Contraponer la cultura a la vida: menos de la vida
Ortega y Gasset presenta sus tesis fundamentales: someter o interpretar la cultura y la razón como funciones vitales al servicio de la vida. Afirmar esto exige a Ortega diferenciarse del vitalismo, quienes dan primacía y preponderancia a la vida por encima de todo lo demás. La vida necesita de la cultura y la cultura tiene que estar conectada con la vida de la que nace. Si nos olvidamos de esa conexión fundamental, caemos en los extremos de negar y burlarse de la razón o en los del culturalismo que apuesta por una cultura separada de la vida.
Ambos poderes… al fundirse desaparecen
Ortega dice que al observar al ser vemos que es incapaz de renunciar a buscar la verdad y además el hombre no puede prescindir de alcanzar el mayor bien ni de querer admirarse por lo que es bello. Verdad, valores y belleza junto con técnica, conocimiento, etc., configuran el universo de la cultura del que el hombre no puede prescindir y si lo hace lo único que logra es convertir su entendimiento y voluntad en instrumentos inútiles. El ser está obligado a producir cultura igual que a respirar o a digerir alimentos, con esto lo que se nos dice es que es imposible elevar la necesidad de producir cultura a un rango supremo. La cultura es una necesidad vital más y si se olvida se deshumaniza. Ortega va a proponer una superación del culturalismo racionalista y una superación del vitalismo relativista (Raciovitalismo).
Recuérdese al principio… soporte de la vitalidad
Ortega señala que la edad moderna encuentra en su generación el tema de superarla igual que hay que superar el relativismo que genera desesperanza y escepticismo. Relativismo y Racionalismo han interpretado cultura y vida como antinomia, contradicción insuperable entre dos ideas. Al intentar resolverla hace prevalecer un polo sobre el otro y es cuando se cae en el error pues no explica ni la vida ni la cultura. La antinomia puede superarse cuando se acepte que la vida es cultura y esta vital. Ortega hace uso de dos conceptos que marcan su pensamiento: los de generación y sensibilidad vital. Esta hace referencia a una manera y circunstancia vital concreta: las personas encaran la vida que les ha tocado, la interpretan atendiendo a intereses y valores y también se trata de dar respuesta de manera concreta a los retos que vivir libre la vida plantean en cada momento histórico a las personas que la viven. Eso marca el estilo, carácter, la toma de decisiones, la actitud ante la política y lo que se vive y hacen esas generaciones. Ortega expone lo absurdo de presentar al racionalismo o relativismo o cultura y vida como elementos enfrentados sin conexión. Ortega señala que el racionalismo no ha visto con claridad qué es razón y por ello, ciego, entiende el papel de razón en la vida humana que no rechaza los valores de la cultura. El vitalismo no ha sido capaz de ver esto y por eso no ha aceptado el papel que para la vida juega la razón. Ortega y su generación niegan a renunciar a estos valores como a los de la vida que dan soporte y se correlacionan con los culturales. Así, la verdad va a corresponder al valor de la sinceridad, justicia, impetuosidad, deleite del bien… Con todo, Ortega dice que es una verdad que no sentida como lo verdadero es un acto justo.
Aclaremos este punto… el conocimiento… en una palabra historia
Ortega anuncia la relación entre cultura y vida analizando el problema del conocimiento verdadero como han entendido ese problema el racionalismo y el relativismo. Ortega dice que el problema del conocimiento es determinar qué se entiende por verdad y que lo que es verdadero es eterno, único e invariable. También dice que la verdad lo es para el sujeto que conoce el ser que es un ser corpóreo que vive en un tiempo determinado. Lo dicho convierte a los seres en contingentes, plurales y cambiantes. Se plantea ver a los seres con esas características y pueden acceder a la verdad que es lo contrapuesto de lo plural, contingente y cambiante. Ortega señala cómo responde a ese interrogante planteado por el racionalismo. La verdad es una y eterna y los sujetos pueden acceder a la misma y tienen que ser sujetos ultravitales separados de lo corpóreo y material y tienen que ser extrahistóricos, ajenos al devenir, tiempo y lugar. Esta postura: los sujetos pueden acceder por carácter de la verdad siendo inmutables, eterna y atemporales. El racionalismo soluciona el conflicto vida-cultura creando un sujeto abstracto y alejado de la vida.
La respuesta del relativismo… pretendida realidad
Ortega analiza la postura del relativismo escéptico frente al problema de la verdad y conocimiento que tiene una postura opuesta al racionalismo y llega a enfrentarse con él. Acepta que quien conoce no es un sujeto puro sino un particular condicionado por su cuerpo, sentidos, cultura y que vive. Al sujeto influenciado por cada individuo que intente conocer la verdad única la modifica, altera. Por tanto, la verdad no es única para los tiempos de manera que esa nunca puede ser conocida. Aquí está la justificación de que el relativismo desemboque en un escepticismo.
El sujeto ni es un medio… no percibidas
Recogiendo aportaciones de la psicología, biología o Teoría del conocimiento, Ortega se opone a las soluciones del relativismo y escepticismo. Niega que el sujeto sea un yo puro abstracto. Niega que sea viviente, vital como lo describe el relativismo esté imposibilitado para acceder a la verdad. Ortega expone y hace valer sus argumentos con una tercera opinión: la síntesis de los dos anteriores. Ortega dice que conocer es seleccionar condicionado por la circunstancia. También dice que ese seleccionar no puede entenderse como un deformar. Sino es un deformar tampoco es aceptable y la solución que crea un ente racional elimina lo corporal, sensible e histórico, crea una abstracción vacía. Ese ente funciona como un cristal transparente que modifica lo que ve y conoce pero no existe, no es más que una invención arbitraria e irreal.
Un ejemplo elemental… interior y sabe de ellos
Pone Ortega como ejemplo su epistemología lo que ocurre a nivel fisiológico con la visión y audición y dice que cada sentido es sensible a una forma de energía. El oído responde a variaciones en presión y energía lumínica. Estos no responden a los estímulos que se producen. En fisiología existe el umbral del estímulo entendido como intensidad de la que el estímulo del tipo que sea no es percibido. Por ejemplo, nuestro ojo no es sensible a la gama de los ultravioleta ni ultrasonidos pero que no percibamos esto lo que quede encima o debajo del umbral no significa que lo percibido quede deformado. Se capta desde un punto de vista inevitable, insustituible, desde una perspectiva en la que el sujeto está y brinda sin la cual no se percibe ni conoce.
Como son los colores… a la existencia
Toma conciencia Ortega del carácter histórico del ser y de la verdad ya que un griego ni conocía ni tenía tecnología para decir nada sobre el ADN y esa realidad existía y determinaba los componentes de nuestros genes pero era desconocida pues su posición no les permitía entrar en contacto con esa verdad. Que lo anterior fuera un hecho no puede servir para afirmar que ese pueblo o sociedad accedieron a la verdad que era verdadero el de la realidad a la que ellos pedían y tenían acceso por tanto los pueblos y épocas tienen acceso a la porción y parte a la forma de verdad que les permite y por supuesto una persona no puede pretender tener acceso a la verdad total.