Descartes: Contexto Histórico, Influencias Filosóficas y Relación con el Cristianismo

Contexto Histórico-Cultural y Filosófico de Descartes

El Renacimiento y la Crisis del Siglo XVII

El contexto histórico de Descartes se enmarca en la transición de la Edad Media a la Modernidad. Se caracteriza por el hundimiento del feudalismo y el triunfo del espíritu burgués, con la reaparición de la ciudad como centro de la vida económica y social, en un periodo de reducción económica. Los pilares del Medievo, como el Papado (con el destierro de Aviñón y el Cisma de Occidente) y el Imperio, se descomponen en estados nacionales. Las universidades intentaron plantear la realidad (Dios, hombre, mundo). Se destaca su naturalismo, con un redescubrimiento del hombre y del mundo. Nace la idea de individuo: el hombre es un ser dotado de un cuerpo al que se debe prestar atención. Dios es el centro de preocupación de los intereses humanos. Se vuelve a la antigüedad clásica, donde el hombre busca el esplendor del pasado para ver las posibilidades de realización humana.

La asimilación renacentista de la filosofía griega es distinta a la asimilación medieval. Los medievales buscaban en la filosofía griega fundamentos para las creencias religiosas cristianas. Los humanistas recurren a los filósofos griegos porque querían encontrar un modelo de humanidad nuevo, opuesto al medieval. Frente a la cultura medieval, que es teocéntrica (Dios es el punto de referencia absoluto), el humanismo del Renacimiento es antropocéntrico y naturalista.

La crisis del siglo XVII fue, en gran medida, política. La Guerra de los Treinta Años era una guerra religiosa: católicos frente a reformados. Este conflicto, en el que Descartes participó, trajo una crisis económica y demográfica. El carácter efímero de la vida y la amenaza de la muerte serán ideas recogidas por el Barroco. Esa visión de la vida aparece en La vida es sueño de Calderón de la Barca.

Avances Científicos y Cambio de Paradigma

En el siglo XV se desarrolló la cartografía, las técnicas de navegación y la brújula hacen posible la expansión marítima y comercial. La utilización de la pólvora fortalece al poder real frente a la nobleza. El descubrimiento de la imprenta facilita la expansión cultural, las ediciones de los clásicos y los textos bíblicos, que favoreció la Reforma religiosa en 1517. Enrique VIII se proclama jefe de la Iglesia anglicana en 1531. En 1539 se organiza la Compañía de Jesús y el Concilio de Trento. Se desarrolló la ciencia en ámbitos de matemáticas, física y astronomía.

La nueva ciencia se desarrolló en contra de la física y de las imágenes del universo aristotélicas. La visión geocéntrica del universo era la imagen habitual para los hombres medievales. Tal imagen se acomoda a la concepción cristiana, teológica, del universo y del hombre: la distancia que separa al creador de lo creado, la importancia del ser humano, como criatura suprema, encuentra una expresión adecuada en el geocentrismo. El heliocentrismo propuesto por Copérnico supuso un ataque contra la imagen aristotélica del universo y contra el lugar natural, dejando de ser el lugar natural de la Tierra.

Racionalismo vs. Empirismo

La polémica en la filosofía surge entre el racionalismo y el empirismo, y está centrada en el origen del conocimiento intelectual. El racionalismo ve en la razón la fuente del conocimiento humano y establece que nuestros conocimientos válidos de la realidad proceden de la razón, del entendimiento mismo. Para comprender esta afirmación del racionalismo debemos tener en cuenta el ideal y el método de la ciencia moderna: el ideal de un sistema deductivo donde las leyes se deducen de principios. Los sentidos nos informan del universo, pero esta información es incierta. El conocimiento científico no procede de la experiencia, sino de sí mismo.

El empirismo defiende que la única fuente del conocimiento humano es la experiencia y que no hay ninguna idea innata. La conciencia no saca sus contenidos de la razón, sino de la experiencia. Por naturaleza, el espíritu humano está vacío, por lo tanto, niega la existencia de las ideas. El escepticismo pensaba que era imposible encontrar nuevos referentes sólidos para alcanzar la verdad. La estrategia cartesiana asume los argumentos para transformar la duda en metódica.

Relación de Descartes con Aristóteles

Ontología

El dualismo platónico prioriza lo inteligible sobre lo sensible. Para Aristóteles, la realidad primera y fundamental es la sustancia primera, que es sensible. Para Platón, el mundo sensible existe gracias a la participación en el inteligible. Aristóteles modifica esa relación: si no hubiera sustancia primera, las sustancias segundas no estarían presentes en ningún otro sitio. No existe un mundo de sustancias segundas separado. Para Aristóteles, la sustancia segunda es la forma de la sustancia primera. La sustancia segunda se asemeja a la idea platónica: ambas son las formas de los seres sensibles y son inteligibles.

Hay una diferencia radical: las ideas están totalmente separadas de lo sensible. Esta separación será criticada por Aristóteles. Para el estagirita, la sustancia segunda está en la sustancia primera. No hay división ontológica, sino hilemorfismo, unión de materia y forma en la misma sustancia.

