La Crítica de Nietzsche a la Metafísica Occidental
Para Nietzsche, tanto Parménides como Platón traicionan el espíritu de la filosofía griega; es decir, de la investigación de la naturaleza iniciada por Tales, Anaximandro y Anaxímenes, basada en la observación y experimentación.
Parménides y la Lógica
Por un lado, Parménides crea una nueva filosofía, la lógica, basada en el ser uno como principio supremo y el método deductivo. Para Nietzsche, esto es pura especulación sin tener en cuenta la experiencia. Esto lo afirma ya que Parménides rechaza que los sentidos nos proporcionen verdadero conocimiento porque se refiere al mundo de las apariencias, formado por cosas cambiantes sobre las que no se puede tener un saber exacto. El verdadero conocimiento sólo se alcanza mediante la razón. Nietzsche prefiere la filosofía de Heráclito, basada en el devenir y no en el ser. Heráclito acepta que las cosas cambian continuamente y valora el conocimiento sensible, aunque reconoce que produce la ilusión de que las cosas tienen siempre la misma unidad y duración a pesar del tiempo.
Platón y la División del Mundo
Por otro lado, Platón intenta unir la filosofía de Heráclito y Parménides; para ello, divide el mundo en dos: el mundo sensible (a través de los sentidos) y el mundo inteligible (a través de la razón). Nietzsche considera que este es el mayor error de la filosofía de Platón, que tendrá consecuencias negativas:
- Filosofía cristiana: división entre vida mortal y vida eterna.
- Filosofía de Descartes: división entre cuerpo y alma.
- Filosofía de Kant: división entre mundo fenoménico y mundo nouménico.
Nietzsche considera que los errores de la metafísica son a causa de la falta de sentido histórico de los filósofos, que desconocen que el lenguaje también tiene historia. Nietzsche considera que Sócrates es un traidor al espíritu de la cultura griega, ya que mediante la creación del racionalismo moral cambia la filosofía y cultura griega. En las obras de Homero está la concepción heroica de la vida, la cual Nietzsche admira. Sócrates se opone y predica una moral racionalista. El racionalismo de Sócrates consiste en que el conocimiento es el único medio para alcanzar la virtud y que sólo la virtud da la felicidad. Nietzsche piensa todo lo contrario: hay que vivir según los instintos y pasiones para ser feliz; esa felicidad da fuerza para actuar y de esas acciones se obtiene el conocimiento. El racionalismo socrático fue heredado por la filosofía cristiana y por Kant. Nietzsche considera que la muerte de Dios implica el fin del racionalismo moral, lo que abre la posibilidad de avanzar hacia la cultura del nuevo hombre, ya que no habrá una moral general para toda la humanidad.
Influencias y Críticas en la Edad Moderna y Contemporánea
En la Edad Moderna, las simpatías de Nietzsche están del lado de ilustrados como Voltaire y, más aún, del empirismo de Hume. Contra Descartes, el pensamiento de Hume está presente en Nietzsche en su crítica al yo o alma, el papel de los sentidos y su negación de las substancias y de la necesidad como un mero hábito psicológico. Nietzsche criticó la filosofía de Kant por considerarla una forma sofisticada de platonismo, pero encontramos su huella en la idea kantiana de la imposibilidad de alcanzar el conocimiento de la realidad en sí misma (lo metafísico). Nietzsche radicaliza este planteamiento al afirmar que todo conocimiento está mediatizado por las peculiaridades de la subjetividad (perspectivismo).
Ya en el siglo XIX, Nietzsche tiene en común con los miembros de la «izquierda hegeliana» (Feuerbach y, más aún, Marx) su rechazo de la religión por entender que anula la libertad del hombre y considerar a Dios como una invención sin fundamento alguno en la realidad. Sus críticas se extenderán, sin embargo, a la ciencia positivista y a los movimientos socialistas. Pero la influencia más importante es la de la metafísica irracionalista de Schopenhauer, al que leyó y admiró profundamente. Schopenhauer defendió la existencia de la «voluntad de vivir» como principio metafísico rector de todos los sucesos y objetos del mundo fenoménico y mantuvo una posición pesimista ante la realidad. Nietzsche rechazó este punto de vista pesimista, pero su concepto de voluntad de poder, aunque no idéntico a la noción de voluntad en Schopenhauer, guarda con ella cierta semejanza.
Nietzsche en la Filosofía Contemporánea
En la filosofía contemporánea, Nietzsche se valora fundamentalmente como el descubridor de las falsificaciones de la conciencia y se incluye en el grupo de los llamados filósofos de la sospecha, junto con Marx y Freud. Con este último autor guarda importantes semejanzas, principalmente por el papel que ambos dan a lo irracional (los instintos y lo inconsciente) en el mundo humano.