Crítica Filosófica de Nietzsche
Genealogía del Error
El papel de Nietzsche es destruir las bases de la cultura occidental, una cultura fruto del error de la creación metafísica de otros mundos, de Dios y la religión, el sistema de la democracia… Para ello, busca por el método genealógico los errores de los filósofos más importantes sobre los que se asienta nuestra cultura. Para Nietzsche, el primer error es Sócrates, el primero que somete al noble y crea el intelectualismo ético como fin de la vida, con el sabio como modelo.
Platón da un paso más. En el continuo miedo al devenir, punto común de estos filósofos, crea el mundo de las Ideas, un mundo donde nuestra conciencia pueda subsistir al caos reinante. Inventa substancias o ideas, duplica la realidad, niega la experiencia sensible considerándola una forma de conocimiento oscura, la “doxa” u opinión, y además coloca la Idea de Bien como el objetivo a alcanzar.
La crítica que dirige a Descartes es muy simple. Descartes toma el camino de la razón, que no lleva a ninguna parte, y concluye con el famoso “pienso, luego soy”. Sin saber qué hacer con esta afirmación, se saca a Dios de la manga y razona su existencia para que le saque del atolladero. Además, Nietzsche considera que la relación causa-efecto es fruto de las estructuras lingüísticas. Pero para él, no existe esta relación, solo hay un pensamiento. Descartes negará los sentidos totalmente; todo es razón, la razón se convierte en un ídolo.
Por último, Rousseau devuelve a los sentidos su papel. Se da cuenta de la necesidad de Dios para sostener su filosofía práctica, su moral, que se basa en la necesidad del hombre —supuesta necesidad— de creer en algo, a lo que llamará “religiosidad natural”, su intento de construir una moral universal para imponerla a todos. Como se puede ver, Nietzsche considera que Rousseau era otro negador del devenir, un decadente que necesita demostrar la existencia de Dios por los sentidos para que su moral tuviera una base donde agarrarse.
Conceptos Clave en Nietzsche
Para Nietzsche, lo dionisiaco representa el sentido intenso de la vida. Y es en esta intensidad donde el superhombre libera toda su energía vital mediante su naturaleza animal y divina. Es en la incontinencia pasional donde el hombre encuentra su identificación con el universo, con el caos primigenio.
Inocencia del devenir: Nietzsche pretende hacer una defensa a ultranza del cambio y del movimiento frente a los intentos racionalistas y metafísicos de darle una connotación negativa, y para ello plasma su inocencia del devenir en pensamientos como el del superhombre y el eterno retorno. Si el mundo no tiene un fin reconocido, es inocente y no puede ser juzgado por tener intención alguna: “Así, de la desesperación absoluta surgirá la alegría infinita, de la servidumbre ciega la libertad despiadada”, es decir, que para ser libres hemos de abolir y eliminar los fines de la existencia.
Mundo aparente: Dirá Nietzsche que los sentidos no mienten nunca y que la razón es una invención vacía de contenido. Por ello, el mundo terrenal, el del espacio y el tiempo, es el único que puede existir. El mundo aparente del que hablaban los filósofos tradicionales no es aparente, es verdadero. Mientras que el mundo absoluto es pura mentira e invención, que ha llevado a los filósofos a dudar de la correspondencia entre lo factual y lo real, cuando son lo mismo. Nietzsche critica a Platón por defender la idea absoluta frente al objeto sensible y a Kant por decir que la esencia se encuentra en los noúmenos y no en los fenómenos.
Moral contra-natural: Esta moral concibe a Dios como un concepto antitético que condena a la vida, haciéndola decadente y débil; y es la moral predicada por el platonismo, que defiende que las ideas están en otra vida. Nietzsche dirá que es una moral de esclavos, nacida del miedo, que no crea valores sino que los encuentra y los acepta, por lo que es una moral pasiva y de resentimiento. Es la propia del superhombre que ama la muerte de Dios.
Nihilismo: Una de las ideas más complejas del pensamiento de Nietzsche, tiene dos vertientes que se definen en función de la voluntad de poder:
- Nihilismo pasivo: es el pesimismo, el historicismo, el afán de comprenderlo todo, la idea de que todo es vano, la negación de la vida misma… Aparece cuando la voluntad de poder, que es la esencia de la vida, disminuye o se agota, y es la interpretación de la existencia humana y del mundo proporcionadas por la Europa cristiana y por Platón. El “nihilista pasivo” no cree en ningún valor, puesto que considera que todo valor es posible solo si Dios existe, y Dios no existe; termina en la desesperación y la renuncia al deseo.
- Nihilismo activo: es una potencia de destrucción que se origina en el creciente poder del espíritu. Los valores platónicos anticuados no caen por sí solos, sino que son destruidos directamente por la voluntad de poder, que los niega. Esta es la base sobre la que, según Nietzsche, se ha de construir la nueva filosofía y la nueva moral; conlleva la muerte de Dios y la transmutación de todos los valores. Una vez logrado, se habrá llegado al ideal del superhombre.
Opinión Personal sobre Nietzsche
Nietzsche me ha sorprendido con su crítica, pues se quejó de muchos aspectos de las filosofías anteriores con los que yo estaba en discordia, pero aun así no estoy de acuerdo al completo con su filosofía.
Estoy de acuerdo en su visión decadente de la religión cristiana y de la moral tradicional, pues creo que el dogmatismo católico no tiene cabida real en una sociedad moderna. Pero, distanciándome de su pensamiento…
Un aspecto de su filosofía que veo poco coherente con el resto es el eterno retorno: defiende que cada momento de la vida se volverá a repetir tras la muerte. Esto me parece algo que no tiene mucho sentido en un pensador totalmente escéptico y subjetivo: niega un mundo más allá de este y niega la vida tras la muerte del ideal católico, pero idea una forma de hacer “real” esa vida eterna, apoyándose en su vitalismo.
Lo que ocurre es que, desde mi punto de vista, los seres humanos buscamos siempre la forma de trascender los límites que la vida nos impone, de persistir más allá de la muerte. Nietzsche encontró en el eterno retorno su particular forma de trascender.
Por último, tampoco comparto con el autor su crítica al sistema político democrático, pues dijo que lo rechazaba porque todo lo que igualaba a la gente redundaba en acabar con la originalidad, volviendo todo mediocre y ordinario. Yo creo que para que se dé la originalidad se ha de partir de una base de libertad y tolerancia: si hay un gobierno censor y dictatorial, difícilmente podrá uno mostrar las peculiaridades de su persona (hablamos, por ejemplo, de homosexualidad, de formas de vestir poco corrientes…). Es decir, se ha de igualar a los individuos legalmente, pero esto no conlleva igualarlos a otros niveles: tienen los mismos derechos para poder llevar a cabo la vida que quieran, original o no. Como se puede comprobar, en el aspecto político me decanto más por las teorías kantianas.