El Paso del Mito al Logos
Los seres humanos siempre hemos tenido la necesidad de encontrar respuestas para nuestras grandes preguntas. En la antigüedad, estas consistían en mitos; narraciones sagradas de acontecimientos sucedidos en un pasado impreciso, cuyos protagonistas eran dioses o seres sobrenaturales. En el siglo VI a.C., algunos filósofos comenzaron a cuestionar las explicaciones míticas y la coherencia de estos relatos tratando de encontrar explicaciones racionales. Este suceso es conocido como “el paso del mito al logos”.
El contexto social y la posición geográfica de Grecia, que facilitaba el contacto intercultural entre distintas civilizaciones, favorecieron un ambiente intelectual abierto, inclinado hacia la investigación racional y el cuestionamiento de las ideas tradicionales. En aquella época, se empezó a desarrollar una nueva forma de organización política, las polis o ciudades estado, que no podía ser explicada con ayuda de los mitos.
Logos es un término griego que significa “razón” y “palabra” y se usa para distinguir las explicaciones basadas en el mito de las que son racionales. Los filósofos empezaron a desconfiar de los mitos y a observar y analizar la naturaleza con la finalidad de descubrir en ella las causas de los acontecimientos. Se preguntaban sobre el origen del cosmos y el papel del hombre en el mundo.
Algunos pensadores creen que las primeras explicaciones racionales no eran tan diferentes a las míticas, se podría decir que la filosofía tiene su origen en los mitos; que las primeras explicaciones filosóficas eran, en realidad, mitos racionalizados. Tales es considerado el primer filósofo ya que decía que el origen de todo se encontraba en el agua, entendida como algo natural y no divino. Se piensa que esta idea podría estar relacionada con el mito del Océano y Tetis; dioses de las aguas saladas y dulces, a quiénes Homero designó como padres de todo en su obra: Ilíada.
En resumen, el logos podría considerarse como una nueva forma de pensamiento que, con el tiempo, acabó generando el nacimiento de la filosofía como un discurso racional que pretende dar respuestas a cuestiones globales limitando el dominio de la fantasía y tratando de desvelar las leyes de la realidad.
Espacios Sociales
El espacio social es una interacción compleja de tres procesos entrelazados, aunque distintos: el espaciamiento cognitivo, estético y el moral. Las tres variedades del espacio social ‘no objetivo’, ‘hecho por el ser humano’, suelen tratarse como si tratara de facetas del mismo mapa social.
Espacio Cognitivo
Se construye por adquisición y distribución del conocimiento y comienza a partir de la construcción del otro. La consciencia de que existen otros como nosotros no solo es natural sino también recíproca. Esta reciprocidad implica que nos entendemos mutuamente, el entendimiento es natural y el mal entendimiento es antinatural, exige una explicación, es el punto donde se origina el conocimiento.
La construcción del grado cognitivo depende del grado de conocimiento que tenga el sujeto sobre los otros y este, a su vez, de la proximidad o lejanía en que se encuentren respecto al yo. De esta forma, encontramos el polo de la intimidad y el polo del anonimato, un polo fuera del espacio social pues no tenemos conocimiento de un ente verdaderamente anónimo. El espacio entre ambos polos está hecho por claves y categorías, de forma que los humanos aquí no tienen identidad, se identifican con el tipo que pertenecen. Como los tipos se construyen a través de normas, el espacio vital está gobernado por normas, aspecto que lo hace habitable. Es así, que al no tener conocimiento del extraño, este representa la amenaza de una clasificación errónea. Al vivir en un mundo de extraños, nuestro espacio social está continuamente acechado provocando que ni la multitud ni los individuos tengan rostro.
El problema de la sociedad moderna es dar solución al hecho de vivir en constante compañía de extraños. Para solucionarlo, utilizamos constantemente estrategias fágicas (inclusivista) y émicas (exclusivista). El poder y el control residen, precisamente, en alternar dichas estrategias.
Espacio Moral
Se construye a través de una distribución desigual de responsabilidad asumida. El espacio moral no observa las reglas por el espacio cognitivo, las definiciones sociales de proximidad y no depende de conocimiento previo, es primitivo.
Los objetos del espacio cognitivo son los otros con los que vivimos, los del espacio social los otros para los que vivimos. Estos otros son resistentes a cualquier tipificación, la responsabilidad moral se asigna mientras permanece ciega a la voz de la razón.
Ambos espacios están continuamente en choque y la destrucción mutua rige su frágil coexistencia.
- Ejemplo: la hostilidad al estereotipo extranjero no impide su defensa heroica en problemas.
Espacio Estético
Se mapea afectivamente, con la atención guiada por la curiosidad y la búsqueda de atención espiritual. El espacio físico de la ciudad es también territorio del espacio estético, ya que ahí encontramos curiosidad, disfrute, interés…. Los resultados del espacio cognitivo y del espacio estético no coinciden, pues en el segundo, el extraño es un objeto de intensa curiosidad. La tecnología del espaciamiento estético convierte el ojo en la puerta por la que entran los placeres que nos ofrece un espacio conglomerado. Sin embargo, ambos espacios están relacionados, solo en el espacio bien administrado y vigilado por el espacio cognitivo es posible el disfrute estético. Para finalizar, el espaciamiento estético depende de la diversión que el otro pueda causar.
- Ejemplos actuales: TV, redes sociales.
- El desuso del matrimonio o la voluntad de experimentar son consecuencia del espacio estético.