1. Crítica de la Metafísica Tradicional
David Hume, filósofo escocés del siglo XVIII, ejerció una influencia significativa en la filosofía occidental, particularmente en áreas como la epistemología, la metafísica, la ética y la filosofía política. Nacido el 7 de mayo de 1711 en Edimburgo, Hume es reconocido por su enfoque empirista radical y su crítica al racionalismo, desafiando las ideas tradicionales sobre el conocimiento y la percepción.
En su crítica a la metafísica tradicional, Hume aborda dos conceptos fundamentales: la causalidad y las sustancias.
1.1 Causalidad
Hume cuestiona la idea arraigada de una conexión necesaria entre causa y efecto. Argumenta que esta relación no puede ser conocida a priori, sino que solo puede ser inferida a partir de la experiencia. Destaca que incluso después de observar un efecto, la relación con su supuesta causa sigue siendo arbitraria, ya que causa y efecto son entidades heterogéneas entre sí. Este planteamiento desafía la creencia tradicional en la causalidad como un principio absoluto e inmutable.
1.2 Sustancias
Hume dirige su crítica hacia la noción de sustancias. Argumenta que la idea de sustancia material, entendida como una realidad independiente de nuestras percepciones, carece de fundamento. Para Hume, toda idea deriva de una impresión correspondiente, y la idea de sustancia no puede ser rastreada hasta ninguna impresión. En su lugar, sostiene que la noción de sustancia es el resultado de un conjunto de ideas simples unidas por la imaginación.
En conjunto, la crítica de Hume a la metafísica tradicional pone en tela de juicio las bases mismas de nuestro entendimiento del mundo y nuestras nociones de causalidad y sustancia.
2. Comparación: Hume y Platón
Tanto David Hume como Platón ofrecen perspectivas significativamente diferentes sobre el concepto de Idea, lo que ha influido profundamente en la filosofía occidental.
2.1 Platón y la Teoría de las Ideas
Platón, en su teoría de las Ideas o Formas, postula la existencia de realidades abstractas y eternas que representan la verdadera esencia de las cosas, más allá de las apariencias sensibles. Estas Ideas, según Platón, son perfectas y universales, sirviendo como modelos eternos para las cosas particulares que percibimos en el mundo sensible. Para él, el mundo sensible es simplemente una copia imperfecta y cambiante de estas Ideas eternas y estáticas.
2.2 Hume y el Empirismo
En contraste, Hume adopta una postura empirista y escéptica, argumentando que todas nuestras ideas provienen de impresiones sensoriales y que no podemos tener certeza sobre la existencia de entidades abstractas independientes de la experiencia. Según Hume, nuestras ideas son el resultado de asociaciones de experiencias pasadas y hábitos mentales, enfatizando la importancia de la experiencia y la costumbre en la formación del conocimiento humano.
En resumen, mientras Platón defiende la existencia de ideas trascendentales y universales como fundamento de la realidad, Hume desafía la posibilidad de conocer entidades más allá de lo que experimentamos directamente, proponiendo un enfoque más empírico y basado en la experiencia para comprender el mundo y nuestras ideas sobre él.
3. Contexto: La Ilustración y el Pensamiento de Kant
Immanuel Kant, figura destacada en el movimiento ilustrado europeo, se encuentra inmerso en un contexto histórico marcado por cambios significativos en la política y la sociedad. Este período de la Ilustración se origina en Inglaterra, se consolida en Francia y se expande por Alemania, con una presencia relativamente limitada en España debido a diversos obstáculos.
El surgimiento de la Ilustración coincide con eventos clave como la Revolución Inglesa, que transforma pacíficamente la monarquía absolutista en una monarquía parlamentaria, y la Revolución Francesa, que derroca violentamente la monarquía absolutista en favor de la república ciudadana. Kant, quien simboliza las aspiraciones de la época ilustrada, se encuentra entre los principales representantes filosóficos de este movimiento junto a Locke y Hume en Inglaterra, Montesquieu, Voltaire y Rousseau en Francia, y Wolf en Alemania.
3.1 Ideas Fundamentales de la Ilustración
En el núcleo de la Ilustración se encuentran algunas ideas fundamentales que encapsulan su espíritu. La primera es que la razón debe ser el guía del ser humano en todos los aspectos de la vida, tanto teóricos como prácticos. Kant argumenta esto en su»Crítica de la razón pur», donde critica tanto la razón excesivamente ambiciosa de la metafísica racionalista como la razón demasiado estrecha del empirismo británico.
La Ilustración promueve la idea de que el uso adecuado de la razón conducirá al progreso humano y a la consecución de una armonía social perfecta. Esta concepción optimista del progreso racional influye en todos los aspectos de la vida, ya que la razón se convierte en la herramienta liberadora del ser humano. Por un lado, libera a la humanidad de la ignorancia al proporcionar un conocimiento seguro, aunque limitado; por otro lado, libera al individuo de la esclavitud física a través de la educación.
En resumen, la Ilustración se caracteriza por una mentalidad total que coloca al hombre en el centro, liberándolo de las ataduras tradicionales sociales, políticas y religiosas. Se basa en la fe en las capacidades humanas, en la razón y la ciencia, para resolver los problemas de la vida y dominar la naturaleza. Esta corriente de pensamiento promueve un humanismo optimista y progresista.
3.2 Características Distintivas de la Ilustración
Las características distintivas de la Ilustración incluyen un optimismo en el poder de la razón para reorganizar la sociedad según principios racionales, la valoración de la experiencia sensorial como fuente de conocimiento frente a la especulación racional, y la percepción de la razón como una fuerza transformadora de la realidad. Además, la Ilustración se posiciona como una cruzada contra la intolerancia religiosa y el poder político arbitrario de los sistemas absolutistas.
3.3 Temas Dominantes en la Ilustración
De este contexto emergen dos grandes temas que dominan el pensamiento ilustrado: el conocimiento humano como liberador de prejuicios y la lucha por la libertad política y social contra el absolutismo y la intolerancia. En este siglo XVIII secular, el enfoque se desplaza de lo religioso a lo secular, destacando la importancia de las relaciones humanas en este mundo y la responsabilidad ética del hombre hacia la humanidad y la historia terrenal.