Epistemología

Aristóteles y Platón consideran que el verdadero conocimiento debe ser universal y necesario. El único saber verdadero es el conocimiento inteligible. Ambos se oponen al describir cómo se adquiere. El dualismo ontológico platónico lleva a que la ciencia solo se consiga superando lo sensible. Los seres sensibles quedan reducidos a un pretexto para que el alma recuerde las ideas que ya conoció. Para Aristóteles, el conocimiento de lo inteligible, las formas o sustancias segundas, solo es posible si se conocen las sustancias primeras.

Antropología

Frente al dualismo antropológico platónico, que identifica al ser humano con su alma inmortal, Aristóteles define al hombre como un compuesto hilemórfico de cuerpo y alma individual, que es mortal. Según Aristóteles, la educación no exige obligar al alma a luchar contra su cuerpo. Trata de todo lo contrario, el alma necesita del cuerpo: solo con los sentidos accedemos al conocimiento porque solo en los seres sensibles se encuentran las formas que nos permiten elaborar conceptos.

Ética

Coincide con Platón en que el conocimiento inteligible es el principal bien del ser humano. También coincide en que las virtudes más elevadas son las intelectuales. Actuando conforme a esas virtudes, el ser humano alcanzará la felicidad, que es su fin. Aristóteles critica la austeridad platónica: la virtud no garantiza la felicidad, los bienes materiales son también necesarios. Critica el intelectualismo moral. Quien conozca el bien no actuará bien. Aunque la prudencia y el conocimiento del bien permitan llegar a la elección adecuada, eso no implica ponerla en práctica.

Para seguir la buena elección son necesarias las virtudes éticas. No basta ser sabio para ser bueno, también hay que modelar el carácter.

Política

Aristóteles coincide con Platón al señalar que el Estado debe adaptarse a la naturaleza del hombre y debe ayudarle a desarrollar sus capacidades específicas y a alcanzar la felicidad. Como en Platón, la finalidad del individuo y la del Estado coinciden. Como en Platón, ética y política están unidas, y la virtud política por excelencia que el Estado debe cultivar es la justicia. La concepción que ambos autores defienden del ser humano es muy distinta, lo que les lleva a políticas también distintas. El fin del Estado es lograr la felicidad del individuo.

Relación entre Filosofía y Cristianismo en la Edad Media

Desde el punto de vista filosófico, en la Edad Media destaca la religión: la filosofía es puesta al servicio de las creencias religiosas. Esto es así en religiones monoteístas: la judía, la cristiana y la musulmana. Las doctrinas filosóficas y teológicas marcan el desarrollo de la filosofía medieval. Los pensadores de las tres religiones estudiaron y aprendieron filosofía de los griegos.

El encuentro del cristianismo con la filosofía griega tuvo consecuencias para la cultura occidental. El cristianismo trajo doctrinas nuevas de filósofos anteriores. Una de ellas es la teoría de la creación, que se distingue de los sistemas filosóficos griegos. La filosofía griega relaciona a Dios con el cosmos, el universo, como inteligencia ordenadora (Anaxágoras, Platón), como motor y fin (Aristóteles), como razón cósmica (estoicismo). El cristianismo relaciona a Dios con la historia prudente y se ocupa de los asuntos humanos, Dios ha entrado en la historia humana y se ha hecho hombre.

Este hecho va desde la creación del mundo hasta el juicio final. La noticia de que Dios se había hecho hombre y había muerto crucificado por los romanos no fue asimilada por la filosofía griega, que la criticó como absurda y ridícula, porque les resultaba incompatible con la inmutabilidad divina, su perfección y su dignidad.

Cristianismo y Verdad

Según el mensaje cristiano, Dios había hablado a los hombres por el Antiguo Testamento, y después, él mismo, encarnado en Cristo. Esto hace que el cristianismo sea una actitud ante la verdad diferente de la actitud de la filosofía: la filosofía griega insistió en los límites del conocimiento humano, se había acostumbrado a todas las escuelas filosóficas, el diálogo entre distintas doctrinas es posible cuando ninguna de ellas posee la verdad a secas y todas están en igualdad. El cristianismo afirma el origen divino, la verdad cristiana se presentaba como la verdad, por tanto, estaba en un plano superior al de las doctrinas filosóficas. Esta actitud molestaba a los filósofos, porque parecía insultante, acostumbrados a considerar que una teoría es para discutirla y no para defenderla hasta el punto de dar su vida por ella.

La concepción cristiana del ser humano dice que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, que el alma es inmortal y que al final de los tiempos los cuerpos resucitarán. En el intelectualismo, el pecado es ignorancia y en el cristianismo el pecado es la maldad humana. Así tienen sentido las ideas de culpa y arrepentimiento. El cristianismo no es una filosofía, porque no están demostradas las cosas que dice, mientras que la filosofía todo lo demuestra.

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