Descartes nace en 1596 y muere en 1650. Su vida y obra se encuentran en un momento de cambio, en el que lo viejo va a dar paso a lo nuevo. Surge un nuevo mundo, una ciencia nueva y una nueva forma de entender la política, el derecho, las artes y las letras. Descartes es un personaje clave en la ciencia nueva y como padre de la filosofía moderna.
En el siglo XV, los autores humanistas demolieron el edificio doctrinal de la autoridad basada en la tradición. La iglesia católica, institución clave, se puso en discusión y surgió la reforma protestante. La demolición de la autoridad basada en la tradición hizo necesario buscar un nuevo tipo de autoridad en diferentes ámbitos de la vida en esta época moderna.
La nueva ciencia y la nueva filosofía establecen que la única autoridad posible es la razón, o una alianza entre la razón y la experiencia. En el ámbito de la política, con Maquiavelo, aparece una nueva idea de política separada de la religión. El gran teórico del estado moderno será Thomas Hobbes, con las teorías del contrato social. El estado moderno se fundamentará en el derecho y la razón práctica.
En el ámbito estrictamente filosófico, Descartes vive en una época de incertidumbre y confusión. El escepticismo triunfa y se carece de las seguridades que aportaban la teología y la fe en la Edad Media. La filosofía de Descartes pretenderá conservar lo mejor del Renacimiento sin caer en el escepticismo. Se concretará en dos grandes corrientes: el racionalismo, representado por Descartes, y el empirismo, representado por D. Hume.
Tanto el racionalismo como el empirismo parten de la mente humana como punto de partida. La diferencia radica en que el racionalismo busca una certeza absoluta a través de la razón matemática, mientras que el empirismo se conforma con la certeza que la experiencia puede aportar a la mente.
La nueva ciencia, por su parte, destierra el geocentrismo, supone que el libro de la naturaleza está escrito en lenguaje matemático, requiere experimentos para comprobar hipótesis matemáticas y se une a la técnica para dominar y transformar el mundo.
El método de Descartes: Percepción Empírica y Certeza Racional Matemática
Descartes compara su método con una luz o guía que orienta en el camino. La luz es la razón y el método es el procedimiento que garantiza el buen uso de la razón. Establece un criterio metodológico de certeza o verdad.
La segunda regla propone descomponer la complejidad en elementos simples para facilitar el conocimiento. La tercera regla consiste en reconstruir lo complejo a partir de lo simple, deduciendo a partir de la intuición de lo simple. La cuarta regla garantiza que no se omita ningún paso y que todo paso esté justificado.
Descartes descubre el método a los 23 años, pero no lo aplica a las cuestiones metafísicas hasta más tarde. Se conforma con aplicarlo a las matemáticas y la física. La primera aplicación del método está relacionada con el estudio de las matemáticas y luego se utiliza para estudiar el mundo físico.
La percepción empírica, aunque clara, es dudosa para Descartes. Aplica el método para dividir la percepción empírica en elementos simples, que son las cualidades primarias que se pueden medir con precisión. La hipótesis básica es que el universo es comparable a una gigantesca máquina.
La metafísica de Descartes: Yo pienso, Dios y sustancia extensa
Descartes se da cuenta de que tarde o temprano tendrá que abordar la metafísica. Plantea la duda metódica, poniendo en duda todas sus creencias. Surge el principio de la filosofía: Pienso, luego existo. A partir de ahí, deduce la existencia de Dios, que garantiza la validez de la mente y la realidad.
La idea de Dios es la idea del ser infinitamente perfecto. Dios garantiza que la realidad se pueda reducir a esquemas matemáticos, a la sustancia extensa. Este acercamiento a la realidad sigue siendo hipotético, pero permite un conocimiento cierto de la realidad que antes era problemático.
Valoración de la actualidad de Descartes
Descartes es considerado el padre de la filosofía moderna. La actualidad de su pensamiento depende de hasta qué punto consideremos nuestra propia actitud como moderna. Algunos autores consideran que la filosofía cartesiana está agotada y que es necesario empezar de nuevo. Sin embargo, la influencia de Descartes en la filosofía moderna es innegable.