PREGUNTA 3 DE PLATÓN.relacion
Platón, filósofo del siglo Va.C., influye en el pensamiento filosófico de autores posteriores a él, como es el caso de Aristóteles; pero también él recibe influencia de la filosofía anterior a su periodo.
La Grecia del s. V a.C. se caracteriza por el triunfo de Esparta sobre Atenas, y el posterior gobierno de los Treinta Tiranos. Sistema político que acaba con la vida de Sócrates y que llevará a Platón a oponerse al mismo. No es de extrañar que la muerte de su maestro le haga plantearse un gobierno totalmente opuesto al que vivió. Por ello, y basándose en los universales socráticos (Virtud=Bien=Felicidad)
elabora una teoría política en la que plantea como gobierno ideal una República.
De Sócrates recibe su mayor influencia. Para ambos, como ya mencioné anteriormente, el alcance de la Felicidad está relacionado con el Bien. Sólo aquel que alcanza éste podía ser feliz. La razón es la única que nos puede alumbrar en este camino, pues tanto Platón como Sócrates consideran que el conocimiento a través de ésta es lo único que nos puede dar la Felicidad. Sólo el conocimiento nos puede llevar al alcance de los universales (Bien, Justicia, Felicidad..), y por lo tanto, a ser virtuosos.
Es en este punto, donde ambos autores se diferencian de los sofistas (educadores de la época) pues si bien los ellos educaban para lograr buenos ciudadanos, buenos gobernantes; los segundos perseguían políticos ideales, ansiosos de poder y sin los ideales socráticos y platónicos (sabio, virtuoso, justo, solidario…).
Pero no sólo en este aspecto se diferencia
Platón de los sofistas, sino también en su forma de entender la realidad; pues para estos no existen los universales, sino que todo es relativo al sujeto que conoce: Las normas sociales son convenciones, no bienes dados por nadie, sino que están puestas por el propio sujeto. Platón contrario a esta teoría cree en la existencia de universales. Estos no los crea el sujeto, sino que son a priori en él, existen con anterioridad a él.
El auténtico conocimiento para Platón, no se encuentra en este mundo, sometido a cambios constantes, al devenir (idea que retoma de Heráclito), sino que existe en el mundo de las Ideas. Mundo totalmente opuesto a éste (mundo sensible) inmóvil, estático, permanente, fijo, VERDADERO. En él reside el verdadero conocimiento, las IDEAS, a las que Platón dará las mismas características que Parménides daba al SER, y que son las mismas del mundo verdadero. Se basará también en este autor para plantear los dos tipos de conocimiento existentes, el basado en la Razón y el basado en los SENTIDOS. Para estos filósofos los sentidos son engañosos y nos muestran una realidad cambiante, falsa, destructible, etc; por ello, sólo la Razón nos acerca al conocimiento.
Son estas tesis, las que llevan a Platón a argumentar sobre la existencia de dos mundos, de dos realidades, una cambiante ante la cual postula la existencia de otra fija en la que se da el verdadero conocimiento, al cual se accede a través de la Dialéctica. Concepto que aunque toma de Heráclito, se diferencia de éste en el uso que ambos hacen de él. Este último lo utilizaba para explicar todos los cambios de la naturaleza, mientras que Platón recurre a él como método que nos permite acceder al verdadero conocimiento, las Ideas. Por un lado nos lleva de Idea en Idea hasta alcanzar la suprema, idea de Bien (dialéctica ascendente) y por otro, nos permite saber el lugar que cada Idea ocupa (dialéctica descendente).
El acceso a la Idea de Bien quedaba por tanto restringido a los sabios, los filósofos, los que poseían un alma racional. Frente a este alma poseedora del conocimiento sitúa Platón el cuerpo, poseedor de las pasiones. Este dualismo antropológico que conecta con el ontológico y gnoseológico, tiene su herencia en los pitagóricos. Para éstos, al igual que para Platón, el ser humano es un compuesto de cuerpo y alma, siendo esta última la que sobrevive una vez que muere el cuerpo. Este representa los instintos, las pasiones, los deseos, mientras que el alma, está en contacto con la parte racional, con el conocimiento, con la verdad. Ésta ha contemplado el conocimiento en el mundo de las Ideas y aunque al instalarse en el cuerpo ha olvidado esos recuerdos, a través de la educación puede conducirse nuevamente hacia el conocimiento que ya poseía. Esto sólo es posible a través de una virtuosa basada en el Bien y la Justicia, eliminando las pasiones. Punto este en el que se separa en su teoría de Aristóteles, discípulo del. Para éste, no es necesario eliminarlas sino ejercer un control sobre ellas. Para Aristóteles es a través de hábito y la costumbre como se puede llegar a ser virtuoso. No se trata, por lo tanto, de una felicidad que reside ya en nosotros sino que se construye a través de las buenas acciones. Otra diferencia más que lo aleja de los planteamientos platónicos, pues queda reflejado que para Aristóteles el conocimiento no está en nosotros, no es a priori, se crea en el día a día. Es clara la diferencia entre el realismo aristotélico y el idealismo platónico. Mientras Platón hace girar todo en función de la existencia de los dos mundos, Aristóteles se limita a la realidad concreta de cada ser. Además, en lo que respecta al dualismo antropológico de ambos, para Aristóteles alma y cuerpo han de ir unidos, no separados. El hombre es un compuesto de cuerpo y alma, no como para Platón que ésta existe con anterioridad al sujeto.
Pero a pesar de diferencias existentes entre ambos, también tienen similitudes, como la conexión que establecen entre ética y política, y la persecución de la felicidad del sujeto a través del conocimiento; sin embargo los medios que utilizan para el alcance de la misma sí que los diferencian. El Bien que persigue Platón es absoluto y trascendente, universal, mientras que el de Aristóteles es relativo, concreto y suficiente. Es más, este último llega a plantear la importancia de ciertos bienes materiales para el alcance de la Felicidad, a lo que Platón se opone rotundamente, la razón no debe controlar las pasiones sino eliminarlas.
Si hablamos de las diferencias existentes respecto a la ética, no podemos dejar de lado la política, pues en sus formas de gobierno y modos de gobernar existen ciertos puntos en los que ambos autores se alejan. Si comenzamos por el político ideal de Platón tenemos que hablar del rey-filósofo, del sabio; mientras que para Aristóteles el filósofo no gobierna sino que lleva a cabo una vida contemplativa, dedicada al saber por el saber. A este último autor no le interesa tanto quien gobierna sino cómo lo va ha hacer, mientras que Platón en su obra La República, lleva a cabo toda una argumentación para dejar claro el papel del filósofo gobernante, el mejor político para orientar a los ciudadanos hacia el conocimiento, hacia la luz, y sacarlos de la ignorancia en la que vivían.