Crítica de Nietzsche a la Metafísica y al Conocimiento en «Crepúsculo de los Ídolos»

La Filosofía de Nietzsche: Un Recorrido en Tres Momentos

La tarea filosófica de Nietzsche se enmarca en tres momentos consecutivos:

1. Momento Negativo

Nietzsche realiza una crítica radical a los conceptos fundamentales de la cultura occidental en los campos de la filosofía, la religión y la moral.

2. Momento Intermedio

Describe la decadencia de los valores occidentales, originados en la cultura griega, que representan la pérdida de los valores auténticos de la vida. Considera a la religión cristiana como la responsable de esta decadencia. Propone una transmutación de los valores como única salida.

3. Momento Positivo

Nietzsche coloca a la vida como el trasfondo profundo de todo lo que existe. Para exponerla, utiliza el método de la genealogía. No expone su proyecto de forma sistemática, sino a través de la reiteración de temas como la muerte de Dios, la voluntad de poder, el eterno retorno y el superhombre. Los expone mediante aforismos y metáforas.

«Crepúsculo de los Ídolos»: Crítica a la Metafísica y al Conocimiento

Su obra «Crepúsculo de los Ídolos», subtitulada «Cómo se filosofa con el martillo», se enmarca dentro del momento negativo. En ella, Nietzsche expone una crítica feroz a la teoría del conocimiento, la metafísica, la religión y la moral. Los párrafos seleccionados se centran en la crítica a la teoría del conocimiento, analizando el papel del lenguaje en la formación de conceptos, y en la crítica a la metafísica, describiendo los errores básicos cometidos a lo largo de su historia.

El Papel del Lenguaje y la Abstracción

Ambos análisis críticos coinciden en la censura a la creencia errónea de que el hombre necesita pasar de una realidad plural a una única y universal. Esta transición se realiza mediante la creación de conceptos (a través de la abstracción) y las categorías o prejuicios de la razón que crean unidad. Surgen así ideas como sustancia, causa, coseidad, que son manifestaciones históricas del ser que han negado el devenir.

La Negación de la Realidad y el Fetichismo del Lenguaje

El problema radica en que el hombre ha negado la realidad, que es devenir captable mediante los sentidos, y se ha creído su propia mentira (necesaria, por otra parte). No solo le ha otorgado el nivel de realidad, sino que la ha valorado como la auténtica realidad. Nietzsche expone el error de cómo el hombre se queda con lo general y elimina lo concreto, alejándose de la vida cambiante. Se crea un mundo de universales inventado por el hombre ante el miedo a la vida, un mundo falso. Este proceso se realiza mediante un fetichismo grosero del lenguaje al pensar que los conceptos y las categorías de la razón sirven para conocer el mundo de forma objetiva.

Contexto Filosófico: El Fin de los Sistemas Monolíticos

El siglo XIX marca el fin de los grandes sistemas filosóficos que dominaban el pensamiento. Surge una pluralidad de movimientos filosóficos:

El Positivismo de Augusto Comte

Durante la segunda mitad del siglo XIX, el positivismo desplaza al romanticismo. Se centra en los hechos, los datos de la experiencia, un empirismo radical que toma como modelo la razón científica. Rechaza la metafísica y se complementa con una actitud empirista y utilitarista.

Reacción al Positivismo

Surge una reacción al positivismo tanto en la ciencia como en la filosofía. La nueva ciencia se entiende como un saber consciente de sus límites y defiende explicaciones no mecanicistas, recurriendo a principios vitales (ejemplos: la teoría de la relatividad de Einstein o el principio de indeterminación de Heisenberg).

La reacción filosófica se centra en aspectos desvalorizados por el positivismo: el vitalismo, el historicismo y el irracionalismo. Nietzsche se nutre de estos pilares:

  • Vitalismo: Admite un principio o fuerza vital irreductible a procesos físico-químicos.
  • Historicismo: Afirma el carácter histórico de toda realidad, negando visiones absolutas.
  • Irracionalismo: Defiende el pensamiento intuitivo y mítico basado en la voluntad como más válido que el racional.

Junto a Freud y Marx, Nietzsche forma parte de los «filósofos de la sospecha». Plantean que la realidad no es lo que se nos ha hecho creer, sino algo diferente.

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