Del Mito al Logos: Evolución y Ramas de la Filosofía

Del Mito al Logos: El Nacimiento de la Filosofía

La filosofía, cuyo significado etimológico es «amor a la sabiduría» (de filo, amigo, y Sofía, sabiduría), es un saber que se cuestiona constantemente el conocimiento mismo. Su actitud es crítica respecto a la forma de conocer y saber. Apareció en Jonia en el siglo VI a. C. y se caracteriza por la búsqueda de un saber racional, sistemático y crítico, complementario al saber existente.

Características del Logos

El logos se define por ser un saber:

  • Racional: Se basa en argumentaciones lógicas y observaciones de la experiencia.
  • Sistemático: Todas sus afirmaciones se relacionan entre sí, partiendo de principios generales.
  • Crítico: No admite ninguna afirmación sin un examen racional previo.

Diferencias entre Mito y Logos

Las diferencias entre el pensamiento mítico y el logos son notables:

  • Mito:
    • Recurre a personajes y relatos fantásticos.
    • Los autores eran desconocidos y colectivos.
    • Tenía un carácter tradicional y, a menudo, se transmitía oralmente.
  • Logos:
    • Se basa en la razón y la observación.
    • Busca explicaciones naturales y universales.

Ramas de la Filosofía

La filosofía abarca diversas ramas, entre las que destacan:

  • Metafísica: La rama más antigua, que estudia la realidad en su conjunto.
  • Lógica: Se ocupa de la validez de los razonamientos.
  • Epistemología (o teoría del conocimiento): Investiga cómo conocemos.
  • Ética: Reflexiona sobre cómo llevar una buena vida.
  • Estética: Se ocupa del arte y la belleza.

Se atribuye a Pitágoras el primer uso del término «filósofo», estableciendo un paralelismo entre el espectador de los juegos olímpicos y el amante del saber.

Filosofía Antigua

La filosofía nació en las colonias griegas de Asia Menor e Italia en el siglo VI a. C. Los primeros representantes, como Tales, Anaximandro, Empédocles y Pitágoras, se centraron en el estudio del arkhé (principio primordial) y la physis (naturaleza).

Los presocráticos fueron, por tanto, filósofos de la naturaleza. Un siglo después, la filosofía experimentó un giro ético-político, coincidiendo con el surgimiento de la primera democracia.

Sócrates reorientó la filosofía hacia la búsqueda de la verdad mediante la convicción subjetiva. Su discípulo, Platón, dividió el mundo en dos: el mundo de las ideas y el mundo sensible. Ambos rechazaron a los sofistas, quienes se centraban en el concepto de verdad y las posibilidades lógicas del lenguaje, así como en su aplicación en la política. Aristóteles, discípulo de Platón, mantuvo una posición crítica con los sofistas y defendió las verdades objetivas.

Tras la muerte de Alejandro Magno, Aristóteles se vio obligado a abandonar Atenas. Comenzó entonces el período helenístico, que representa un desarrollo de los movimientos intelectuales anteriores, combinando cuestiones presocráticas con el legado socrático. Las escuelas más destacadas de este período fueron el estoicismo, el epicureísmo y el platonismo, que se centraban en la cuestión de cómo vivir para alcanzar una existencia feliz.

Filosofía Medieval

Con la caída del Imperio Romano, comenzó la Edad Media. Durante este período, la filosofía se puso al servicio de la doctrina teológica cristiana, buscando explicaciones racionales complementarias a las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, consideradas verdades incuestionables.

La primera escuela filosófica cristiana medieval fue la patrística, cuyo principal representante es San Agustín. Sus obras tratan la relación entre la razón y la fe, la iluminación y el amor como vías de conocimiento.

San Agustín sostenía que «es necesario creer para entender», argumentando que la razón y la fe deben colaborar. La fe, según él, nunca se equivoca, ya que se basa en verdades reveladas por Dios, mientras que la razón nos ayuda a comprender los misterios de la fe.

A comienzos del siglo XIV, Guillermo de Ockham criticó las bases de la escolástica y la existencia de los universales. Para él, los universales eran creaciones humanas que nos permitían ordenar el mundo, pero solo existían los individuos particulares, y los nombres eran convenciones humanas para referirse a los objetos.

Filosofía Moderna

La filosofía moderna comienza con el Renacimiento, en el siglo XV, un período de redescubrimiento de los clásicos griegos y latinos. Este período, conocido como humanismo, sitúa al hombre como protagonista. En los siglos XVI-XVIII, tuvo lugar la revolución científica, protagonizada por Copérnico, Kepler, Galileo y Newton, que trajo consigo un nuevo modelo del universo.

Del siglo XVII al XVIII, surgió la modernidad, orientada a la teoría del conocimiento. Aparecieron dos escuelas filosóficas principales: el racionalismo, con Descartes como representante, quien creó un método matemático basado en cuatro reglas y sostuvo la primacía de la razón sobre los sentidos para alcanzar el conocimiento; y el empirismo, representado por Locke, para quien la experiencia es la fuente principal del conocimiento y la mente es, al nacer, una «tabla rasa».

Durante el Siglo de las Luces, la Encyclopédie, dirigida por D’Alembert y con la colaboración de Montesquieu, Rousseau y Voltaire, entre otros, jugó un papel crucial. Esta obra reflejaba el espíritu de la Ilustración, cuestionando el absolutismo y promoviendo las ideas de la razón y el progreso. Kant, por su parte, sintetizó el racionalismo y el empirismo en su filosofía, conocida como idealismo trascendental.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *