos, escrito en 1888. Esta obra, perteneciente a su periodo de madurez, resume los grandes temas de su filosofía, ya expuestos en Así habló Zaratustra, combinándolos con una feroz crítica a la tradición cultural occidental. El subtítulo del libro, «Cómo se filosofa a martillazos», refleja su intención de cuestionar los valores e ideales de la cultura occidental. Al final del libro, el «martillo» proclama: «¡Haceos duros!».
Crepúsculo de los ídolos se compone de pequeños apartados llamados «aforismos». Estos aforismos exponen temas independientes, sin una conexión lógica estricta, pero coherentes con su concepción fragmentaria de la realidad. Nietzsche huye de la exposición ordenada y conceptual, utilizando un lenguaje vivo y expresivo, lleno de metáforas, con un tono personal y subjetivo, combinando ingenio, ironía y sarcasmo.
Etapas del Pensamiento de Nietzsche
La filosofía de Nietzsche se divide en tres etapas:
- Periodo de juventud o romántico (filosofía de la noche): Influenciado por Wagner y Schopenhauer. Escribe El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música.
- Periodo positivista (filosofía de la mañana): Considera a la ciencia superior al arte. Rompe con Wagner y Schopenhauer. Escribe Humano, demasiado humano y La gaya ciencia.
- Periodo de madurez (mediodía): Desarrolla sus temas fundamentales, incluyendo la crítica a la metafísica, la filosofía, la religión y la cultura occidental. A este periodo pertenecen Crepúsculo de los ídolos y Así habló Zaratustra.
Biografía y Contexto Histórico
Nietzsche nació en Röcken, Turingia, en 1844. Es uno de los filósofos más polémicos de la historia. Filólogo y conocedor de la cultura clásica, hijo y nieto de pastores protestantes, proclamó el ateísmo y dirigió contra el cristianismo uno de los ataques más duros. Sus últimos años estuvieron marcados por la locura, causada por una enfermedad cerebral. Murió en 1900.
La segunda mitad del siglo XIX estuvo marcada por el auge de los nacionalismos y el triunfo de la burguesía liberal. Nietzsche vivió el nacionalismo de su patria, pero reaccionó contra él, llegando a adoptar la nacionalidad suiza. También reaccionó contra los movimientos sociales socialistas y anarquistas. El desarrollo de la ciencia, especialmente la teoría darwinista, influyó en su pensamiento, particularmente el concepto de la dimensión biológica del ser humano.
Influencias y Legado
Nietzsche fue influenciado, entre otros, por Heráclito (por su afirmación del devenir), la tragedia griega (por su afirmación de la vida, incluso en sus aspectos más terribles), Schopenhauer (por su visión del mundo como voluntad) y Wagner (por la libertad del artista en su creación). Aunque criticó a Kant y Hegel, su pensamiento también se vio influenciado por ellos. Junto con Marx y Freud, Nietzsche es considerado uno de los «maestros de la sospecha».
La repercusión de Nietzsche en la historia es amplia y variada, destacando figuras como Jaspers, Heidegger, Scheler, Ortega y Gasset, y, de forma más general, en la corriente filosófica conocida como posmodernidad.