Descartes: Contexto Filosófico, Método y Metafísica

Contexto Filosófico-Cultural de Descartes

El siglo XVII, desde una perspectiva cultural, marca la culminación del conocimiento medieval y el inicio de una era de mayor libertad intelectual. Descartes, figura clave en el desarrollo de la Modernidad, se sitúa en un contexto definido por los siguientes elementos:

  • Humanismo: El enfoque se traslada de Dios al ser humano como objeto principal de estudio.
  • Ciencia Moderna: El progreso en disciplinas como la Física y las Matemáticas inspira a Descartes, quien adopta el concepto de «método» como herramienta para alcanzar conocimientos sólidos.
  • Imprenta: La invención de la imprenta facilita la rápida difusión de ideas, permitiendo a Descartes alcanzar una amplia audiencia con su Discurso del Método, publicado en francés.
  • Barroco: Este movimiento se caracteriza por un escepticismo que, en ocasiones, deriva en pesimismo. Descartes busca superar este escepticismo y pesimismo.
  • Contrarreforma: La Iglesia Católica endurece su postura ortodoxa y persigue cualquier pensamiento divergente tras la Reforma Luterana.

El pensamiento cartesiano, incluyendo su obra El Discurso del Método, se desarrolla en este contexto y se enfrenta a dos corrientes principales:

  1. La Escolástica: Descartes rechaza la filosofía tomista, considerándola un pseudo-saber basado en afirmaciones dudosas y demostraciones falaces.
  2. El Escepticismo Renacentista: Descartes supera el escepticismo, que niega la posibilidad de verdades universales, al encontrar verdades evidentes.
  3. La Nueva Ciencia (Matemáticas): Descartes se apoya en las matemáticas, cuyas verdades de razón no dependen de la experiencia sensible, a diferencia de esta última, que considera una vía insegura.

Descartes se erige como el fundador del Racionalismo, una corriente de pensamiento influyente en Europa durante los siglos XVII y XVIII.

Epistemología Cartesiana: Método y Primeras Certezas

Objetivo Filosófico

El objetivo principal de Descartes era construir un sistema de verdades indudables, interconectadas deductivamente como en las matemáticas. Este sistema, el edificio de la ciencia, contendría todas las verdades accesibles al conocimiento humano, incluyendo las verdades filosóficas. El «saber» se define como aquellos conocimientos verdaderos e indudables.

Descartes aspira a edificar la Ciencia, permitiendo al ser humano distinguir con seguridad lo verdadero de lo falso mediante la razón y sus operaciones fundamentales: la intuición y la deducción.

Intuición y Deducción

La intuición es un instinto natural que capta inmediatamente conceptos simples provenientes de la razón, sin posibilidad de duda. Proporciona las verdades primeras y básicas del sistema científico.

La deducción, por su parte, es la actividad racional que reconoce las conexiones entre las intuiciones y, a partir de ellas, extrae nuevas verdades. Depende de la intuición, ya que necesita conocimientos previos para descubrir nuevas verdades.

El Método Cartesiano

El método cartesiano se compone de una serie de reglas que garantizan la obtención de verdades y evitan el error.

Las cuatro reglas del método son:

  1. Evidencia: Solo admitir como cierto aquello que se presente de forma clara y distinta, es decir, aquello sobre lo que no quepa duda.
  2. Análisis: Dividir un problema en tantas partes como sea posible para descomponerlo en sus elementos más básicos y facilitar la búsqueda de evidencias.
  3. Síntesis: Procedimiento inverso al análisis. A partir de ideas simples y verdaderas, deducir ideas complejas.
  4. Enumeración: Revisar los pasos del razonamiento para evitar errores, especialmente en cadenas largas de deducciones, donde la memoria puede fallar.

La Duda Cartesiana

La duda metódica es el proceso de búsqueda de verdades indudables. Este proceso requiere un punto de partida absolutamente cierto. Las características de la duda metódica son:

  • Universal: Se aplica a todo lo que puede ser dudado. Descartes establece tres niveles de duda:
  1. Duda de los conocimientos adquiridos a través de los sentidos, ya que no hay garantía de que no nos engañen.
  2. Duda de la existencia del mundo, debido a la dificultad de distinguir entre la vigilia y el sueño.
  3. Duda de los principios matemáticos, que podrían ser el resultado de un error inducido por un «genio maligno».
  • Metódica: La duda es una herramienta para alcanzar nuevos conocimientos, a diferencia de la duda escéptica, que disuelve cualquier conocimiento.
  • Provisional: No busca reemplazar necesariamente las creencias previas.
  • Teórica: No se extiende a la conducta. Descartes establece una moral provisional, ya que la ética se rige por reglas que no son objeto de duda.

La Primera Certeza: «Pienso, luego existo»

Descartes expresa su primera certeza con la frase «cogito ergo sum» (pienso, luego existo). El razonamiento es el siguiente: Si dudo, y dudar es una forma de pensar, entonces pienso, y si pienso, existo como una sustancia pensante. La única certeza indudable es el hecho mismo de dudar.

La razón alcanza por sí misma un conocimiento seguro: la existencia del yo como sujeto pensante. Esta primera certeza, obtenida por intuición, es la base para deducir el resto de las verdades del sistema científico.

Criterio de Certeza y Tipos de Ideas

La existencia del sujeto pensante es indudable porque se percibe con claridad y distinción. Descartes clasifica las ideas según su origen:

  1. Ideas Adventicias: Provienen de la experiencia externa del mundo, a través de la información de los sentidos.
  2. Ideas Facticias: Construidas por la mente a partir de otras ideas, son producto de la imaginación. Al igual que las adventicias, no pueden ser certezas.
  3. Ideas Innatas: Poseídas por la razón en sí misma. Son verdades indudables, certezas a partir de las cuales se construye el conocimiento.

Metafísica Cartesiana: Dios, Alma y Mundo

El Problema del Mundo y la Existencia de Dios

Descartes se enfrenta al problema de demostrar la existencia del mundo exterior al pensamiento, la realidad extramental. Solo puede afirmar la existencia del mundo tras demostrar la existencia de Dios.

La demostración de la idea de Dios se basa en la idea innata de perfección. Esta idea no puede provenir de la nada, ni de los sentidos (de los que se puede dudar), ni de nosotros mismos (seres imperfectos). La idea de perfección es innata, impresa en nuestra mente desde el nacimiento. Un ser absolutamente perfecto debe existir, ya que la inexistencia sería una imperfección. Este ser perfecto y existente es Dios.

Demostrada la existencia de Dios, se puede demostrar la existencia del mundo. Dado que Dios es infinitamente bueno y veraz, no permitiría que nos engañásemos al creer en la existencia del mundo; por lo tanto, el mundo existe.

El Orden de la Realidad: Las Tres Sustancias

Descartes distingue tres ámbitos de la realidad, cuyo conocimiento se obtiene a través de la razón (ideas innatas):

  • Dios: Sustancia infinita, creador del universo y causa primera.
  • El Pensamiento: Sustancia pensante (res cogitans), que constituye el alma, nuestra verdadera realidad.
  • La Materia: Sustancia extensa (res extensa), que forma los cuerpos y el mundo extramental. Los cuerpos son prescindibles, ya que el individuo es fundamentalmente razón.

Interacción entre Cuerpo y Razón

Para Descartes, el alma es autónoma y libre del cuerpo. El alma no está sujeta al mecanicismo de la materia, donde todo ocurre por necesidad. La libertad, opuesta a la necesidad, permite al alma elegir. Esta capacidad de elección es crucial, ya que el objetivo humano es dirigirse hacia lo verdadero y lo bueno.

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