Descartes: Cogito, Duda Metódica y Criterio de Verdad

El Cogito y el Criterio de Verdad en Descartes

El cogito es una referencia a la primera certeza que se descubre tras la aplicación de la duda metódica: «cogito, ergo sum» (pienso, luego existo).

Con la duda, Descartes ha barrido todas las opiniones acerca del mundo, de Dios y del hombre, ha dejado en suspenso toda certeza anterior.

Pero hay una certeza que resiste todos los ataques de la duda y de la que es imposible dudar: la duda misma, el hecho simultáneo del propio pensamiento y de la propia existencia:

Puedo dudar de todo, pero no puedo dudar que estoy dudando; no puedo dudar de mi pensamiento, y mi pensamiento se da porque se da mi existencia.

Mi pensamiento y mi existencia los percibo simultáneamente.

Aunque todo sea falso, aunque dude de todo, tengo que admitir que yo, que a lo mejor me engaño al pensar esas cosas, soy un ser que piensa y, por tanto, un ser que existe. Esa realidad, clara y distinta, puede con todas las dudas.

En el cogito ergo sum encuentra Descartes el principio buscado: la idea clara y distinta. La base firme para construir todo el edificio de la filosofía, la gran base que va a servir de fundamento, de criterio de verdad, para deducir de ella todas las demás verdades.

El criterio de certeza no depende en Descartes de algo exterior al propio sujeto que piensa, sólo depende de la razón. La certeza no consiste en la correspondencia, la adecuación, del pensamiento con la realidad mediante la adquisición de conceptos (forma natural o realista del conocimiento), sino que son verdaderas aquellas proposiciones, ideas, conocimientos, que se perciben con claridad y distinción, de forma inmediata, por la razón.

De la existencia de la sustancia pensante se deduce, igualmente, la existencia de Dios. Pues al reflexionar sobre su propia existencia, la sustancia pensante descubre su imperfección (precisamente porque dudo, me percibo como un ser limitado, y por tanto, imperfecto, finito), pero no sería posible tener el concepto de lo finito sin la idea de lo infinito, de lo perfecto: al contemplarme como finito lo estoy haciendo en relación a lo ilimitado, lo infinito. Es una idea innata que solo puede venir de Dios.

Dios se presenta como un ser sumamente perfecto, por tanto, si Dios existe y es perfecto, debe ser considerado garantía de certeza.

De tal forma quedan anuladas las hipótesis del genio maligno que se consideran en un principio y se confirma el carácter hipotético de la duda metódica.

El criterio de certeza también queda garantizado por la existencia de Dios, pues al ser un ser perfecto (por tanto, existente y bueno), asegura que el conocimiento es cierto y no engañoso.

Pensamiento de Descartes

Pregunta

Vida de René Descartes (1596-1650)

René Descartes (en latín: Renatus Cartesius) nació el 31 de marzo de 1596 en La Haye en Touraine (Francia, actualmente Descartes). Fue educado en el colegio jesuita de La Flèche, donde pronto comenzó a cuestionarse el pensamiento clásico. Igualmente, comenzó a ser conocido en Europa, especialmente a raíz de la publicación, en la década de 1640, de sus obras filosóficas, y a sentirse atraído por la seguridad y certeza de las Matemáticas (de la cual fue un importante teórico) y por la nueva ciencia.

Dedicado a una vida de estudio, la reina Cristina de Suecia le hizo llamar a Estocolmo para que le diera clases de Filosofía. Allí murió en 1650.

Obras más importantes:

  • Discurso del Método
  • Meditaciones Metafísicas
  • Reglas para la Dirección del Espíritu

Descartes, siglo XVII, es el fundador de la Filosofía Moderna y principal pensador de la corriente filosófica del racionalismo. El racionalismo es una escuela filosófica que considera a la razón, frente a los sentidos, como única fuente de conocimiento verdadero.

Para Descartes, lo fundamental es buscar un conocimiento cierto y seguro sin ningún tipo de duda. Por ello, su prioridad será buscar un método que nos ayude a modo de guía a razonar.

Además, este método debe ser compatible con la forma de pensar de la Razón humana, pues si no sería inútil.

La razón, para Descartes, es el instrumento común a todos los hombres que nos permite conocer la verdad. Pero, con frecuencia, el hábito, la costumbre, la precipitación, los prejuicios, las pasiones, pueden llevar a error en los juicios o a aceptar como verdaderas afirmaciones que no lo son.

Así, Descartes indica que se debe dudar de todo aquello que implique la más mínima posibilidad de falsedad, con este fin plantea la Duda Metódica.

A ello dedica el «Discurso del Método, para bien dirigir la razón y buscar la verdad en las ciencias«.

Fue publicado en Leiden, en 1637. El discurso está escrito en francés, pues su idea era presentar sus descubrimientos de modo sencillo a un gran público.

En el discurso, pese a su brevedad, aparecen de modo sencillo todos los grandes temas de su época y los principios y soluciones que Descartes había concebido para ellos.

Así pues, en el Discurso encontramos la crítica a la vieja filosofía, la necesidad de filosofar con libertad, la importancia de la nueva ciencia y el valor del método matemático, la duda, el criterio de verdad, el cogito, Dios, el conocimiento del mundo, etc.

En este fragmento… (ver ejemplos)

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